La historia de la humanidad es la epopeya de un pueblo en diáspora permanente. Desde la larga marcha de la tribu de Israel a través del desierto hasta la actual llegada masiva de refugiados a las costas de Grecia o Italia, uno tiene la impresión de que nos hemos condenado a esta huida perpetua a ninguna parte.
Friedrich Nietzsche, que realizó una personalísima interpretación de la filosofía oriental y entendía la idea de la reencarnación como el eterno retorno del ser humano a su primigenia naturaleza de criatura feroz y sagrada a la vez, supo de matanzas y holocaustos, anteriores y contemporáneos, pero, sin embargo, ignoraba por completo el horror, Kurtz, el horror, que se desencadenaría en su país, décadas más tarde, cuando sus sueños de superioridad moral (y racial) se trocaron, en manos de pensadores desquiciados, jerarcas diabólicos y funcionarios perversos, en la monstruosa pesadilla del nazismo (y de sus siniestros adeptos).
En su noble propósito por universalizar el procesamiento y punición de las atrocidades cometidas, con premeditación y alevosía, durante los terribles años de la II Guerra Mundial, el Derecho Internacional se vio en la necesidad de acuñar una nueva jurisprudencia, levantada sobre las cenizas de Auschwitz e Hiroshima, y de tipificar estos infames delitos como crímenes contra la Humanidad.
Entonces, como ahora, como siempre, no todos los asesinos tuvieron su merecido castigo, pero, al menos, se pusieron los pilares para edificar un nuevo orden mundial un poco más sensato, un poco menos indiferente y egoísta.
No obstante, hoy, un siglo después de las espeluznantes carnicerías de Verdún o del Somme, la hipócrita, irresponsable y repulsiva neutralidad con la que la Unión Europea asiste, impávida y pusilánime, al éxodo sirio nos hace preguntarnos si, tal vez, Hitler no se quitó la vida en su búnker y acaso sobrevive en todos y cada uno de los que continúan mirando hacia otro lado, mientras el mar se ha convertido en la fosa común de tantas víctimas inocentes de un nuevo genocidio.
Juanf
Amigo Amaro, cuando se comenta sobre
Éxodo me recuerda a este link que les envió por si alguno aun quisiera visitar países y trabajar en lo que saben y de por seguro con un sueldo mayor,
https://www.haysplc.com/global-recruitment/employee-services?utm_source=mcfc_eshot&utm_medium=partnership&utm_campaign=mcfc_may_2016&utm_content=jobs
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PedroLuis
Al toro y suerte, MAESTRO.
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estaca
Estimado D. Amaro, el asunto que nos ha traído a este post, no es nada nuevo. Me explico. Todo este conflicto artificial en Siria, no es más que una de tantas guerras por recursos y e influencias en la zona.
En este caso, el origen es la negativa de Siria a que pase por su país el famoso gaseoducto que pretendían los americanos construir desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo, para joder el suministro ruso de gas a Europa.
Para ello procede hacer saltar al gobierno sirio, que, además, permite tener las dos únicas bases militares rusas que hay en el Mediterráneo.
A tal efecto, Doña Hilaria Clinton y el mulato Obama (que para las perras es un as, como se ha visto recientemente, firmando tratados comerciales con las dictaduras odiosas, la teocrática de Irán y la familiar de Cuba), en la primavera de 2011, “caen en la cuenta” de que hay dictaduras a lo largo del Mediterráneo. Que eso es fatal y que hay que llevarles la democracia a esos moros. Perfecto.
Pues manos a la obra. La Cia entra en acción y : primavera árabe que te pego. Pero ¿para todos los moritos? Hombre tampoco hay que exagerar. Hay dictadores “guenos”, como las del Arabia Saudí, Irán, etc. Y otras que son muy, pero que muy malas: Siria. Que además tiene bases rusas. (los del partido demócratas siempre han sido feroces anticomunistas o lo que huela a eso).
La opinión pública mayoritaria – apesebrada, subvencionada y acomplejada – sigue contando memeces, que la progrez irredenta se tire a la piscina sin ver si hay agua.
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Pintao
Después de volver a pasar un rato agradable ante el televisor, con la curiosidad de ver despejada la incógnita de quién ha de batirse el cobre en San Ciro contra los valerosos tercios colchoneros,
me aventuro a exponer mi idea sobre el tema que nos ocupa y del que hace mención con claridad, "estaca",.
En tanto a la escandalosa indiferencia que la Europa Occidental está mostrando hacia el sufrimiento de millones de nuestros vecinos, donde creo que la abrumadora mayoría, empezando por todos los dirigentes, miramos para otro lado, me aventuro a decir lo que a mi me parece que subyace como causa principal.
Como lector habitual de parte de la prensa de la U.E., gracias a Internet y dado el tiempo libre del que disfrutamos los jubilados, he ido notando el paulatino cambio de orientación que la opinión pública en general va destilando acerca del asunto.
Sin duda que no hay efecto sin causa, y unos cuantos desgraciado acontecimientos han sido suficientes para que las opinión mayoritaria en las editoriales de los principales medios vayan rolando al norte, y por carambola (sin duda sin ser en absoluto culpables de ello), los pobres refugiados pagan las consecuencias.
Yendo al grano, unos cuantos desgraciados acontecimientos llevados a cabo sin duda por minorías integristas, y dada la particular dificultad que la cultura islámica tiene de integrarse en otras culturas, hechos como los de Colonia en Alemania, Rosengard, en Suecia, entre otros, aparte de la mayor gravedad de los atentados de París o de Bruselas, has dado alas a muchos partidos nacionalistas que van ocupando cada vez en mayor grado espacios políticos europeos, y en estos casos sabemos que para los gobernantes y sus partidos el principio que rige son las encuestas de opinión pública, relegando los demás principios a un segundo plano, así salga el sol por Occidente.
Basta que un tema tenga actualidad, para que un día si y otro también, salgan en los medios casos pintorescos que se producen en muchos barrios del continente donde por la razón que sea se han ido acumulando los emigrantes y refugiados árabes, que al ir sintiéndose mayoría, no se cortan un pelo en llevar a cabo acciones, que desde su punto de vista son totalmente legítimas pero que sólo tienen que ver con su cultura, y como es natural, si el ambiente está caldeado, soliviantan a los naturales del país que se sientes en cierto modo invadidos.
Me refiero a exigencias de comportamiento como establecer la sharía en sus barrios, y controlar de modo coercitivo la vestimenta de las mujeres, exigencias de normas especiales en las escuelas, control de los carteles de publicidad donde se mostraran mujeres ligeras de ropa etc, etc,
Desde luego estas cosas no deberían influir en falta de apoyo a los refugiados que huyen de la barbarie de Irak y Siria, pero por desgracia, cuando nos hemos acostumbrados al bienestar, no estamos dispuestos a hacer muchos sacrificios, y encima cuando confundimos muchas veces la parte (fundamnentalistas) con el todo (musulmanes).
Esta es una ecuación bastante difícil de solventar, pues tampoco, si de creencias se trata, es fácil razonar, y esto me huele que a la larga las negociaciones no van a ser nada fáciles. Los conceptos de fe y razón son bastante difíciles de conciliar y como siempre, las consecuencias adversas terminan pagándola justos por pecadores como en este caso.
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estaca
D. Amaro, como usted es un grandisimo cinéfilo, el "descubrimiento", después de cuatro años y medio de guerra, de que hay refugiados, ¿a que le suena a ésta secuencia? https://www.youtube.com/watch?v=-ZfdtxeTlJA
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jacarrillo
Amigo Pedro Luis: muchas gracias por acordarse de uno, sobre todo, en tan complicadas circunstancias. Decía Luis Aragonés que el fútbol profesional consiste, en buena medida, en saber sufrir, y de sufrimiento los atléticos podríamos llenar varias tesis doctorales en diferentes disciplinas: Medicina, Zoología, Psicología, Filosofía, Ética y, si me apuran, hasta en Teología.
Lo ocurrido hace dos años en Lisboa nos sirvió a muchos para dos cosas: relativizar las derrotas (que siempre vuelven, como las malas noticias y las tormentas) y adquirir la capacidad de encaje suficiente para soportar embestidas como las de anoche.
Memorable actuación del Bayern, que nos arrastró, palmo a palmo, contra las cuerdas y nos infló la cara a puñetazos, pero extraordinaria la fortaleza mental de un equipo que, de la mano de este fabuloso entrenador, cocinero antes que fraile, ha aprendido a no hincar la rodilla jamás ni a agachar la cabeza, principalmente cuando vienen tantas y todas mal dadas.
Como podrá imaginar, amigo Pedro Luis, el convencimiento de que, por fin, después de cuarenta y dos años se hará justicia es casi absoluto. Y es que la fe mueve montañas. Y, como afirma Raphael, digan lo que digan los demás. Un fuerte abrazo.
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jacarrillo
Amigo Estaca: vengo haciéndome esa misma pregunta desde hace cinco años. Por eso he escrito estas líneas. Este es un mundo raro, que decía el bolero.
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estaca
En esta primavera se cumplen 5 años de las llamadas primaveras árabes. Cinco años desde que hay una guerra atroz en Siria, como la veíamos todos los días en la TV.
Han muerto de manera atroz más de doscientos mil sirios, hombres mujeres, niños, ancianos. Millones de refugiados aparecieron en Turquía.
Nadie se molestó lo más mínimo por detener esa masacre ni se preocupó lo más mínimo por los campos de refugiados.
Hasta aquí los hechos incuestionables.
Después de cuatro años y medio – y no antes- la Merkel cae en la cuenta que hay guerra en Siria y que hay refugiados en Turquía (los sirios que están dentro aguantando los bombazos, no cuentan, ni se hace nada para detener la masacre)
¿No le parece eso un poco raro D. Amaro?
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PedroLuis
José Amaro, anoche viendo el partido, intenso y aguerrido como pocos, me acordé de ti. Sobre todo en la primera parte, me dije: “¡cómo debe estar sufriendo este hombre! Bien está, lo que bien acaba. Enhorabuena, que extiendo a todos los colchoneros. Un abrazo.
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Pintao
Es triste llegar al punto de tener que explicarse la sucesión continua de atrocidades desde que el homo sapiens apareció sobre la faz de la tierra recurriendo a las teorías darwinianas, aunque en el fondo no queda otro remedio.
Al las alturas del actual estado de desarrollo mental del homo sapiens, pienso que no debería ser así.
Deberíamos haber llegado a un punto en que el sentimiento de solidaridad debería estar más desarrollado, pero parece que no, que hay algo que nos ciega y no nos damos cuenta que cada vez que nos empeñamos en tirar piedras al cielo, nos olvidamos que terminarán cayendo sobre nuestras cabezas.
Podemos agarrarnos en plan de auto sugestión a la esperanza, pero la razón nos pone los pies en la tierra y hemos de agarrarnos al agnosticismo o algo parecido.
O quizás podríamos tratar de buscar una fórmula intermedia pero sin aplicar soluciones de un sólo libro, cosa que se ha demostrado harto complicada, pues somos tan zoquetes que no nos damos cuenta de que eso de tener la razón por nuestro lado es mentira pues a los alemanes ni les dio resultado aquello de "Gott mit uns" de los prusianos ni "über alles" un poco más tarde.
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