A Miguel San Román Núñez, El Pechuga, in memoriam
Sólo hay algo peor que te dejen: no tener adónde ir. Cuando hace justo ocho años me dijeron la fatídica perífrasis ("Tenemos que hablar…"), no es que me quedara a la intemperie, pero, irremediablemente, el mundo que había levantado a mi alrededor se vino abajo. Tocaba reconstruirlo, a partir de un montón de escombros y de escoria sentimental, que se tarda demasiado en limpiar.
El proceso fue largo y no exento de recaídas y de pasos en falso. Con la perspectiva (y la distancia) que sólo nos proporciona el tiempo, uno aprende a no mirar atrás, salvo para evocar aquello (poco, escaso) que merece la pena. Y, en este aleccionador y reconfortante viaje al interior de uno mismo, que siempre nos lleva a redescubrir al tipo que, en el fondo, nunca dejamos de ser, me resultó de especial ayuda (cobijo, refugio, distracción) volver a disfrutar de mi (digamos un tanto aletargada) pasión rojiblanca.
Bien es verdad que, a la hora de reavivar dicho fuego (inextinguible llama, por otra parte), ha sido particularmente decisiva la trayectoria, en línea ascendente, de un club que, en el corto plazo de cinco años, ha pasado de ser una caricatura a un temible competidor, que lo ha ganado casi todo.
En este último y exitoso lustro del Atlético de Madrid, que ha disputado hasta nueve finales y ha logrado siete títulos (cinco, de la mano firme de Simeone), he recuperado la jovial camaradería, el sentimiento de fraternal cordialidad, de compartir con mis hermanos horas y horas de intensa catarsis futbolera, en el cuarto de estar de mi piso de soltero, en La Salud Bajo, aderezadas con unas cuantas pizzas, abundante cerveza y un par de litros de Clipper de fresa.
Fue al calor (y al fragor) de la memorable temporada 2013-2014, en marzo del año pasado, cuando esta reunión familiar, en la que también toman parte unos pocos amigos, adquirió, aunque sea a título meramente testimonial, un carácter institucional, por decirlo de alguna manera, y así, por obra e ingenio de mi hermano Carlos, nació la peña de El Pequeño Anfield.
Coincidiendo con el homenaje anual que la entidad colchonera tributa a su leal clientela, el pasado fin de semana se supo que ya son setecientas cuarenta y dos las asociaciones de simpatizantes con las que cuenta el Atleti (treinta y nueve de ellas fuera de España), de las cuales, once se localizan en Canarias y tres en Tenerife. La nuestra sería la cuarta pero preferimos seguir militando en la clandestinidad, donde más cómodo resulta pasar desapercibido y donde uno continúa siendo mucho más fiel a sí mismo.
Los nueve miembros del Pequeño Anfield mantenemos un permanente contacto telefónico y profesamos una inquebrantable fe en una causa que se puede desglosar en el siguiente decálogo:
Amarás al Atlético por encima de todas las cosas.
Vive la vida partido a partido.
Nunca caminarás Cholo.
No pronunciarás el nombre de Luis Aragonés en vano.
Apoyarás a los jugadores como a ti mismo, pero nunca grites: "¡Ánimo, chicos!".
La vida es eterna en cinco minutos.
No se puede ganar siempre.
Santificarás el Vicente Calderón al menos una vez en la vida.
No escucharás jamás un partido comentado por Carlos Martínez y Michael Robinson.
Honrarás a tu padre y a tu madre. [Quedan exentos de este precepto, por razones obvias, los progenitores de Björn Kuipers, Cristiano Ronaldo y Willy Caballero]
Juanf
Además la ubicación en
el estadio iba a ser con el Frente Atlético. No pudo
ser….
Amigo pevalqui esta su frase me hace recordar que en un viaje a Europa pasando por Madrid aproveche para ir a ver al conjunto colchonero enfrentarse a la Juventus de Italia, por supuesto no había entradas y compre en reventa a la puerta del estadio, fui a parar donde la barra brava atletica, allí vi el encuentro con la mayor tranquilidad, como siempre hago y pude observar que me miraban los cercanos espectadores como si fuera yo del equipo contrario, en el descanso baje y me compre un gorro para combatir el frio de Febrero con el escudo del Atlético, ya no me volvieron a mirar con mala cara, era uno de ellos….
Si es verdad amigo jacarrillo, Fife es quien me enseño a sacar el balón desde el tacón y pasarlo por encima, así como aprendí del viejo Silva del Las Palmas como colocando los pies delante de la pelota en vez de ir hacia un lado iba hacia el otro, lastima que no hubiera tenido la oportunidad de aprender en clases de futbol como las actuales, pero lo que Dios da San Pedro lo bendiga y aun así pude jugar a lo grande sin quedar mal en ningún momento y de esto hace ya cincuenta y cinco años, todo un mundo nuevo con viaje a la luna incluido, como será que yo estudiaba el sistema DOS sobre los ochenta cuando aun no había llegado Windows.
Amigos hasta luego ( frase registrada por pevalqui).
Bueno es recordar!
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pevalqui
Amigo Juanf, me gusta el Atleti, en cuanto a lo que representa, a su idiosincrasia como equipo y a la base social que lo sustenta.
Como sabes, soy de la UD y del Barcelona. Nada tengo en contra del Atleti. Esta temporada, parece que la quieren tocar algo más, aunque desde la época de aquel entrenador de origen francés, Marcel Domingo, siempre ha sido un equipo, cuya seña de identidad, se ha basado en el juego de contra ataque.
Este temporada, parece que cuentan con mayor profundidad de banquillo. Le veo un duro competidor para la Liga como para la Champions, aunque a mi entender -en los partidos que les he visto-, la ausencia de Arda Turam, la han notado mucho. Cuando terminen por acoplar a Jackson Martínez, de quien tengo el convencimiento que dará tardes de gloria en el Manzanares, serán más competitivos , si cabe.
Otro lunar que aprecio es en su centro del campo, con jugadores alejados del nivel y regularidad que exhibieron en temporadas pretéritas.
Fue muy atrevido en su visita al Manzanares, donde viven el fútbol con pasión desmedida.
Teníamos previsto ir a ver a la UD, en el partido que a comienzos de temporada la enfrentaba al Atleti, pero a última hora, la logística falló. Además la ubicación en el estadio iba a ser con el Frente Atlético. No pudo ser. Un encuentro en el que la UD, perdió con la dignidad del pobre. No expuso demasiado, ante un atlético poco rodado; algo extraño porque el profe Ortega, los suele tener como motos desde el comienzo de temporada. Avanzada la misma, suelen decrecer algo el rendimiento.
He oído hablar de Miguel el palmero, aunque no recuerdo haberle visto jugar. Y de Rosendo Hernández, si que le conocí en su etapa como entrenador de la UD.
A seguir bien amigo.
Hasta luego.
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jacarrillo
Estimado amigo Juanf:
Supongo que se habrá dado cuenta de que en mi casa el Atlético es una especie de cuestión religiosa. Los tres
hermanos procedemos de La Palma y es allí donde germinó nuestra pasión por el equipo colchonero, en el que en
épocas pasadas militaron numerosos y buenos jugadores canarios, como usted bien sabe, se marcharon a la Península en busca de la oportunidad que aquí se les negaba. Un vecino de mi abuela materna, Miguel González Pérez,
‘Fife’, es la verdadera razón de que hoy tanto mis hermanos como yo seamos hinchas rojiblancos. Miguel ‘El
Palmero’, nombre con el pasó a la historia del Atlético de Madrid, era un centrocampista ofensivo fabuloso,
internacional con España, ganó Ligas y Copas, y mi abuela lo recordaba de niño jugando descalzo en las calles de tierra del barrio de El Pintado. Luego, este chico, ya hombre, como su paisano Rosendo Hernández,
entrenaba en el Metropolitano sin botas, porque así es como habían aprendido a tratar la pelota: con el cariño y la dulzura con que se seduce a una mujer. Y gracias a estos tipos, en Santa Cruz de La Palma, se sembró la
semilla que ahora recogemos los que tienen mi edad.
Reciba un cordial saludo.
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Juanf
Siendo niño Miguel era nuestro ídolo en el Atlético, razón de mas para querer a este conjunto de la zona del Manzanares, tubo sus tiempos de chapuza pero se recupero con el Cholo Simeone, hoy apoyado por tantas peñas y por J Carrillo quien aun se mantiene escondido con su pena El Pequeño Anfield, felicidades y que la disfruten sus miembros que para eso la fundaron.
Amigo pevalqui veo que también admira al Atletico de Madrid, te comento que cuando por un corto tiempo residía en Madrid ( el servicio militar me obligo a irme ) fui a ver jugar a nuestra Unión Deportiva frente al Atlético, y estando en la grada pude apreciar la situación de nuestros jugadores, uno de ello corrió por la banda y mando el balón hacia el centro, otro de los nuestros corría y yo grite gol antes de que llegara el balón al delantero amarillo que aun estaba lejos, los que estaban cerca de mi en la grada creo me debieron de mirar como si fuera un loco fanático del club canario, y para fortuna miá, el jugador empalmo un chut que entró por la escuadra…y dije, se lo dije se lo dije….aparentemente estaba en la onda del futbol aun, pero ni de vaina lo vuelvo a repetir, hubiera sido un fiasco…doloroso..si erraba.
Cuanta cosa para recordar.
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ENANAPATUDA
Hay un antes y un después del gol de FORLÁN al Liverpool…por cierto, saludos al simpático de tu vecino.
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pevalqui
Ingenioso decálogo. Supongo que lo del "pequeño Anfield", será por la pasión futbolera. Se lo voy a comentar a mi yerno, que se pone a temblar de los nervios con cada partido del Atleti, a ver si se anima y se une a la peña. Muchos éxitos. Y palante con las farolas. Que dijo el gran Pancho Guerra. El Aleti, ese eterno aspirante a codearse con la aristocracia futbolera, cuya base social está en el pueblo llano. El de siempre.
Hasta luego.
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