En 1858, la isla era un hervidero de cultura: fue el llamado Siglo de Oro de La Palma, pues contaba con teatro, música, literatura, pintura, imaginería, danzas y bailes, sociedades culturales y económicas, la primera imprenta. Hubo más de 120 periódicos, satíricos, católicos, anarquistas, gremiales, de intereses generales, según contamos en nuestro libro El Time y la prensa canaria del siglo XIX. Una isla curiosa: tan rural, con tanto analfabetismo en la época, sometida a los caciques, y sin embargo generadora de pensamiento progresista, republicano y liberal. Detrás estaban, no lo olvidemos, las logias masónica de Santa Cruz de La Palma, el recuerdo del esplendor de su puerto, su innovación tecnológica, no en vano fue el primer lugar de Canarias donde hubo luz eléctrica.
En ese contexto nace la Sociedad La Filarmónica de Los Llanos de Aridane, denominada luego Banda de Música, una de las más antiguas de Canarias y la institución cultural con mayor continuidad en su isla. Cuando yo era niño la Banda ensayaba en la calle Convento, a un tiro de piedra de donde yo vivía, en la calle Cabo. Mi padre, Anastasio León Capote, intentó que yo también me sumara a la banda, pero por entonces no se admitía a chiquillos y por otro lado aquello del solfeo, do, re, mi, fa, sol, si, la, me parecía un soberano latazo. Aparte de que don Domingo González Ferrera, el director, que también daba Matemáticas y Música en la academia de don Pepe Lavers, tenía malas pulgas y no se andaba con boberías.
Esta más que centenaria agrupación musical grabó en 2006 un disco de Pasodobles con catorce temas, dirigido por Gonzalo Jaubert, producción de Isabel Costes. Desfilan pasodobles de fama taurina como Gallito, El Gato Montés o Suspiros de España, y el disco llega al toque final con el Islas Canarias, otro pasodoble escrito por el levantino José María Tarridas, que la Banda interpreta acompañada de la Escolanía Marino Sicilia que dirigía Gregorio Díaz. La Banda más que centenaria suena francamente bien, parece una banda sinfónica dicen los entendidos. No en vano Gonzalo Jaubert está haciendo una labor encomiable a través de la Academia Municipal de Música y de la propia banda.
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lleon
Amigo Pedro: en la cena de Navidad del año pasado de El Apurón varios de los asistentes dijeron: "Menos mal que existe Pevalqui, si Pevalqui no existiera nadie leería estos blogs." Gracias, Pedro, porque sigues siendo una persona generosa, atenta a los demás, siempre estás dispuesto a poner un comentario. Gracias.
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pevalqui
Interesante e ilustrador comentario sobre la Banda de Los Llanos.
Forman parte de ese ancestro de nuestra infancia que no debe nunca desaparecer. Animan dándole vida a los eventos sociales, colaborando a que éstos permanezcan de forma perenne en el recuerdo.
Me suena mucho el nombre de don Pepe Lavers de habérselo oído a papá hace mucho tiempo, e incluso a mi primo Julio, pero no recordaba el motivo.
Un pasodoble siempre alegra la existencia y a buen seguro que interpretado por la Banda debe sonar muy bien.
Buenos días. Saludos cordiales.
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