Hay tanto incompetente que dime:
¿A quién me quejo ahora?
¿No ves que son iguales?
Se quedan contigo:
prometieron progreso y solo ha habido malos ratos;
prometieron más democracia y no esta desgracia para pelagatos.
Que no es lo mismo vótame y olvídate de Podemos
que salgo por poco y pacto con Pablemos.
No es lo mismo la SER que la COPE escuchar
aunque de ambas cadenas es digno tirar tras defecar.
Tampoco quejarse es igual que callar
y aceptar, y acatar, y tragar…
No es lo mismo.
Como es distinto arrodillarse o pelear.
No es lo mismo.
No es lo mismo rebelarte que agachar
la testuz y que te corten la luz.
No es lo mismo robar que hurtar.
Entérate: no es lo mismo.
Que sepas que estos golfos tratan de confundirnos
y de dividirnos, y de someternos, y de mentirnos
con su relato pacato solo apto para mentecatos,
siervos, tontos, imbéciles y pazguatos.
Vale, que a lo mejor lo merecemos por memos.
Bueno, pero mi voz no se la vendo y a estos, menos.
Y lo que opinen de mí me importa aún menos.
Léeme lo labios: así España reviente no estoy en venta
que ya sabemos a dónde va nuestra renta.
Vale, que a lo mejor lo merecemos por ilusos.
Bueno, pero no nos vendemos ni a chinos ni a rusos.
Y lo que opinen de nosotros estos gilipollas
léeme lo labios: a mí me suda la polla.
Que no se trata del lado que quieras estar,
que estar de un lado o echarte a un lado, verás:
no sé cómo decirte que no es lo mismo
vivir como un primo que la vida te cuele el timo.
Que digan por televisión que la avería
no es peligrosa porque ha sido una vía
para redescubrir la humanidad sin egoísmo,
sin heroísmo. Pero estar sin luz por la tarde no es lo mismo
que una larga noche a ciegas, con las fieras
sueltas y las manos vacías de veras. No es lo mismo.
No, es el abismo. No gana el que tiene más ganas
sino el que a los árbitros paga como si fueran sus panas.
Y el que diga que todo le da igual
es el primero en la lista del juicio final
en ser juzgado por su tibieza
que es hija bastarda de la pereza
tan propia de la humana naturaleza.
Y no tengo pomada para todos los dolores
ni remedio para todos los horrores
que hemos consentido como errores
haciendo de la patria una casa de terrores.
Vale, quizás merecemos con creces
este engendro de criminales, furcias y heces,
pero nuestra libertad no está en venta
y para nada tendremos en cuenta
lo que de nosotros diga esta piara
que a su antojo maneja al de la tiara.
Vale, que a lo mejor lo merecemos.
Bueno, pero nuestra voz ni a VOX vendemos.
Y lo que opinen unos y otros de nosotros
nos sale por el ano y nos lame nuestros escotros.
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