Dicen los manuales que, cuando el famoso y devastador crack de 1929, Estados Unidos reorganizó el país a base de una política para entonces avanzada que es conocida como el New Deal. Esta expresión, que significa Barajar de nuevo, es la política que puso en marcha el presidente Roosevelt para salir de las ideas liberales que llevaron a la gran bancarrota de la bolsa. Incluyó, entre otras las siguientes medidas: inversión para construir obras públicas (escuelas, calles, parques), reducción de la jornada laboral para disminuir el desempleo, elevación de los sueldos medios, otorgamiento de créditos a las empresas que querían invertir, puesta en marcha de un programa de asistencia social (seguro de desempleo, vejez y enfermedad, así como supresión del trabajo infantil).
Además obligó a reducir la producción agrícola para elevar los precios de las cosechas y aliviar la situación de los agricultores, también Roosevelt construyó diques, centrales hidroeléctricas y complejos industriales para reactivar las economías regionales. El New Deal, puesto en práctica a partir de 1933, permitió que EEUU se fuera alzando progresivamente como el líder mundial en los años 30 y 40 del pasado siglo, cuya contribución fue esencial para la victoria aliada contra Hitler. Esa forma de entender la política introdujo importantes innovaciones que fueron copiadas por los Estados occidentales cuando terminó la Segunda Guerra Mundial. En resumen: el Estado debía intervenir en la economía para evitar crisis económicas como la del 29 y garantizar el bienestar de la población a través de leyes e instituciones creadas al efecto.
A la vista de lo que está sucediendo con la deuda soberana, con la caída de la bolsa, con el crecimiento del paro, con la huida de capitales, con la crisis bancaria y, en definitiva, con la sensación cada día más agobiante de crisis profunda en España, habría que preguntarse qué economistas tiene la Unión Europea que no son capaces de entender lo que pretende un buen puñado de líderes: activar el crecimiento en vez de empeñarse exclusivamente en agudizar los recortes.
Si la señora Angela Merkel pierde sus elecciones del año que viene -ya le han dado los electores un buen palo recientemente- habría que afirmarse en la idea de que la crisis no perdona y que el señor Hollande en Francia tiene mejores ideas que las que dispone Berlín. Ahora solo faltaría que esta Europa -club de ricos, club de mercaderes- cultive un poco más el talento creador y deje un poco de lado el énfasis represor.
Blogdeleonbarreto.blogspot.com
lleon
Estimados comentaristas: me alegra este nivel de participación, si normalmente son muy poquitos los que comentan estos blogs, en solo 2 días creo que estamos batiendo el record
Tiene vd razón, Unoqueyaemigro: Sampedro nunca llamaría hijodeputa a alguien; es lo que pasa con ciertos textos literarios atribuidos a Neruda o García Márquez, textos literarios que dan risa por lo malos que son. Pero cierta parte de lo que comenta el falso Sampedro tiene cierta razón.
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Unoqueyaemigro
Señor Luis León Barreto, lamento que haya caído usted también en esta trampa.
Como amante de los libros, le tengo un gran respeto y admiración al señor Sampedro, al igual que se lo tengo a usted y se lo voy a seguir teniendo.
Internet nos ha traído muchas cosas buenas (entre ellas la posibilidad de tener este debate) y también algunas cosas malas, como la facilidad con que algunas personas sin escrúpulos pueden suplantar identidades de otras personas que se han ganado un prestigio a los ojos de la sociedad. El artículo que usted cita parece que no lo ha escrito realmente el señor Sampedro, como indica su página web oficial.
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/sampedro/home.htm
A la página Izquierda digital, donde parece que se publicó por primera vez, no consigo entrar.
Lo cierto es que me hubiera sorprendido bastante. Ya sabía que el texto circulaba por internet y desde que lo leí por primera vez me dio la impresión de que no podía haberlo escrito el señor Sampedro.
Tengo que decir que no me gusta ni la forma (empieza con la frase “Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta” y continúa con “Lo que más me molesta no es que usted sea un bastardo malnacido, sino un ignorante, y sobre todo un mentiroso”) ni el fondo (creo que demuestra un gran desconocimiento de la Historia y de la Economía, pero esto es una opinión personal).
Estaremos de acuerdo en que el señor Sampedro es una persona de gran sensibilidad que difícilmente puede haber escrito este panfleto.
Me alegro de que estemos de acuerdo en que la situación es compleja.
Tiene usted toda la razón en que hay todo tipo de opiniones sobre el tema. Hay líderes mundiales, importantes académicos y prestigiosos medios que respaldan las medidas actuales de austeridad, y otros igual de importantes y prestigiosos que defienden lo contrario.
Yo no tengo la solución del problema, y evidentemente si la tuviera no estaría escribiendo este comentario sino pidiendo línea inmediatamente con el señor Montoro, o con el señor De Guindos (creo que no sabría con quién hacerlo primero y esto no es lo mejor que se puede decir del gobierno actual).
Lo que he intentado es explicar algunos motivos por los que no es fácil aplicar medidas de estímulo de la misma forma que se hizo en los EEEUU en los años 30 del siglo pasado, y qué es lo que creo que está pasando ahora mismo en Europa.
Igual que hace usted, intento que haya un debate, pero hagamos que sea lo más informado posible.
Probablemente la mejor explicación sobre las causas del “crash” de 1929 sea la que escribió un economista llamado John Kenneth Galbraith, en un libro que se llama “El Crash de 1929” (o en inglés “The Great Crash, 1929”).
Lo recomiendo a todo el que tenga interés en el tema porque es un libro muy accesible y porque resulta muy interesante leerlo o releerlo en nuestros días.
Por cierto, al profesor Galbraith se le ha considerado durante mucho tiempo un economista “keynesiano” que, vaya por Dios, también fue un gran impulsor de las ideas liberales.
Tal vez se hayan dado cuenta de que escribo siempre estímulo y no crecimiento.
Creo que se equivocan las personas que hablan de austeridad versus crecimiento porque mientras la austeridad puede ser una política, el crecimiento es un resultado.
Es decir, no hay políticas de crecimiento, lo que hay son políticas de estímulo del crecimiento, y no es lo mismo.
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lleon
Estimados comentaristas: es evidente que la situación es compleja y no se puede sintetizar en un breve comentario periodístico. Pero, a decir verdad, lo que subyace es que unos cuantos dirigentes europeos de nivel empiezan a cuestionar el modelo que la Unión Europea adopta para salir de la crisis. Incluso el New York Times y otros periódicos importantes de EEUU, a los que no se les puede acusar de izquierdismo, censuran la política de doña Angela Merkel, y afirman que es esta política la que está hundiendo a los países del sur de Europa. Hasta el señor Obama se ha manifestado en esta misma dirección.
Voy a permitirme reproducir un reciente artículo del novelista y economista José Luis Sampedro, dirigido al Sr. Rajoy, y que entre otras cosas dice esto:
"Durante los años 20 hubo gente que tuvo la genial idea de crecer mucho, por encima de sus posibilidades como ahora tienen ustedes tan de moda decirnos. Tanto que incluso a Churchill, para salir de la situación de postguerra, se le ocurrió revalorizar la libra, lo que trajo bajada de sueldos y aumento de las horas de trabajo. No sólo no se creció por encima de lo esperado sino que destruyó la posibilidad de crear un modelo sostenible de crecimiento basado en el consumo, lo que permite terciarizar una economía y hacerla verdaderamente competitiva. Eso es ser un país desarrollado y no ganar mundiales de fútbol. Cuando llegó la crisis del 29 y la posterior recesión mundial en los 30, en un país tan poco sospechoso de socialista, comunista o lo que ustedes quieran, como EEUU, decidieron adoptar una cosa llamada New Deal, que consistió, entre otras cosas, en subir los sueldos y bajar las horas de trabajo. Como consecuencia, había más puestos de trabajo para cubrir esas horas de menos, y los que salían de su trabajo lo invertían en consumo, lo que reactivó la economía y permitió al país dar un definitivo empujón hacia arriba para salir victorioso de una Guerra Mundial que libró en tres continentes.
Por si usted no lo sabe, las medidas que está ejecutando han conseguido lo contrario. Hablo en pasado porque tal vez no lo sepa, pero no hay nada nuevo en los famosos “recortes”. Argentina, Chile, Polonia, Rusia y así hasta un largo etc de países engrosan una horrible lista de fracasos de las políticas neoliberales de Milton Friedman y el Consenso de Washington que desde los 70 llevan intentando hacernos creer que sumergir a un país en el shock económico es una salida a la crisis. Jamás las medidas de la Escuela de Chicago han funcionado. Jamás un país ha salido de la crisis de esa forma. Jamás una sociedad se ha beneficiado de ello. Por el contrario, ha generado suicidios, deterioro del Estado del Bienestar (que ustedes insisten en decir que se ha terminado mientras vemos cómo crece y se desarrolla en otros países de nuestro entorno) y ha destruido el futuro de numerosas generaciones."
Gracias a quienes ponen comentarios, mi propósito no es sentar cátedra de nada sino más bien el contrario: incentivar el debate.
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Unoqueyaemigro
Señor Luis León Barreto, vaya por delante que le tengo un gran respeto y que no tengo intención de entrar en ninguna polémica, a no ser que sea constructiva.
Los temas que trata son muy complejos, y sin duda usted lo sabe, pero me temo que en el esfuerzo de sintetizarlos ha deslizado algunas cosas con las que no puedo estar de acuerdo, además de que hay personas que pueden leerle y pensar que realmente el problema es simple y maniqueo (crecimiento bueno, austeridad mala; Hollande bueno; Merkel mala y tozuda). Y a mí me parece que esto no es bueno.
No digo que usted lo piense, pero algunos de sus lectores lo pueden entender así, y de hecho no ha tardado en salir una referencia al nazismo que me parece del todo reprobable.
Dice usted que fueron ideas liberales las que llevaron a la gran bancarrota de la bolsa en 1929.
Yo creo que fueron sobre todo la codicia, la estupidez humana, y la creencia de que todo el mundo podía hacerse rico pidiendo dinero prestado para invertir en una bolsa que solo podía subir y subir cada vez más rápido.
Seguramente basta sustituir la palabra “bolsa” por “mercado inmobiliario” para darse cuenta de que esta crisis no ha sido tan diferente, al menos en España.
Lo que no puedo ver por ninguna parte es qué responsabilidad tienen en esto las ideas liberales, a pesar de tener en cuenta que la palabra liberal es una de las más maltratadas de nuestro diccionario.
Muchas personas han caído en la trampa de leer los resultados de las últimas elecciones en Alemania, en Nordrhein-Westfalen, en clave europea o de rechazo a las políticas de austeridad y consolidación fiscal, sin prestar suficiente atención a que se trataba de una elección regional, con candidatos regionales (muy poco valorado el del partido de la señora Merkel), y donde, haciendo gala de una madurez democrática que tal vez nosotros no tenemos todavía, el 82% de los electores (según las encuestas) asegura haber votado pensando sobre todo en los problemas de su región.
Estas personas están pasando por alto que la señora Merkel sigue siendo hoy la figura política más valorada por los ciudadanos alemanes.
Si yo tuviera que hacer un pronóstico ahora mismo diría que la señora Merkel va a ser relegida el año que viene, y espero no equivocarme porque creo que es bueno para todos.
También hay personas que están pasando por alto el hecho de que el señor Hollande no ha ganado todavía las elecciones legislativas y que de momento sus responsabilidades están limitadas a la defensa y asuntos exteriores.
Es probable que las gane, pero de momento es el Presidente de Francia, no el Primer Ministro ni el Jefe del Gobierno, y no tiene competencias sobre la política económica de su país.
Todo esto me recuerda mucho lo que pasó hace unos años con la elección del señor Obama. La prensa europea se entusiasmó tanto que olvidamos que eran los ciudadanos norteamericanos los que votaban.
La elección de Obama fue bastante más ajustada de lo que nos contaron los medios europeos o de lo que cabía esperar por lo que nos habían contado, y lo cierto es que hoy por hoy no tiene nada clara la relección.
Entre otras cosas, ningún presidente de los EEUU desde la Segunda Guerra Mundial ha sido reelegido con una tasa de desempleo como la actual, y están en el 8%, algo que nos debería hacer reflexionar sobre lo buenos o malos que somos nosotros juzgando a nuestros responsables políticos.
Es cierto que esta tasa de desempleo en los EEUU está bajando un poco, y Obama lo está consiguiendo con medidas de estímulo, medidas que hay que financiar a base de darle a la máquina de imprimir dólares y también de seguir aumentado el déficit y la deuda, lo que está preocupando mucho a muchos norteamericanos.
Si esto es lo que está haciendo Obama y parece que está funcionando, ¿por qué no hacemos nosotros lo mismo en España y en Europa?
¿Por qué no aplicamos las mismas “recetas” que ayudaron a los EEUU a salir de la gran depresión, si yo mismo acabo de escribir que las causas de nuestra crisis actual son parecidas?
Pues ya he avisado de que el tema es mucho más complejo de lo que parece, pero sí creo que hay algunas razones importantes que se pueden entender fácilmente:
En los años 30 del siglo pasado había muchas carreteras y puentes por hacer en los EEUU. También hacían falta muchos empleos públicos, por ejemplo policías para luchar contra el crimen organizado que había generado la prohibición del alcohol (y esto es simplemente una anécdota). En España ya tenemos probablemente más infraestructuras de las que necesitamos, aunque es cierto que tenemos algunas que no necesitamos y nos faltan otras que nos vendrían muy bien. Por ejemplo, una buena red de transporte ferroviario de mercancías, que ayudaría mucho a nuestra industria, pero lamentablemente nuestros responsables políticos se han preocupado más por construir líneas de AVE y aeropuertos de dudosa demanda.
Hoy en día, los EEUU vuelven a tener una gran necesidad de renovar y ampliar sus infraestructuras, como bien sabe cualquiera que haya hecho por allí un viaje en coche. También siguen teniendo un nivel muy bajo de empleo público, mientras que nosotros tenemos demasiado, y esto (alto nivel de infraestructuras y empleo público) en general es la situación no solo de España sino de toda la zona Euro.
En general, vemos que en los EEUU hay algo más de margen que en Europa para aplicar políticas de estímulo, pero el problema fundamental con estas políticas es cómo pagarlas. Como a estas alturas de la Historia está mal visto invadir países para apropiarse de sus riquezas (cada cual es libre de tener una opinión sobre si esto sigue pasando o no), nos quedan solo dos maneras, imprimir dinero o pedirlo prestado.
Está demostrado que darle a la máquina de imprimir billetes para resolver los problemas no es bueno. En poco tiempo puede hacer que suban mucho los precios, y esto es un drama especialmente para las personas que dependen de sus ahorros. Nos lo pueden explicar muy bien los venezolanos que afectivamente tenemos tan cerca, o los argentinos, o si nos vamos un poco más lejos (en afectos) a los ciudadanos de Zimbabue, que han llegado a utilizar billetes con 14 ceros para pagar productos básicos (finalmente parece que han resuelto el problema adoptando el dólar como moneda principal).
Los alemanes también sufrieron este problema, que se llama hiperinflación, en los años 20 del siglo pasado y lo pasaron francamente mal. De hecho fue una de las causas que contribuyeron al auge del nazismo. Se puede decir que sienten terror ante la posibilidad de que pueda volver a ocurrir, y tal vez esto nos ayude a entender mejor la supuesta “tozudez” de la señora Merkel.
Pero volvamos a los EEUU. Como la máquina de imprimir billetes de la Casa Blanca no es suficiente para cubrir el enorme gasto público (con guerras incluidas), pues el señor Obama también tiene que pedir prestado, o lo que es lo mismo, emitir deuda pública. El nivel de deuda que tienen ya los EEUU debe andar por el 90% del PIB, es decir, están más endeudados incluso que nosotros (cerca ya del 80% del PIB), pero siguen siendo la primera economía del mundo, con un desempleo mucho más bajo que el nuestro y una enorme capacidad de generar riqueza mediante la iniciativa privada, por lo que sigue habiendo personas dispuestas a confiar en que podrán devolver lo que se les presta, y por lo tanto dispuestos a seguir prestando. De entre estas personas, quien más presta debe ser alguien que lo hace en nombre del gobierno chino.
Como sabemos bien las personas que tenemos una hipoteca, la deuda es el compromiso de trabajar gratis para alguien en el futuro, y ya veremos lo que piensan los ciudadanos de EEUU dentro de algunas décadas cuando se den cuenta de la herencia que les han dejado sus padres. Por si esto no ha quedado claro lo voy a explicar mejor. De la misma forma que yo trabajaré parte del mes para el banco hasta que termine de pagarle la hipoteca, parece claro que en algún momento los niños americanos tendrán que ponerse a trabajar para los niños chinos, y yo creo que no les va a hacer ninguna gracia.
De cualquier manera nosotros tenemos un problema diferente y más inmediato, y es que con una de cada cuatro personas sin trabajo, una población cada vez más envejecida, y un gasto público desbocado (en gran medida por los dos motivos anteriores, pero también por la falta de rigor en la gestión de los dineros públicos), ahora mismo hay muy poca gente que confíe en que podamos devolver la deuda, y pronto nos encontraremos con que nadie nos va a seguir prestando. Lo cierto es que no nos podemos olvidar de que es Estado español emite bonos, ofreciendo un tipo de interés (y si a alguien le interesa el tema en otro comentario explico cómo se decide el tipo de interés; es muy sencillo pero no me quiero alargar más aquí), y esos bonos tiene que haber alguien que los quiera comprar.
Por cierto, nuestro gran problema no es la deuda del Estado, sino la deuda privada que ya está por encima del 220% del PIB, y lo cierto es que en este problema nos hemos metido solitos, pensando que los pisos eran la puerta de acceso de la clase media a la riqueza. Exactamente lo mismo que pensaron los americanos sobre la bolsa en los años 20 del siglo pasado. Igualmente, esto tiene bastante poco que ver con las “políticas liberales”.
La deuda privada no hace más que añadir riesgo al país. Sumando deuda pública y privada somos el cuarto país más endeudado del mundo, y al mismo tiempo tenemos una de las tasas más altas de desempleo. Es decir, como país somos lo más parecido a una bomba de relojería. Esto es lo que hace que nadie quiera comprar deuda española y haya que ofrecer cada vez un interés más alto por ella. No es la maldad de los mercados. Es el riesgo que tenemos de no poder pagar. Por cierto, Francia es otra bomba de relojería con su propia burbuja inmobiliaria, aunque esto es algo en lo que muy poca gente se ha fijado por el momento.
¿Y si convencemos al resto de países de la zona Euro para emitir deuda todos juntos? Si respondemos todos de la misma deuda, teniendo en cuenta que la mayoría está mejor que nosotros, el riesgo será menor. Unos pagaremos un poco menos de intereses y otros un poco más. Por fin hemos llegado a los eurobonos, la solución perfecta si no fuera por los alemanes que son unos insolidarios, o al menos eso piensan muchos.
Pues bien, estoy convencido de que tendremos eurobonos, o al menos eso espero, pero lo cierto es que tenemos un camino que recorrer para llegar a ellos, y ese camino, que estamos recorriendo ya gracias en gran medida a la señora Merkel es lo que se está llamando la consolidación fiscal. Esto indudablemente lo lidera Alemania pero nos engañamos pensando que es una cuestión de Alemania contra el resto de la zona Euro. Hay otros países sin problemas de deuda que están detrás de Alemania en esto, pero por simplificar las cosas sigamos hablando de los alemanes con algunos ejemplos.
Los alemanes llevan tiempo jubilándose a los 67 años, mientras nosotros lo hacíamos a los 65 solo en teoría y mientras los franceses se puede decir que acaban de salir a la calle para protestar porque su gobierno intenta pasar de los 60 a los 62. También llevan tiempo con el copago sanitario, y pagando una tasa por noche de hospital, es decir, las cosas por las que aquí ahora mismo nos estamos rasgando las vestiduras. De hecho, hace tiempo que sabemos que no son pocos los alemanes que han estado viniendo a operarse en España para poder hacerlo gratis, pero en lugar de pensar que no era el orden natural de las cosas si ellos eran más ricos, lo que hemos hecho es mirar para otro lado.
Lo de los alemanes lo dejo en estos dos ejemplos, pero podría poner algunos más. ¿Realmente podemos esperar que nos avalen la deuda si no nos ponemos todos al mismo nivel en cuanto a pago de impuestos y gasto público, que son las dos cosas que significa la armonización o consolidación fiscal? ¿Le avalaríamos nosotros la hipoteca a nuestro vecino que no tiene trabajo fijo pero tiene un coche deportivo y no quiere recortar su presupuesto para vacaciones, para solucionar su problema porque a él solo el banco no se la concede? Y el caso es que esto tiene dos derivadas, la del que avala y la del vecino, que somos nosotros, y que si es listo se dará cuenta de que tiene una buena oportunidad para poner su casa en orden.
Necesitamos más Europa. Gracias a la UE ya hemos tenido más de 60 años sin guerras y tenemos la misma moneda. Nos falta pagar los mismos impuestos y tener unos presupuestos lo más parecidos que sea posible, es decir, gasto público parecido y servicios públicos parecidos. Y entonces también eurobonos. Yo creo que esto es lo que quiere la señora Merkel y yo también, así que espero que no nos la quiten del puente de mando.
En fin, como casi siempre me he extendido más de la cuenta pero creo que era necesario.
El problema no es que los economistas europeos no sepan quien era Keynes, que por cierto era escocés. El problema es que las cosas no son tan sencillas.
Señor Luis León Barreto, aunque usted no me conoce, lamento dirigirle este comentario que es un poco crítico con lo que usted ha escrito de forma anónima.
Aquí hay algunas personas (las menos y las más valientes) que dan su nombre y otras que no lo hacen. Como no hay una regla para todos, y además parece claro que el anonimato no siempre contribuye a sacar lo mejor de las personas, yo he optado por lo segundo. Espero que me lo disculpe.
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PedroLuis
Estimados, mis entendederas no alcanzan para discutir o explicar con claridad la conveniencia de optar por la inversión “para estimular el crecimiento", o si es mejor recortar y sanear para “estimular el desespero” hasta el suicidio… Así de confuso me encuentro…
Además, invertir estamos invirtiendo… y mucho. Al parecer, según nos hemos enterado hoy, en Bankia ha aparecido un microporo (para agujero el de la Laguna de Barlovento) que precisa la "inversión"de entre 15.000 y 20.000 millones de euros. Una nimiedad. No en vano, hace apenas dos meses Bankia era ejemplo de eficiencia y solidez financiera. Menos mal.
Y a la flamante Banca Cívica no le ha pasado lo mismo, porque se la comió una “hiena”, pero no olvidemos que a las hienas, a poco que se despisten, se las comen los leones… porque esto ya no se diferencia en nada de la “ley de la selva”… Y lo peor es pensar en la cantidad de “conejitos” o “corderitos” que hemos caído en la redada. Mientras, Alemania engorda, a base de prestar dinero "barato" a nuestros bancos, que "sanan" a expensas de cobrarle al Estado, es decir a nosostros, el 6 % de interés. ¡Cómo coño no nos vamos a suicidar!
P.D.- Estimado "pevalqui", muy confiado lo veo en la "culta y multicultural" vecina. Cultura sí, pero lechugas, berenjenas, tomates y fresas españolas para las cunetas también… Yo prefiero esperar todavía un poquito para ver el "caminar de la perrita"… Mantener esa espera, es una de las esperanzas que me disuaden del suicidio… ¡lagarto, lagarto!
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pevalqui
Indudablemente y así lo manifiesto yo también: tuvo sus efectos positivos. Fue, como bien dices, la palanca que comenzó a activar el cambio. Todo ello en un país en donde "mine" (lo mío) ´prevalece sobre "ours" (lo nuestro), generando lo que luego sería "Im an American citizen, I pay my taxes" (soy ciudadano americano y pago mis impuestos).
De Francia, páis clave, culto, multicultural, de amplía tradición democrática, clave en la formación de Europa y eje de tantas revoluciones, espero mucho.
Sin ninguna duda, la política que se está llevando ahora está llevando a Europa a la ruina, a la desesperanza.
Deben haber cambios en el sentido al que apuntas. Soy muy partidario de ellos. No podemos continuar con el "esto es lo que hay". Aunque en algunos paises serán difíciles y traumáticos. Y la armonización de los mismos, el acuerdo fiscal entre los distintos paises, también.
Saludos cordiales…
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lleon
No cabe duda, querido Pevalqui, que el New Deal no solucionó todos los problemas pero sí fue la palanca que permitió la progresiva recuperación de EEUU tras el crack del 29, gracias a estas nuevas políticas EEUU empezó a afianzarse como potencia y pudo ayudar eficazmente a los aliados, no lo habría podido hacer sin el cambio que impulsó el presidente demócrata Roosevelt. En definitiva, de lo que se trataba con el New Deal era de incentivar el consumo, de hacer que el dinero corriera entre la gente, el dinero se movió, el país superó lo que tenía que superar, fue una revolución social de amplio calado. Y no me dirás que era una política más inteligente que la de recetar solo recortes y austeridad. En Grecia anda la gente suicidándose a diario, algo parecido a lo que pasó en Nueva York en 1929. En fin: ya Hollande ganó, en Gran Bretaña los conservadores están perdiendo algunas elecciones y en Alemania Angela Merkel ha perdido mucha popularidad. Lo que quiere decir que la Unión Europea tendrá que cambiar algunas cosas.
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pevalqui
En el "New deal", la decisión estaba conformada dentro de la frontera de un solo Estado. Aunque tuvo sus detractores, en un país en donde siempre ha primado la privacidad, lo privado. Tuvo sus efectos positivos aunque no logró superarse la crisis originada como consecuencia del crack del 29, finalmente superada tras la Segunda Guerra Mundial.
Apagados los ecos de la Guerra Mundial e instalados en la "American way of life" (estilo de vida norteamericano), se exportó al resto del mundo, especialmente a Europa en algunos de sus principales conceptos.
"Europe is different". Luis. Y si el propio Rajoy, defensor a ultranza de la política de "Frau Merkel", ya reclama una mayor intervención del Banco Central Europeo, ante la interevención que amenaza el sistema financiero español, especialmente en el sector bancario y consiguientemente, haciendo bueno aquel famoso dicho de que "la política hace extraños compañeros de cama" tras su reunión con Messieu Hollande, reclamando la emisión de eurobonos.
Frente a todo esto, los más ortodoxos tecnócratas en Bruselas, opinan que es "pan para hoy y hambre para mañana", en un claro recelo auspiciado principalmente por Alemania, en el sentido de que esa medida "relajaría" la reformas que los paises con mayor indisciplina monetaria y fiscal han dejado de acometer, especialmente los del sur de Europa.
Por otra parte, Alemania, que paga menos de la mitad que España por la financiación de su deuda a diez años, con la emisión de los eurobonos, incrementaría sustancialmente la cuantía a pagar en concepto de devolución, por lo que reclama, así lo ha expresado recientemente Mario Draghi, una equiparación fiscal europea previa, algo que se me antoja bastante complicado, al menos en el momento presente. A no ser que se cree una Europa de "varias velocidades"
De cualquier manera, la llegada de Hollande ha abierto otras perspectivas, y no descarto que se puedan llegar a acuerdos positivos y fructíferos en la próxima cumbre europea para finales de Junio.
De momento, al gallego Rajoy, ya le tocó ejercer como tal y es que: "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon la tuyas a remojar"
Saludos cordiales…
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jacoma
Estimado Luis –
Buena tenemos, ni soy economista, ni nada por el estilo, soy un simple contable/administrativo de profesión y pre-jubilado, pero, tengo que reconocerte nuevamente que, no puedo mas que identificarme completamente con todas tus aclaraciones/puntualizaciones, respecto del nuevo Káiser que desgraciadamente tenemos dirigiendo los destinos de toda Europa.
Me duele profundamente el solo hecho de pensar que haya podido llegar a concluir lo que seguidamente voy a tratar de aclararte como consecuencia de algunos comentarios escritos que, en estos últimos tiempos cualquiera de nosotros hemos tenido la oportunidad de poder leer o ver en television.
Como te digo, he tenido una muy mala impresión, como si ciertos medios de comunicación en España les encantaran ciertos recuerdos vividos de acontecimientos traumáticos o alucinaciones recurrentes experimentados, como un efecto después del consumo de alguna droga alucinógena. Como les encanta hacer las deformaciones burocráticas y antidemocráticas de los “enemigos de la libertad” soviéticos o cubanos. Sin embargo, nos han narrado con total naturalidad el actual surgimiento de un “Merkozy”, es decir, de un liderazgo europeo por parte de Francia y, especialmente, Alemania, “como es posible”. Tengo la esperancita de que el Sr. Hollande sea capaz dentro de sus posibilidades, de conseguir parar la marcha de estas botas brillantes de la Sra. Merkel como algunos dicen, sobre “la Europa del Sur”.
Poco parece importarles que en ningún lugar se haya decidido o votado que dos presidentes (por no decir una sola) deban autoproclamarse líderes de la Unión Europea. Tampoco ven nada sospechoso en el hecho de que el banco Goldman Sachs esté colocando a sus directivos al frente de los poderes políticos europeos. Como Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, o como Mario Monti, nuevo presidente italiano, sin olvidarnos del nuevo Primer Ministro griego, Lucas Papademos.
A este Conjunto de medios de comunicación que tienen difusión masiva, además, les resulta muy antidemocrático que indios de origen humilde como Evo Morales o Hugo Chávez gobiernen en sus países, cuyas respectivas elecciones han ganado; sin embargo, no tienen el menor problema en aceptar gobiernos de banqueros que, como estos, no han sido votados por nadie, sino impuestos por “los mercados”.
¿Por quiénes?, se preguntarán algunos. Es fácil. Los países socialistas se equivocaban: ¿qué es eso de exhibir una burocracia pública, conocida por todos, que da discursos políticos incendiarios en la Plaza Roja y rinde cuentas ante la sociedad? Mejor hablar de unos espectrales “mercados”, cuya impersonal voluntad, como la de un nuevo dios, ha de cumplirse siempre automáticamente, aunque sin saber demasiado bien por qué. Mejor no desvelar que, en esta nueva Edad Media, detrás de eufemismos como los mercados no se esconden dioses, sino personas muy concretas y demasiado humanas, con nombres, apellidos y dedicaciones tan nobles como banqueros, grandes empresarios, propietarios de fondos de pensiones privados o dueños de agencias de calificación de riesgos que, a poco que puedan harán descender el rating de los países díscolos que se nieguen a privatizarlo todo, para, a modo de profecía autocumplida, provocar un encarecimiento de sus futuros préstamos, incrementando drásticamente su deuda.
Los diferentes Gobiernos calladitos, al parecer, no hay nada de antidemocrático en ello. En Grecia o Italia, los mercados imponen gobiernos técnicos. O, en otras palabras, banqueros americanos de Goldman Sachs que, como decimos, no han sido votados por nadie gobernarán a partir de ahora dichos Estados de manera más directa. Ahora bien, ¿es o no es esta una dictadura del capital?, ¿no es esto una cuestión ideológica o política?. No, no, son gobiernos técnicos, que técnicamente decidirán que recortemos en gasto público y hagamos descender los impuestos directos, especialmente para los tramos más altos del IRPF. Lo cual pone de manifiesto la gran imparcialidad de estos banqueros o técnicos, como se les llama ahora. Pero entonces ¿para qué podría servir la soberanía de unos pueblos carentes de los conocimientos técnicos necesarios para decidir nada? ¿Quién, si no un técnico, está capacitado para arreglar una máquina, la europea, que ha dejado de funcionar? ¿Quiénes, si no los banqueros, están capacitados para gobernar? Es más Luis, dime, ¿existe algo más democrático que esto?
Son preguntas que jamás les harán periodistas por muy críticos que puedan parecernos, sabes porque Luis, porque me da la impresión de que para ellos no hay nada antidemocrático ni que huela a podrido en la UE. No es antidemocrático que Merkel decida en solitario rechazar los eurobonos propuesta defendida por casi la totalidad de los países restantes o fuerce un Pacto del Euro que obliga a modificar (neoliberalizar) las constituciones de los Estados miembros debates y votaciones descartadas por anticuadas, desfasadas y poco “técnicas”, claro está, ¿pero que esta pasando?. Tampoco es antidemocrático que el Banco Central Europeo, que lógicamente emite todos los euros que existen, un dinero que, no lo olvidemos, no es más que el equivalente general del mundo de las mercancías, esto es, de la producción de los trabajadores, preste ese dinero a los bancos a un 1% de interés, para que estos, a su vez, se lo presten a los Estados a un 4%. ¿Y por qué no lo prestan directamente a los Estados?, se preguntarán hasta los niños de 2 años, poco imbuidos aún del espíritu técnico. ¿Por qué ha de existir una casta parasitaria situada ahí en medio, o, en otras palabras, por qué ha de existir la banca privada? ¿Por qué los países han de asumir deudas cuatro veces más asfixiantes que la que contraerían si el BCE efectuara los créditos sin intermediarios? La respuesta a estas tres preguntas es tan sencilla como obvia: porque es necesario para que una pequeña élite viva en la más obscena opulencia. Lo que constituye otro ejemplo de democracia “eso sí, nada ideológica sino puramente técnica”, vaya desmadre.
No me parece que la Sra. Merkel sea muy tozuda Luis, el caso es que mas bien me da la mala impresión de que el sueño de Adolf, a la postre, se ha realizado. Y no sólo porque Alemania ordene y mande en Europa a punta de deuda pública y préstamo bancario, aunque esta vez con Francia, y no Italia, como escudera, sino porque tenemos al fin a una pequeña minoría, a una raza superior de hombres (los banqueros) ante los cuales, por algún extraño motivo, la humanidad entera parece que ha de postrarse y suplicar clemencia. Si es necesario que un Estado, como el español, se endeude para salvar el tren de vida de la raza superior inyectándole dinero público, pues se hace y ya está. El Estado, mientras envía a sus cuerpos de seguridad a desahuciar familias que no pueden afrontar las hipotecas (esta vez el campo de concentración está fuera de las cuatro paredes, y no dentro), asume en cambio la deuda privada de esos desafortunados banqueros, aunque eso condicione el futuro mismo de las próximas generaciones. Esa es su “técnica”, como el gas Zyklon B. Pero, ¿cómo comparar esto al III Reich?, clamarán algunos, visiblemente ofendidos. Y tienen razón: es incomparable. Sobre todo porque entonces existía una poderosa izquierda política opuesta al sueño de Adolf, mientras que ahora, incluso una parte de la izquierda extraparlamentaria, no digamos ya la institucional continúa imbuida por el mito de un modelo social europeo que me ahora me parece que nunca existió. O por el prejuicio inducido de que no podemos salir de la UE ni del euro, ya que fuera de ellos sólo existe el infierno.
No parecen afectados porque cada día capas más amplias de la población comprendan que la UE es y fue siempre, desde el propio Tratado de Maastricht un proyecto capitalista e imperialista en sí mismo; un arma supraestatal con la que imponer recortes y retrocesos sociales a los pueblos trabajadores europeos, suprimiendo la capacidad de los gobiernos nacionales para realizar otras políticas que no sean las de flexibilidad, desregulación y precariedad laboral. Ni por el hecho de que, indudablemente, la primera medida que un gobierno con pretensiones reformistas tendría que tomar, de alcanzar el poder hoy en día en cualquier país europeo, me parece que sería la salida de la UE.
Afortunadamente, cada vez son más los que se adhieren a otra izquierda, aquella que no avala el sueño de Adolf, ni siquiera en su versión progresista. Es decir, la que no propone otras inútiles salidas técnicas aunque en clave keynesiana esta vez, como los eurobonos o las agencias de calificación europeas, frente a lo que es una crisis estructural del propio capitalismo, y no únicamente de su versión desregulada, una huida desde la regulada, por lo que volver a aquello de lo que se huía, es decir, a la caída de la tasa de ganancia, no solucionaría nada, la máquina europea no ha dejado de funcionar en ningún momento, sino que éste es precisamente su más perfecto funcionamiento.
Por ultimo Luis, te aseguro que, creo y quisiera seguir pensando que la democracia es el menos malo de los sistemas, pero, tambien reclamo y creo en la libertad de los pueblos y su derecho a regir su destino sin sometimientos y con menos tecnisismo especulador, mientras España esta pagando un 6% de interes, Alemania paga 0%, ¿como se come esto?.
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PedroLuis
Escueto, histórico, fundamentado y suculento mensaje, don Luis. En medio estamos los “ciudadanitos despistados y abrumados”, que desconcertados ya no sabemos si gastar lo que nos queda o ahorrar lo que se pueda.
Por cierto:
No es el “Ángel” salvador
“Angela” es, y su cuadrilla,
la que con tozudez trilla
y nos hace perder el humor
P.D. Hay erratas "envenenadas". O no.
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