En nuestra condición se da un balanceo permanente entre el bien y el mal, debe ser una marca que llevamos incrustada en nuestros genes desde que nos consideramos humanos, somos capaces de lo mejor y de lo peor, y hubo un dios latino con dos caras enfrentadas. Pues bien: un día alguien compró una mascota que le parecía cariñosa, inteligente y bella. Hay quienes se han hecho con cachorros de león, tigre o cocodrilo para colocarlos en el césped de su jardín. En una sociedad democrática, la libertad permite tener las opciones que uno desee aunque no estaría de más ejercitar los debidos controles sobre especies potencialmente peligrosas que parecen cruzar las fronteras con bastante alegría. Creemos que en otros países hay más cuidado en las aduanas, en los puertos y aeropuertos, a la hora de permitir la entrada de especies potencialmente invasoras. Pues cuando alguien compra una iguana, una cotorra o una serpiente existe el riesgo de que ese alguien se aburra cualquier día de aquello que consideró un pasatiempo. Y un animal no debe ser entendido como un pasatiempo, ni como un juguete ni como un motivo de entretenimiento. Por eso puede suceder que un día ese alguien se aburra de su mascota y la abandone, o la suelte en un barranco, o en un pinar. Aquí hay un clima favorable para que crezcan muchos tipos de plantas, incluso la desgraciada aparición del rabo de gato llegaría de modo accidental y ya ha infestado buena parte de nuestro espacio; aquí pueden vivir muchos tipos de animales, incluida la ardilla majorera que también alguien trajo como una cosa simpática y ha colonizado el territorio. Como íbamos diciendo, alguien abandonó esa serpiente en los campos, ha habido que recabar fondos europeos y armar cuadrillas para tratar de controlar esa plaga de ofidios que se producen con gran facilidad y ahora es posible que ese alguien, o algunos compinches de ese alguien, se estén divirtiendo más todavía. Pues ahora mismo ese alguien, o los compinches de ese alguien que inicialmente compró la mascota, están sembrando la isla de estos molestos visitantes, de lo contrario no se entiende la repentina proliferación de ese animal de California en áreas distantes, incluso en zonas urbanas.
Canarias es célebre por no tener bichos dañinos al ser humano, todo lo más puede que haya algún ciempiés, algún tipo de escorpión o de araña que pueda provocar algún ligero daño, de la misma forma que hay setas venenosas. Pero aquí nunca ha habido serpientes como las que ahora proliferan a lo largo de la isla de Gran Canaria.
Nuestra tierra es tan frágil y paradisíaca que carece –o carecía– de especies malignas. También existe una enfermedad que produce la contemplación de la belleza, hay personas a las que observar una rosaleda o una escultura en la calle, una catedral gótica o un parque bien cuidado, les produce un subidón de adrenalina tal que les origina la necesidad de destruir, ejercitar actos vandálicos. De la misma forma, cuando llegan estas fechas veraniegas, cuando el calor hace mella y llegan vientos aprovechables, hay personas que se ponen en marcha. Con unas latas de gasolina se preparan para sembrar destrucción. Terrorismo ecológico puede denominarse la siembra de serpientes y la siembra intencionada de fuegos veraniegos, ya hay conatos y más que conatos en muy distintos puntos de la geografía nacional. Tiene que ver con la tendencia al vandalismo, cuyas acciones son evidentes en nuestras ciudades. Hemos visto esculturas desmochadas, fuentes machacadas, lápidas conmemorativas de algún personaje o algún hecho histórico que han sido arrancadas de donde estaban colocadas. La enfermedad del vandalismo llega a dibujar grafitis en lugares arqueológicos. El clásico aquí estuve yo, o el feliz anuncio de que Jonathan quiere a Vanessa, que se ejecuta sin el menor respeto a los lugares.
La perversidad humana se manifiesta en otros muchos escenarios. Así, por ejemplo, con frecuencia se da la circunstancia de que personajes que en su día fueron revolucionarios para bien, por cuanto eliminaron gobiernos corruptos, lleguen a convertirse con el paso del tiempo en dictadores sanguinarios. Es lo que le ha pasado a Daniel Ortega en Nicaragua, con cuyo empuje cayó Somoza, un dictador impresentable, y que ahora, tras décadas de disfrute del poder se ha convertido él mismo en un personaje abyecto. Autor de un baño de sangre, en el colmo de la desfachatez acusa de golpistas a los opositores; su propia mujer es la vicepresidenta y los paramilitares son su fuerza de choque para golpear a las masas que ya no lo quieren. Golpistas para él son los manifestantes, pero también lo son los obispos, que piden elecciones y el cese de la violencia. Más de trescientos muertos quedan en las calles de este país tan poco afortunado sin que la presión de la opinión pública internacional, sin que la ONU ni la OEA ni otras instituciones, consigan enmendar tales desafueros. Puede parecer inevitable establecer una comparación con otros lugares poco afortunados de la gran cuenca americana: Haití, y otros países donde se habla español y que tenemos en mente cada día. Hay muchos espacios donde arraigan sistemas de gobierno poco favorecedores de las mayorías, poco respetuosos con la sociedad y con el bien común. Son gobiernos de partidos únicos que difícilmente se aplicarán a evolucionar, que se estancan en las verdades inmutables que hacen tan perversa a una dictadura de izquierdas como a otra de derechas, experiencia tenemos al respecto. Ya sabemos que cuando alguien pronuncia la palabra Movimiento hay un caudillo detrás.
Al hilo de los acontecimientos, una parte de la opinión pública se ha mostrado azorada por la circunstancia de que el flamante líder del Partido Popular, don Pablo Casado, amenaza con llevarnos a tiempos antediluvianos, una línea dura con aviso a navegantes, ojo con el aborto, la eutanasia ni mencionarla, palos a los separatistas, mientras, paralelamente, el turista señor Puigdemont no desea quedarse ni un metro por detrás, y por ello impone a los suyos que nada de nuevos Estatuts y nada de visitas a La Moncloa ya que lo primero de todo va a ser el frente amplio y urgente para la República y lo segundo más de lo mismo. Como los extremos se tocan, parece que aquello de las soluciones dialogadas y de buena fe van a quedarse estancadas en el cuarto de los ratones. Obcecación en unos y en otros, línea dura aquí y allá, Santiago y cierra España, que no hay para más. Ya veremos en septiembre.
Pintao
A propósito de La Palma. No se si el hecho de vivir en una isla pequeña condiciona y hace que la gente sea más indolente a la hora de tomar decisiones en cosas que a la larga terminan causando problemas mayores.
Hay muchos ejemplos de falta de determinación, no solo en las autoridades, sino en el ciudadano en general que ante la necesidad de ponerse serio y no transigir ni un milímetro, optamos por mirar para otro lado, y suele suceder que a los puebles que les pasa eso, terminan, como es lógico, pagando las consecuencias.
Es una especie de vergüenza ajena, que siempre nos suele traer malas consecuencias, ante las cuales solemos encogernos de hombros y comentar eso de “ya lo decía yo, que eso se venía venir”.
Confundimos libertad en democracia con permisividad y terminamos pagando la factura,
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Juanf
Don Luis somos indefensos cuando la bívora asoma su cabeza para matar, recuerdo en mis tiempos que jugaba futbol en tierras venezolanas, ir en carretera con tres amigos del equipo, justo cuando una inmensa culebra (?) uno suele aumentar el tamaño (igual cuando en pesca submarina me encontré con un tiburón que me pareció inmenso y pudo ser pequeño) vaya usted a saber!
la culebra estaba en ese momento pasando la carretera y yo paré el coche y retrocedí… hice que abria la puerta y los tres que me acompañaban comenzaron a gritar que no lo hiciera… simplemente quise darles un susto y de verdad lo tuvieron……
Mi hija le encantan los animales, tiene tres perritos y tambien dos chinchillas, pienso que alguien tiene que cuidarlas….
Y mi hijo tiene una serpiente en jaula y una iguana fuera de la casa tambien en jaula y cuando le visito encuentro que siguen creciendo…. y lo adornan con dos cockatiel que hablan como político en acción.
Aún cuando lo que mas pudiera dañar nuestro ambiente bien puede ser las enfermedades que llegan gratis saltando la verja, ahi existe lo improvisto, pues tanta gente que llega no da espacio para que la Sanidad pueda resolver todos los casos y si estos se propagan por falta de atención, dios nos agarre confesados se suele escuchar.
Le felicito una vez mas por su buen articulo que demuestra cambio en nuestro terreno libre de animales que den miedo al caminante y en ciudad al recien llegado mal atendido propagando lo escondido.
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lleon
Serpientes o chinchillas o iguanas o cotorras argentinas, todas las especies exóticas e invasoras son un peligro para la fauna canaria
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susox
en Garafia hay una que tenía 200 chinchillas, y estaba regalando.
como ese animalito lo suelten será una plagada
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susox
en Garafía vive una loca con 200 chinchillas y estaba regalando porque eran demasiadas…. pronto tendremos chinchillas tambien en toda la isla
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lleon
Gracias por tu eficaz razonamiento, un análisis muy certero de las circunstancias. Brillante y exhaustivo, como casi siempre. Saludos cordiales
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pevalqui
Con independencia de la maldad intrínseca del ser humano, de unos más que de los otros, vivimos en una época en España en la que la impunidad está a la orden del día. Se pueden transgredir leyes, autos judiciales, incluso la Constitución de un país soberano, sin que en apariencia nada o casi nada suceda. La agresividad y las faltas de respeto son moneda común. No tienes más que salir a la calle en tu coche para visualizarlas. Se han perdido normas elementales de urbanidad y de convivencia. Desde este punto de vista quizá deberíamos replantearnos determinadas cosas, antes que la inercia de la ola nos siga arrastrando.
Lo más preocupante es que no hay puntos intermedios en los que confluir para poder concitar en torno a soluciones razonables. Por el contrario, las propuestas que se emiten desde los representantes políticos son radicalmente diferentes.
Vivimos en una época convulsa cuyo reflejo se observa desde las etapas más tempranas de la escolarización. Los cambios se producen a una velocidad de vértigo; todo es efímero; todo se exhibe; todo se vende; prima el hedonismo, el placer inmediato ante la incertidumbre de un futuro incierto. Ciertamente, preocupante.
Puigdemont es el fiel reflejo de algunas de las reflexiones previamente expuestas. La constatación marxista de que las revoluciones sociales las hace la burguesía (en este caso la catalana). El intento del Movimiento La Crida, que ya se ha llevado a Marta Pascal por delante para ponerse el sr Puigdemont, ya lo hizo previamente con Junts pel si, en la idea de promover la unión del nacionalismo catalán. Eso sí, con Puigdemont dirigiendo el proces.
Curiosamente, los republicanos de Esquerra, quienes actualmente -según la encuestas-, cuentan con la mayoría del voto popular, están adoptando una postura de mayor moderación, en un país como España, con una fortaleza intrínseca enorme, que se debate en combatir leyes y prebendas que se concedieron en los comienzos de la transición política tras la Dictadura, una transición hecha a prisas y corriendo, de la que no solamente quedaron muchas heridas abiertas, sino costuras sin cerrar por las que siguen pretendiendo entrar la mitad del electorado catalán al amparo de un gobierno débil, y de un país que aún sigue pagando las consecuencias de la pasada crisis financiera. De eso y de la acción inane del anterior gobierno. Y de otras muchas cosas más se están aprovechando los populistas, cuyo discurso se fundamenta en la queja y los nacionalistas en su obcecación por representar a un sector de la sociedad catalana. El otro comienza a reaccionar. Pero con mucha tardanza.
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