Vivimos tiempos apresurados en los cuales lo que servía para ayer ya no sirve para hoy. La Navidad, con toda su exteriorización de compras, luces, sensación de euforia y relativo bienestar, es un buen ejemplo para comprender que atravesamos un tiempo de aceleración. En esta época que vivimos todo va muy rápido, el cambio climático empeora y se acelera de año en año porque los grandes contaminadores –es decir Estados Unidos, China e India- no están muy interesados en frenar las circunstancias que repercuten en el deterioro medioambiental, las naciones en desarrollo argumentan que sus ciudadanos tienen el mismo derecho que los habitantes de los países industrializados a disfrutar del progreso, ¿cómo van a dejar de quemar petróleo, cómo van a dejar de consumir?. Por otra parte, las Navidades suelen ser época conflictiva para las parejas, ya que está comprobado que buena parte de las separaciones y divorcios se incoan en el mes de enero, es decir, en medio de la tan temida resaca navideña. Los psicólogos señalan que esta época suele ser crítica para quienes sufren ansiedad, y afecta más a las mujeres porque son ellas las que organizan las cenas, comidas, encuentros familiares, compras, etc. Estos días todo tiene que ser especial, perfecto, y se genera tensión añadida. Además es la época de hacer balance, uno se siente un año más viejo y se coincide con la familia, con lo cual a veces el alcohol y la desinhibición consiguiente hacen que estallen conflictos disimulados el resto del año.
Todo se acelera últimamente, pues si hace unos años las iluminaciones y los nacimientos se inauguraban ya bien avanzado diciembre, ahora está clara la tendencia a entender que la Navidad comienza el Viernes Negro, es decir, a veintitantos de noviembre, y esto sucede no solo en las grandes ciudades sino incluso en los pueblos apartados, en los lugares pequeños. Y ese es el momento en que los centros comerciales encienden sus luminarias, exhiben sus belenes que tanto fotografían los turistas y empieza la época frenética de las compras, muchas veces compulsivas. Como hemos copiado el Halloween y también el Black Friday solo nos queda imitar el Día de Acción de Gracias, aunque tenga muy poco que ver con nuestras tradiciones, y aunque comer pavo nos parezca ingerir una carne bastante sosa. Pero la publicidad hace milagros, y en ello entra, qué duda cabe, el cine, que tanto refleja toda la parafernalia navideña.
Los empresarios hacen sus cuentas, y se estima un gasto medio de 700 euros por persona en estas semanas, y ello engloba la alimentación, los regalos, la compra de lotería, las salidas a comer fuera, etc. Se supone que la de 2018 podría convertirse en la mejor campaña de Navidad desde el inicio de la crisis, argumentándose que en España las ventas van a crecer entre un 6 y un 10 por ciento. ¿Y qué es lo que se mercadea en estos días? Los regalos estrella son aquellos que no son excesivamente necesarios, sino que más bien constituyen un premio, una recompensa, por ejemplo la moda, los perfumes o la tecnología. Los vendedores aplican técnicas de psicología de ventas basadas en mensajes emocionales, ya que se pretende hacer felices a los demás.
La Navidad es un momento de compra social, y con frecuencia se trata de compra compulsiva. Porque no son adquisiciones que nazcan de la necesidad o de la oferta sino más bien de la presión social. Así, la sensación de optimismo y de estado de felicidad del que participan las grandes superficies y todas las marcas acentúan la conveniencia de comprar a flor de piel. Se combina esto de manera casi maravillosa con el hecho de que muchos consumidores cuentan con una paga extra, lo cual incluye a los pensionistas, a pesar de que el Gobierno tenga que dar un bocado grande a las ya menguadas reservas de la Seguridad Social. Todas estas circunstancias hacen que en estos días se produzca la que pudiéramos llamar tormenta perfecta para el consumo, ese consumo que genera miles de puestos de trabajo en el tramo que media entre la Navidad y la época de Rebajas. Hay otra circunstancia que valoran los economistas y los sociólogos y es el hecho de que aproximadamente la mitad de los españoles expresa la percepción de que van a gastar más este año que el año anterior, lo cual significa la percepción de que la situación económica va mejorando o ha mejorado ya, de tal modo que el incremento del gasto navideño será asumido con cierta facilidad con las economías familiares. Los estrategas de la economía señalan que, dado que hay una excesiva saturación de impactos publicitarios y emocionales, los comercios tratan de diferenciarse para conseguir mejores resultados. Así, se recurre a distintas técnicas de ventas para conseguir que el consumidor no repare en el gasto que está haciendo, de este modo se ofrece en muchas tiendas la financiación o pago aplazado, con lo cual se diluye la sensación de gasto. Aunque a la vuelta de la esquina vendrá la tan temida cuesta de enero, lo importante ahora es comprar para sentirse más satisfecho, acumular objetos que tal vez no nos sean tan imprescindibles pero que es preciso tener.
Se piensa que la gran mayoría de las compras se decide sobre la marcha en el punto de venta. Este hecho ha llevado a las marcas a transformar sus tiendas en un espacio sumamente atractivo, donde la música, el olor, la iluminación y la atención al cliente generan un entramado que envuelve y seduce al consumidor desde que entra en el establecimiento hasta que sale con la bolsa ya llena de productos que aparentemente son muy apetecibles aunque no sean realmente tan útiles ni tan necesarios, vinculado a todo esto está la figura del regalo promocional, como acicate para el presunto comprador dubitativo. Las redes sociales tienen también mucha importancia, ya que las marcas aprovechan para reforzar los vínculos con los consumidores fieles, la fidelización y la gratificación de la fidelización son muy importantes, y por ello se ofrecen promociones especiales, supuestamente ventajosas a sus clientes habituales. Lo importante en Navidad es el hecho de regalar, la satisfacción de poder regalar, más que el regalo en sí.
En definitiva, con sus luces y sus sombras, con sus euforias y sus subsiguientes bajonas, la Navidad y todo lo que lleva añadido es un reflejo del estado de ánimo de una colectividad. Navidad es algo diferente al resto, y, para seguir con el tópico, qué menos que desear Feliz Navidad a los lectores.
Blog La Literatura y la Vida
lleon
Muchas gracias por los comentarios, en especial por este último tan lleno de melancolía y de cariño hacia el gran país venezolano Y que el 2019 sea un poco mejor para todos, para Ibrahim con su fútbol, para Pevalqui con su maravillosa jubilación, para todos los colegas que seguimos pendientes de El Apurón Y para doña Digna, su dignísima directora Feliz 19
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Juanf
Don Luis el milagro de la Navidad por Venezuela aún no ha llegado, tienen al niño secuestrado.
Un pedacito de Patria
Dentro de pocos días celebramos Nochebuena… y me encuentro frente a una página en blanco, sin encontrar de qué escribir.
Había reflexionado sobre el espíritu de la Navidad y sentía que debía transmitir un mensaje positivo. Los lectores esperan en estos días una señal, una luz en el túnel… unas frases que los ayuden a enfrentar la dura realidad… que levante el ánimo para continuar la lucha.
Me parecía que, por las fechas, se imponía un poco de esperanza. Para de alguna manera estimular el estado de ánimo tan decaído, que se empeñaba en estrellarse contra el rostro y el corazón… percibo que nos rodea una energía negativa, producto de la desesperación y de la ausencia de esperanza.
Pero no podía escribir; mis dedos se negaban a inventar argumentos que mi corazón no creyera. Se imponía escribir la verdad, describir el dolor, la ausencia, la perdida… para entender la dimensión de lo que enfrentamos… para intentar explicar esto y para poner los pies en la tierra.
Una verdad que nos ayude a enfrentar la batalla, con la visión exacta de los hechos… que nos permita acertar en las decisiones.
En estos días los discursos oficiales parasitan el buen entendimiento. El venezolano se debate entre sus tradiciones y la rabia contenida en sus corazones. Se sabe estafado, burlado, manipulado.
Se resiste a que le roben su espíritu navideño… lo han despojado de tantas cosas, que hace una cuestión de honor, defender sus sentimientos, sus recuerdos, sus rituales y los momentos felices con familiares y amigos.
Una sarcástica declaración oficial, trajo a mi mente al iluminado de Sabaneta, que arengaba a las masas con su grito de guerra “tenemos Patria”, un invento publicitario para justificar lo que venía… que perderíamos todo, como les pasó a los cubanos.
La “Patria” de Chávez la coronó Maduro, es la patria con “P” minúscula, rojita… manchada de sangre inocente; una patria sin servicios de luz y agua, sin medicinas, sin empresas que produzcan. Es también la patria sin comida, sin tierras cultivadas, sin pollo, carne o café.
Sin justicia…sin papel higiénico. Es una patria que sus militares traicionaron, que los que controlan el poder arruinaron y que le robaron lo que producía.
Es la patria de chavistas, enchufados y boliburgueses multimillonarios. Es la patria que el pueblo venezolano abandona caminando; ante la hambruna, la desnutrición y las enfermedades.
La torpe y desventurada declaración, que estimuló mis recuerdos, la daba Rangel Silva, tratando con nuevas mentiras de justificar, que solo podía entregar a cada uno, un “pedacito de pernil”. Me pareció tan representativo de la realidad… era lo que había dejado la revolución bolivariana, un pedacito de patria.
Cuando un gobernador está ocupado cual dependiente de pulpería, ejemplifica el país que tenemos. El país de Maduro, donde los indicadores sobre la corrupción parecen no tener límites, donde un solo hombre – Alejandro Andrade – puede obtener una comisión por un monto de más de mil millones de dólares, imagínense el total negociado.
Entre Chávez y Maduro lograron que el país llegara al puesto 169 del ranking de transparencia internacional.
Hoy se imponer decir la verdad sin anestesia, aunque suene duro porque eso incluye también a gran parte de la población… protestando por un pernil, cuando tiene al frente al destructor del país.
El gran crimen del régimen es más perverso, porque además de robarse todo, se han dedicado a la trasformación del pueblo de Venezuela. Buscan convertirnos en un país de vándalos; masas irracionales que se incitan al saqueo de supermercados, de camiones de productos, de tiendas de artefactos eléctricos.
Buscan acostumbrarnos a la ley de la selva, la del más vivo, a la del típico chavista ladrón. Intentan desmoralizar al pueblo como hicieron con los militares, cuando implantó el plan Bolívar 2000 al margen de la Contraloría… una vez que se ensuciaron, quedaron comprometidos y bien callados.
Un pueblo que se sienta a esperar, que la caigan las cosas de arriba, es un pueblo educado para mendigar. Susceptible de ser manipulado una y otra vez; sea por necesidad o por ignorancia.
Si no asimilamos lo que sucede como una triste lección, seguiremos cometiendo los mismos errores. Este consejo es válido también para los dirigentes políticos y empresariales; quienes o asumen riesgos vivenciales para superar esta crisis, o sino prepárense para desaparecer.
Esto es lo que hay, nos queda un pedacito de patria… ese pedacito es como una semilla, que encierra toda la potencialidad de un árbol. Donde pueden florecer valores, principios, oportunidades, emprendimiento, fe, esperanza, trabajo, salarios, educación, respeto, orden, justicia…
Ese árbol puede dar frutos, venezolanos honestos y emprendedores; empresarios que generen trabajo y riquezas; funcionarios al servicio de su pueblo.
Tendrá la oportunidad de crecer y producir nuevas semillas, si los que estamos aquí y ahora, lo cuidamos, habrá que regarlo y protegerlo con el ejemplo, con honestidad y con coraje… Nadie dijo que será fácil construir un nuevo bosque… con muchos árboles.
Muchos no han querido aceptar, que para que la planta crezca, hay que arrancar la mala hierba que la rodea. Nacional y extrajera… a la que el chavismo permitió invadir nuestros campos.
No podremos recoger maíz, en una tierra reseca llena de ortigas. Estas malezas se confunden con buena simiente, se disimulan… hasta es posible que la tengamos al lado nuestro.
Lo primero que tenemos que entender, es que salir de esto es tarea de todos. Demasiado importante para dejarlo en manos de unos pocos, que se han mostrado poco asertivos.
El pueblo, las universidades, los sindicatos, los profesionales, los padres de familia, los gremios, todos debemos asumir un rol protagónico en dos frentes, el nacional y el internacional. La iglesia como institución, una de las pocas que despierta confianza, tiene una responsabilidad histórica importante, probablemente convertirse en el factor de unión nacional.
La claridad en las posiciones futuras, será crucial para recuperar la confianza internacional. Los egos desmesurados, los intereses partidistas o personales, aprenderán a unificar esfuerzos y a canalizar acciones contundentes o serán ignorados… porque si no, solo quedará espacio para la reacción incontrolada de las muchedumbres enardecidas.
Que se puede esperar como reacción ante un legado de destrucción y corrupción. La ausencia de una política de Estado dirigida hacia la solución de la crisis, no justifica la negligencia de acciones opositoras lucidas.
Esto es lo que deseo en el 2019, el nacimiento de una oposición integral, patriota, con estrategias pragmáticas adaptadas a la realidad. Con proposiciones económicas, políticas y sociales, que nos saquen del marasmo actual.
Un movimiento nacional, sincero, probo, capaz de hacer alianzas internacionales, con los intereses de política internacional en juego. Que llame a los de adentro y los de afuera, a los profesionales, a los expertos y a los que están dispuestos a enfrentar las horas más difíciles… las horas finales
Así la “esperanza” en el año 2019, tendrá posibilidad de ser una realidad.
Nelson Castellano-Hernández
Ex Cónsul de Venezuela en París
nelsoncastellano@hotmail.com
http://www.noticierodigital.com/2018/12/nelson-castellano-hernandez-pedacito-patria/
opinión 22 diciembre, 2018
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Juanf
Gracias Don Luis por tan interesante comentario, todo un libro abierto de estos lindos tiempos de Navidad, no lo podemos dudar, todo una fiesta visto del angulo que se quiera ver, cierto que no todo puede ser como uno quisiera, pero es suficiente para observar a cada Diciembre como el mes del milagro.
Y para aquellos que van de viaje aquí les dejo un link que les puede interesar.
https://navidad.es/infografia-previniendo-accidentes-navidad/
PARA TODOS FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO NUEVO 2019
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