Con una fragata por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un pesquero de rojigualdo banderín;
bajel atunero que llaman
por su galanura el Alakrana,
en todo mar suena
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y silicio;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en su popa,
Asia a un lado, más arriba Europa,
y allá a su frente Mogadiscio:
«Navega, esquife mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu botín a sujetar alcanza,
ni a torcer tu valor.
Treinta y seis presas
hemos hecho
a despecho
de ZP
y éste ha rendido
de euros 2,7 millones
bajo mi pie.
Que es tu barco mi tesoro,
que es mi moneda la libertad;
mi ley, la fuerza y el miedo;
mi única patria, el mal.
Allá muevan feroz requisitoria
ciegos jueces
por un palmo más de gloria,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
aunque nunca cogí peces.
Y no hay playa
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé techo
a mi valor.
Que es tu barco mi tesoro,
que es mi moneda la libertad;
mi ley, la fuerza y el miedo;
mi única patria, el mal.
A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo gas a escapar:
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual:
sólo quiero
por dinero
la divisa
sin rival.
Que es tu barco mi tesoro,
que es mi moneda la libertad;
mi ley, la fuerza y el miedo:
mi única patria, el mal.
¡Sentenciado estoy de antemano!
Yo me río:
no me abandone mi abogado,
y al mismo que me condena
colgaré de alguna antena
quizá en su propio desvarío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di
cuando el yugo
del esclavo
como un bravo
bucanero
somalí
sacudí.
Que es tu barco mi tesoro,
que es mi moneda la libertad;
mi ley, la fuerza y el miedo;
mi única patria, el mal.
Son mi música mejor
los millones,
el estrépito y temblor
de los escaños sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis bribones.
Y del rapto
al grito violento,
y del viento
al ya rescate cobrar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es tu barco mi tesoro,
que es mi moneda la libertad;
mi ley, la fuerza y el miedo;
mi única patria, el mal».
* * *
Como nieto, hijo e incluso ahijado de marinos no puedo dejar de manifestar mi total solidaridad con la tripulación del Alakrana, sometida a un cruel y degradante secuestro de cuarenta y siete días, y admirar la entereza y coraje de sus familias, que han soportado con dignidad y aplomo tan deleznable situación, agravada por la, cuando menos, desconcertante actuación del Gobierno español.
Sin embargo, como periodista me veo en la obligación profesional y literaria de dar a conocer esta melódica tonada, recitada por el presunto pirata, de nombre Cabdiweli Cabdullahi, también conocido por Abdu Willy, en presencia del magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, la semana pasada, en el curso del interrogatorio al que fue sometido el primero, a fin de aclarar su posible responsabilidad criminal en la captura y posterior retención de los tripulantes del citado buque. El presente texto es una traducción del árabe, llevada a cabo por el funcionario del Mi(ni)sterio de Asuntos Exteriores, Cide Hamete Benengeli, quien a su vez tuvo que interpretar la versión original en somalí, facilitada por el propio imputado. Los interesados pueden encontrar las tres versiones del poema en los folios 1492 al 1504 del tomo VII del sumario.