El periodismo es el más noble y hermoso oficio del mundo, suele decir Gabriel García Márquez. Pero hoy estamos en tiempo de rebajas, la sociedad ha cambiado, los avances técnicos han modificado sustancialmente el modelo, desaparece la publicidad que sustentaba la prensa escrita y órganos tan prestigiosos como el New York Times atestiguan que nada será como antes. Una pregunta clave es si los medios de comunicación fabrican a la sociedad o más bien son consecuencia directa de ella. Somos una sociedad democrática con pocos frenos éticos y podríamos decir que tenemos los medios de comunicación que nos merecemos. Está claro que buena parte de los medios en la España actual son estúpidos, chillones y ruidosos, porque la TV ha impuesto el modelo de la frivolidad y muchos se han sumado. Algunos de estos medios fabrican cada día personajillos como si fueran gestores de pensamiento. ¿Por qué se está lanzando a la fama a toda esa gente superficial, banal e ignorante que es reverenciada hasta la saciedad? ¿Por qué estos famosillos juegan a ser periodistas, y por qué también algún que otro colega participa del festín del reality-show?
La pregunta entonces sería ¿cómo tener una colectividad menos estúpida? Podríamos pensar que con un mejor modelo educativo, podríamos añadir que con unos medios de comunicación más maduros e ilustrados, podríamos finalizar diciendo que entre nosotros la gente debería tener un ocio más activo con un mayor consumo de bienes culturales: lectura, arte, teatro, cine de calidad. Pero esto es complejo. Aunque si existieran unos códigos morales en los medios audiovisuales y en los medios escritos, las cosas irían por mejor camino.
Además, en lugares como nuestras islas -donde buena parte de la clase política es endogámica, se retroalimenta y se sucede a sí misma- el analista independiente puede caer en el punto de mira de quienes dirigen, acostumbrados a sembrar clientelismos por todas partes, molestos con las voces que no alaban sino que opinan. Estamos en la época de lo efímero, los acontecimientos son veloces, hay multiplicidad de mensajes, todo es rápido y a la vez nada cambia en la estructura profunda. De tal modo, los buenos negocios son casi siempre para los mismos. Lo dice un palmero que ha ejercido por más de 40 años diversos cometidos en medios de comunicación de las islas y Madrid. Curioso que pese a su pequeñez y escasa población la isla natal atestigua históricamente el dominio del caciquismo pero dispuso como contrapeso una tradición liberal-republicana e ilustrada. Tras el nacimiento de El Time, en 1863, y hasta la guerra civil, se erige en la isla canaria con mayor densidad periodística. Sus 123 cabeceras fueron liberales, conservadoras, satíricas, literarias, anarquistas, clericales, obreras. Casi 20 de estas publicaciones tuvieron directores ligados a la masonería, tal como señalábamos en El Time y la prensa canaria en el siglo XIX. Masonería y liberalismo en La Palma, reeditado por Idea. Este aluvión en una isla que en 1863 contaba con 30.000 habitantes y un 85 por ciento de analfabetismo se explica porque los periódicos actuaron al servicio de los grupos dominantes, responden a las luchas políticas y también a los movimientos ciudadanos.
Amos Oz, escritor de Israel, con frecuencia pone nerviosas a las autoridades de su país ya que habitualmente en sus artículos de prensa pide que cese el actual estado de cosas, que los palestinos tengan Estado propio y sean respetados, que se supriman los nuevos asentamientos en los territorios ocupados, que se llegue a soluciones integradoras y pacíficas para que la región pueda vivir algún día en paz. El poder político debiera darse cuenta que la labor del informador, del escritor, del intelectual es analizar, contradecir incluso, en definitiva: navegar contra corriente. En Canarias hay un pleito insular indefendible, un territorio pequeño y fragmentado en el cual la mayoría de la clase política es hipersensible, se molesta con el periodismo crítico. No quiere aguafiestas, prefiere cortesanos.
La palabra crítica viene del griego y significa capaz de discernir, se refiere a la reacción o el juicio personal ante un tema. También es crítica juzgar las cualidades de las cosas. La crítica positiva o constructiva es la que en vez de insistir en los errores del pasado procura orientarse hacia el futuro facilitando ideas, sugiriendo opciones.
En la globalización hay multiplicidad de fuentes y una consiguiente fragmentación de las audiencias, el exceso de información genera desinformación. Muchas publicaciones, muchas radios, muchas televisiones. Y el aluvión de internet que deberíamos recibir con reserva, pues sale barato manipular en la red.
Tantas cosas han cambiado en los medios que no recordamos el prestigio del que gozábamos hasta hace quince o veinte años y que ojalá recuperemos.
Unoqueyaemigro
Señores, les copio una reflexión un tanto pesimista pero creo que muy acertada de mi admirado Enric González:
"Tengo mis dudas sobre el futuro de la prensa generalista. El telediario exhaustivo que trata de tocar todos los temas y, sobre todo, el periódico que intenta reflejar la actualidad del día antes —no la realidad ni la verdad— de una forma general, desde la política al deporte… Creo que el soporte del futuro es forzosamente digital, por razones obvias: más barato, más rápido, más eficiente, y los soportes que están apareciendo son cada vez mejores, el libro también va a entrar en eso.Soporte digital, bien, pero la cuestión es para qué sirve la prensa. Tiene un futuro clarísimo la especializada, la que rinde servicio al lector, hable de economía o de coches. La prensa de nicho, la que la gente necesita para trabajar o para organizar su ocio, esa va a sobrevivir. Existirá la información espectáculo, la barata, de vocación gratuita, poca calidad y máximo entretenimiento. El refrito, la indiferencia ante la veracidad de las cosas. El problema es que los medios especializados son más rentables cuanto más selecto es su lector, en el sentido cultural y económico. Si hablamos de economía, el lector interesado en eso es más o menos angloparlante, puede leer prensa anglosajona y es difícil competir porque llevan mucha ventaja, de siglos casi, mientras que la española desde principios de los 80 ha tenido una deriva autodestructiva muy notable. Estamos en las últimas."
Me la he encontrado un poco por casualidad y coincide con algunas de las cosas que había intentado reflejar en mi primer comentario.
Personalmente, no soy nada selecto pero sí que leo prensa anglosajona en parte por motivos profesionales y en parte por las ganas de leer información de calidad, y además creo que eso se tiene que pagar, pero aquí podríamos entrar en una discusión interesante sobre periodismo de calidad para todos o para unos pocos.
Y por si quieren leer la entrevista completa:
http://www.mediterraneosur.es/prensa/gonzalez_enric.html
Saludos.
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jacoma
Completamente de acuerdo con lo que me comentas Luis.
Es indiscutible que, una buena información, siempre, siempre, siempre es y será muy necesaria en cualquier sociedad democrática y si además, nos la pueden presentar de manera hermosa en su contenido y desarrollo, pues, muchísimo mejor.
Por otro lado, hay que reconocer que, a estos amigos profesionales de la información, no les resultara para nada fácil la lucha contra esta clase de acaparadores/especuladores de la información sesgada, (una especie de Club Mafioso) contra quienes sin duda debemos seguir con la lucha de la pluma hasta la extenuación se fuera preciso.
Saludos
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lleon
Amigo Jacoma: cuánta razón tienes en tus reflexiones; creo que el periodismo de ahora se hace sin pisar la calle, se hace a través de comunicados, de teléfono, de mensajes… Ya no se huele tanto la realidad. Ya se está más a expensas de códigos, directrices, insinuaciones, intereses empresariales, intereses políticos a cambio de favores. ¿Qué te voy a decir? Y, sin embargo, sigue siendo hermosa la comunicación. Y necesaria para una sociedad democrática. Por eso no abandonemos la lucha, no cedamos ante los perversos. Un abrazo.
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jacoma
Estimado Luis –
A veces me da la sensación que los periodistas de hoy día, pasan demasiado tiempo en las redacciones, como si se resignaran con solo asistir a las ruedas de prensa para conseguir declaraciones.
El resultado es claro desde mi punto de vista: periodismo uniforme, poco diferenciado, aburrido y reiterativo, abundancia de comunicación y muy poca información, escaso tratamiento de los datos, pocas historias y muchas declaraciones.
La saturación de comunicación, a menudo irrelevante, resta recursos para la búsqueda de información de calidad que pueda resultarnos interesante. También entiendo que la transparencia de algunas empresas e instituciones, es claramente débil y los registros documentales públicos son pocos y de difícil acceso.
Estaré equivocado Luis, pero, te lo diré como lo siento, no sé porque tengo esa extraña sensación de como si los periodistas de hoy, no estuviesen formados en saber buscarlos para utilizarlos.
En muchas ocasiones yo diría que, difunden información poco fundada y depende demasiado de ciertas fuentes muy interesadas para conseguir algunos datos, normalmente sesgados y sometidos al designio de las fuentes.
Casi todos cubren lo mismo y de la misma forma. El problema no son los acontecimientos, sino las convocatorias. Los montajes de relaciones institucionales son demasiados y los últimos años están dominados por la resistencia de los convocantes a contestar preguntas y el poco interés de muchos periodistas por hacerlas. Es desolador ver la cantidad de montajes propagandísticos o publicitarios asumidos como actos informativos y negativas a contestar preguntas sin suficiente resistencia de los informadores y los medios, que normalmente respaldan y defienden poco a sus periodistas y, lo sé por alguna que otra conversación mantenida con amigos dedicados a la profesión que, en muchísimas ocasiones se ven como obligados a entrar por el aro si quieren mantener sus puestos de trabajo y claro, ante actitudes semejantes y en estos últimos tiempos, les hacen mucha pupa, además, con cierre de algunos medios y el despido masivo de profesionales en estos últimos meses. Así es que, el público consumidor de sus trabajos, no tenemos porque saber nada de esas barreras y entonces acusamos a los periodistas de falta de información y profesionalidad, la comida de la familia es la comida y no se pueden olvidar ni despistar de ello.
Yo diría que, el principal problema para el periodista de hoy día, debería ser el preocuparse por conseguir y publicar información interesante y relevante para el público, pero, al propio tiempo, les diría que no se preocuparan tanto por la agenda de otros o que la utilizaran como complementaria y no como sustitutiva.
Cuando los medios son redundantes y tan parecidos el valor añadido, el diferencial, no existe. Cuando a la actualidad se puede llegar por cualquier medio no hace falta distinguir y buscar. ¿Cómo quejarse entonces de la crisis de la información? Ahí está la imbatible ventaja de la gratuidad y la accesibilidad “muy difícil en estos tiempos en los que, se les ofrecen publicar artículos a un par de cts. de € la palabra “esto es por no decir otra cosa, un r…… a mano armada.
Cuando es redundante y poco interesante los medios más rápidos y legibles ganan. Hay demasiada confusión entre profundidad y sobredimensionamiento en el periodismo español. Cualquier diario es un monumento a ese mal, sometido a unas maquetas adecuadas para la producción en serie pero inútiles para el atractivo, los ritmos y la diferenciación entre noticias rápidas e información de lectura reposada.
Una solución podría pasar por la apuesta, los criterios, por diseñar productos adecuados al público que en realidad tienen o pueden alcanzar y huir de generalismos que ya no existen. Aumentar la calidad y utilizar las herramientas y recursos comunes para cubrir la información común. Apostar por el interés y no por falsos criterios de jerarquía informativa.
Explorar y arriesgarse. Saber ver y buscar, buscar y buscar. Conocer a tu público y averiguar qué le gusta, qué necesita y qué debe saber.
Les diría que, escuchen y escuchen a los lectores, pero mucho.
Te aseguro Luis que, estas conversaciones que personalmente he podido mantener con algunos amigos dedicados a esta profesión, me han valido para un poco poder analizar su situación o tener un criterio de entendimiento, también se que este problema no será generalizado, en cualquier caso es muy desagradable saber cómo están funcionando algunas redacciones de equipos informativos.
El decidir con muchísimo criterio puede valerles para atender adecuadamente a sus lectores y que se implicaran mas en descubrir y desarrollar nuevos criterios para la información de calidad.
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Antoni
Recuerdo El Puntal, allá en La Laguna. Esos análisis profundos de la realidad, ese espíritu crítico y reflexivo. Menos mal que tú no lo has perdido, amigo Luis.
Un abrazo.
Antonio.
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PedroLuis
¿Conflictiva relación
de periodismo y poder?
A mí me parece ver
que es otra la situación.
Existe alguna excepción
de ello no me cabe duda.
Pronto la crítica es muda
si con el poder tropieza
y te quedas de una pieza
cuando la espalda te suda
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jacarrillo
Interesante reflexión sobre un viejo asunto: las conflictivas relaciones entre el periodismo y el poder. Lo malo es que ambos se necesitan, se complementan y tratan de imponer su voluntad sobre el otro. Como en un matrimonio mal avenido. Lo peor es que ninguno de los dos desea el divorcio, que aquí es entendido como una rendición. Propongo un cese temporal de la convivencia y a ver qué pasa.
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PedroLuis
La verdad es que no corren buenos tiempos para pensar o reflexionar sobre lo que nos está pasando… Tal vez se haya olvidado que la cantidad siempre termina chocando con la calidad. En fin, nada tengo que añadir a lo ya brillantemente escrito, pues…
Buenas son las reflexiones
sobre lo que está pasando
todos estamos pensando
en prensa y televisiones
en radio hay mil opiniones
pocos hablan pa enseñar
pocos se paran pa hablar
con tino y con fundamento
olvidando que el talento
no es cosa de improvisar
Que es, precisamente, lo que yo acabo de hacer… Saludos cordiales.
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lleon
Ciertamente otros países tienen otros medios de comunicación, ciertamente en Europa todavía la prensa tiene un nivel, y la TV más. Inglaterra, Alemania, Francia, Holanda, Italia… Qué decir. Hay una Europa culta y una Europa inculta. Nosotros estamos en el segundo nivel. El periodismo se degrada en España como se degrada la propia sociedad, una sociedad poco lectora, poco consumidora de productos culturales, con una TV peor que la de Egipto. Como dice Pevalqui, la educación promueve individuos útiles a la sociedad, no personas integrales. El tema es complejo, agradezco las intervenciones de los amigos.
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ificrates
En su libro "los Griegos" cuenta Montanelli, que creo era periodista, como Aristófanes escribe una obra contra un gobernante y recibe noseque castigo.
A continuación escribe otra obra, todavia más sangrante e hiriente, tanto que ninguno de los actores quiere salir al escenario. El gobernante estaba en las primeras filas.
Entonces Aristófanes sale y representa la obra él solo, actuando en todos los papeles. No hubo repercusiones. Que cojones.
Hay que ser hiriente, incluso cruel, con los responsables públicos y hay que llegar al pueblo.
¿Como? NPI
Respecto al nivel de educación, no creo que deba subir. El nivel de propagación de la información debe bajar. Es más difícil escribir de forma simple, para explicar hechos complejos, pero es lo que hay que hacer. Ahí tienes a Lucrecio y su "Naturaleza de las cosas". La escribió de manera sencilla y en verso, para que fuera más legible y llegara a más gente. Le costó mucho más trabajo. Lo mismo dice Hawking de como escribió su "historia del tiempo". Le hubiera sido más fácil llenar 120 folios de fórmulas matemáticas.
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