Era un día de verano, a finales de los años 50. Unos niños se bañaban en un estanque, en el valle de Aridane, isla de La Palma. Un hombre, el fotógrafo Manuel Rodríguez Quintero, pasaba por allí. Le pidió a los niños que se fijaran bien en aquella sorprendente imagen que se manifestaba en el horizonte más allá de las plataneras, ellos fueron los testigos de excepción. La leyenda se hacía visible: San Borondón, esa isla encantada perseguida durante siglos, se mostraba ante sus ojos frente a Tazacorte. No podía ser El Hierro, que queda más al sur, frente a Fuencaliente. Era una isla que aparecía al oeste de la isla de La Palma. ¿Efecto óptico, espejismo? Las leyendas forman parte esencial de la historia humana.
La exposición de 80 fotografías de Manuel Rodríguez Quintero en el MAB, Museo Arqueológico Benahorita, de Los Llanos de Aridane, ha sido feliz iniciativa de María Victoria Hernández, consejera de Cultura. Aquel joven de rostro enteco llevaba consigo una carga de artista, a borbotones se expresaba su energía interior, su bohemia instintiva. Habla por sí sola una imagen en la que se le ve en su pobre "estudio" en compañía de otros hombres de su época. Fotos en blanco y negro, pero con tales matices que parecen sinfonías en color, por ejemplo las vistas de la Caldera. Se trata de documentos insuperables, y, exhibidos gracias a la generosidad de su familia, podemos contemplar algunos perfiles de aquella isla rural y pobre de la emigración, casuchas casi inhabitables, carreteras de tierra, isla de la larga dictadura, el miedo y los silencios.
Imágenes de un valor histórico innegable. Así la de los niños que transportaban a sus "señoritos" por el barranco de Las Angustias, y uno de ellos sigue fumando un orondo puro mientras es transportado. La estrecha y polvorienta carretera de tierra que solo llegaba hasta Candelaria, núcleo central de Tijarafe. La belleza edénica de Puntagorda, la expresividad salvaje de La Caldera. La construcción del ayuntamiento de Los Llanos, las primeras casetas de Puerto Naos, la presencia del alcalde Duque cuando empezaba a verse la necesidad de ordenar aquel entorno. Célebres fueron también sus fotografías del volcán de San Juan (1949). ¿Qué decir del increíble testimonio de los republicanos huyendo a La Caldera, aquellos a los que engañosamente se les denomina Los Alzados? ¿Y el contrapunto del mitin de Falange terminada la guerra, con el arco triunfal apoyado en la fachada de la iglesia de Los Remedios?
Y, aunque no esté presente, hemos de recordar la célebre imagen sanborondiana. Nos lo cuenta María Victoria Hernández en www.bienmesabe.org. Sucedió que una tarde de 1957 o 1958 él deambulaba, con su cámara al hombro, por Las Martelas de Arriba, cerca de Triana, en Los Llanos. En las represas-estanques propiedad de Gregorio Camacho Gómez se bañaban unos niños, entre ellos Arístides Sánchez y Evaristo Pérez Barreto. En un día de horizonte y cielo limpio de repente una isla se dibujó mar afuera, no era El Hierro, que estaría más al sur, a la altura de Fuencaliente. Era la isla encantada, no podía ser otra. Luis Diego Cuscoy daría amplio testimonio en el ABC de Sevilla, el 10 de agosto de 1958.
Rodríguez Quintero nació en 1897, Santa Cruz de La Palma, y murió en Los Llanos, 1971. Desde los 15 años trabajó como fotógrafo "ambulante", al lado de su padre. Estuvo diez años en Cuba ejerciendo la profesión. Todo el mundo lo conocía por El Cernícalo, un apelativo que al parecer viene de sus años mozos, cuando él y otro joven estaban interesados por la misma chica, y alguien le advirtió que si no se andaba con ojo el otro se la levantaría "como un cernícalo."
Blogdeleonbarreto.blogspot.com
Maresia
Cuántos recuerdos me has traído a mi mente, a mi retina, a mi corazón.
Todas las fotos de pequeña son de él y otras que hacía cuando llegaba a la farmacia y le gustaba algo que veía.
Tengo una guardada como un tesoro de papá y mía.
Gracias Luis por estas remembranzas.
Cariños a Rosario y a ti
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PedroLuis
Regreso de El Hierro, que como San Borondón, se nos aparece al menos una o dos veces al año. En esta ocasión fuimos a celebrar el quinto aniversario del municipio de El Pinar y a celebrar la festividad de la Virgen de La Paz, que es su patrona… También, a ver volar los cernícalos, las aguelillas y los cuervos, que pese a la pertinaz sequía resisten… Y, se les nota, miran con cierta desconfianza al futuro inmediato: un otoño caliente y ¿seco? A ver si llueve algo y "suaviza el ambiente"… Lo necesitamos todos.
Don Luis, gracias por sus generosos piropos… bien sabe que "apuramos" con voluntad lo que podemos…
Abrazos para todos… Nos vamos una semana para Toledo, a hablar de Fitosociología… ¡qué cosas!…
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rvalcarcel
Mis felicitaciones a Luis por este bello recorrido que ha hecho sobre las fotos de Manuel Rodríguez Quintero.
Y mis felicitaciones también a Los Llanos de Aridane, al Museo Benahorita y a María Victoria Hernández por esta inicitavia.
Feliz finde. Y mi abrazo apretado.
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pevalqui
Sea leyenda, espejismo o afirmaciones como la del historiador Torriani, ahí queda la imagen de nuestro fotógrafo Rodríguez Quintero.
Buenas tardes. saludos cordiales.
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lleon
Pedro Luis ¿qué sería de El Apurón sin ti, sin tu ingenio, sin tus poesías al estilo popular?
Senecadelvinotea: es probable que sí, que La Palma sea Macondo en pequeño y San Borondón a lo bestia
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Senecadelvinotea
San Borondón, es ésta.
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PedroLuis
La imagen, siempre el “poder de la imagen”… Cuando, hace ya unos años, llegó el poderoso “power point”, arrasando en charlas y conferencias, desplazando (para mí, en este caso, con dudosa fortuna; debe ser la edad… y algo de experiencia también) la tiza y la pizarra docente… recuerdo como nos devanábamos los sesos tratando de encontrar una traducción más afortunada para lo que algunos bautizaron con el nombre del “punto-poder”…Algunos propusimos, sin mucha convicción, es verdad, el “poder de la imagen”… No ha cuajado ¿A ver si se le ocurre a alguien, algo mejorcito? y desatamos todos los demonios en el ámbito de nuestra Academia Canaria de la Lengua.
¿Y San Borondón?
Cernícalo volandero
silueta en el horizonte
retratada por Quintero
en la mar de Tazacorte
Vamos a ver si nos cuadra pasar a ver esa exposición…. Y si no, pues a escanear las fotos… que siempre nos quedará el “punto poder”.
Cordiales saludos. Enhorabuena al Sr. Quintero, a su familia por conservar tan valioso patrimonio, y al MAB, que no para de amparar.
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