El busto es nuestro

Tal y como este periódico se encargó puntualmente de recordarnos hace días, el Grupo Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, a través de su concejala Marta Poggio, ha planteado consultar a los vecinos cuál será la propuesta que sustituya al busto retirado de Blas Pérez González (1898-1978) de la plaza de La Constitución.

Y es que, en octubre del pasado año, el pleno capitalino, sin el apoyo del PP, aprobó la retirada de dicho emplazamiento del busto erigido en memoria del ex ministro y jurista, natural de Santa Cruz de La Palma, lo que -en palabras de la edil- sume a dicho enclave “en la nada, con la mala imagen que supone tanto para vecinos como para visitantes”. “Ha pasado ya más de un año, existe un compromiso del equipo de Gobierno local, conformado por socialistas y nacionalistas, de convocar una comisión informativa a la que los grupos políticos llevarían posibles alternativas al busto retirado, sin que se haya convocado aún -denuncia la concejala popular-. Lamentablemente, nos estamos acostumbrando a la clara inacción del equipo de Gobierno donde todo aquello que requiere de liderazgo político se queda en un cajón completamente paralizado y este caso es solo un nuevo ejemplo”.

Poggio ha mencionado además que, a día de hoy, se han hecho públicas de manera extraoficial varias posibilidades para cubrir este hueco vacío; como instalar un busto dedicado a los fundadores de la ciudad, a personas de renombre, a conocidos enanos de la Bajada de la Virgen o a lo que los populares denominan “familia indiana”: “Se trata de una referencia a una de nuestras fiestas más representativas y que forma parte de la idiosincrasia de todos los vecinos de Santa Cruz y entendemos que es otra posibilidad a incluir en las propuestas a valorar. Este sería un nuevo reclamo para los los turistas, ya que se le acompañaría de una placa explicativa que relataría el significado de la misma”, ha señalado la edil del PP.

Preocupados por una cuestión de semejante trascendencia para la ciudadanía palmera, entendemos que quizá la fórmula más pertinente para cubrir el vacío dejado por el busto de don Blas sea eludir cualquier clase de personalismo y reemplazar el levantamiento de efigies más o menos egregias por un elemento urbanístico completamente abstracto, libre de interpretaciones partidistas e interesadas de la realidad, vinculadas a cualesquiera que fuese su contexto histórico.

Es por ello que proponemos, en lugar de un busto o escultura, que necesariamente acarrearía un debate público interminable acerca del personaje o motivo escogido, la instalación de una fuente luminosa, con un surtidor hidrométrico, que dentro del agua tendría instaladas unas bombillas de doble filamento alumínico que, debido a la refracción bisolar y al doble efecto lumínico sobre los cuerpos no transparentes, unas veces produciría un chorrito azul, otras rojo, otras naranja y otras morado.