En la edición facsímil del célebre homenaje que el 9 de diciembre de 1900 le ofreció a Pérez Galdós una representación de los canarios en Madrid, observamos que enorme y distinguida fue la asistencia a la velada. Entre otros figuraban Nicolás Estévanez, el Marqués de Villasegura, los generales Luis de Cubas y Federico Verdugo, el conde de Belascoaín, José Wangüemert y Poggio, Luis Doreste Silva. También hubo una carta de adhesión del general Valeriano Weyler, estaban directores de periódicos y en la comisión organizadora figuraba José Betancor Cabrera, más conocido con su seudónimo literario de Angel Guerra.
La reedición, hecha por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, con introducción de Antonio Cabrera Perera, transcribe los discursos que fueron pronunciados. Galdós tenía 56 años y el periodista tinerfeño Manuel Delgado Barreto, recién llegado a Madrid, 20. Ni corto ni perezoso, este instó al ilustre autor a escribir un libro relacionado con Canarias. Dijo esto: "Nuestro pueblo necesita una obra, trasunto fiel de sus costumbres, de su vida, de su sentir, pensar y querer, y por suerte y para honra suya cuenta un hijo ilustre que puede ofrecérsela magnífica, soberbia… ¡tan soberbia como el Teide y tan magnífica como los mismos panoramas de los valles canarios! Es una aspiración unánime que en grito suplicante llega a la cima gloriosa que ha tiempo alcanzó el autor insigne de los Episodios Nacionales. Él no lo desoirá, porque sabe que atendiéndolo proporciona júbilo sin medida a su país querido, a la vez que enriquece con una nueva joya el tesoro de nuestra literatura nacional…"
La pregunta es ¿por qué no escribió un Episodio Nacional sobre la derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife? ¿Por qué dejó el hueco de Canarias en su larga obra novelística y teatral? Hubo que esperar a la década de los 70 en el siglo pasado para que surgiera una narrativa ambientada en las islas, en el análisis del ser insular, considerando al archipiélago como un territorio mestizo, cosmopolita, abierto al mundo. Está claro que, a pesar de todo, quien padeció el escarnio del obispo Pildain y toda la leyenda negra posterior, seguirá siendo el más importante escritor canario. Pero ahí quedó esa ausencia: el libro que nunca escribió, el libro que no quiso o no pudo escribir.
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jacarrillo
Estimado Luis: la figura de Galdós trasciende las fronteras de nuestro limitado (y fragmentado) territorio insular, así que no necesitaba de ninguna obra costumbrista, ambientada en las Islas, para encumbrarse como el mejor escritor en lengua castellana, después de Cervantes. Por otro lado, su tierra natal siempre estuvo presente, al menos, en su concepción cosmopolita del mundo y en ese universo confuso e identificable de la infancia, que es la patria común e indivisible de cualquier autor. Además, es de agradecer que no localizase ninguno de sus Episodios Nacionales en este archipiélago tan conflictivo. La pieza, sin duda, habría avivado el pleito insular hasta límites que prefiero no imaginar.
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AntoniodeOrtega
Bueno, ya conocen ustedes la leyenda de que se sacudió los zapatos al subir al barco que lo llavaba a la península, para no llevar nada de su tierra.
Cuando el rio suena ¿agua lleva?
Lo que parece evidente, es que no debió hacer demasiada apología de Canarias; por lo tanto puede que la respuesta sea tan simple como esa, es decir, que no sintiera arraigo, que no le diera verdadera importancia a la historia del archipiélago.
Ahí lo dejo, caballeros.
Pasen buena noche.
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pevalqui
Serían motivaciones intrínsecas o extrínsecas. Lo cierto, es que Galdós, D. Benito, no demostró demasiado apego a su isla natal, a su Canarias que le vió nacer.
Desde mi más remota época del bachillerato durante la cual me leí "Misericordia" y aún con anterioridad, y desde mi primera infancia, solía escuchar a mi padre-como bien sabes, Luis, hombre leído-, lector de algunos románticos como V. Hugo, Pedro Mata, el propio Galdós cambiando de registro, o incluso Tolstoi; decir que Galdós, tan pronto "el vapor" en el que viajaba -así le llamaba el viejo-, enfiló la bocana del Pto de la Luz en dirección a la Península, se había sacudido los zapatos. Debió haber sido un dicho popular de la época que se difundió a través de los años. ¿Será verdad? . Lo cierto, y no menos incuestionable, es que nunca fue "profeta en su tierra".
Y mira que ha sido una verdadera lástima, con los buenos ratos que nos ha hecho pasar D. Benito con la lectura de algunos de sus libros.
Curiosamente, tampoco -al parecer por motivos políticos-, obtuvo el Nobel de Literatura.
Lo del obispo Pildain y Zapiaín,podría ser igualmente objeto de un somero comentario.
Estupendo el rescate que hizo el excelente profesor y bibliotecario durante tantos años, D. Antonio Cabrera Perera, unido a tu generosidad y buen hacer en acercárnoslo.
Buenas noches. Saludos cordiales.
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PedroLuis
No tengo la más remota idea.
Una pena no poder formularle la pregunta al abuelo José Padrón-Machín, el “otro desmemoriado”, empedernido admirador y buen conocedor de la obra de Galdós…
Seguro que, mitad historia y mitad fábula, como le gustaba a él responder a las preguntas sin respuesta, nos hubiese dado una solución convincente. Jamás nos defraudaba… ¡Nietito, no lo dudes, eso fue así! Te estampaba convencido, mientras dejaba resbalar la ceniza del kruger sobre su camisa y te escrutaba con aquellos ojitos entreabiertos, llenos de sagacidad, para evaluar si te había convencido.
En literatura, todas las preguntas tienen respuesta. Eso sí, hay que saberlas responder con literatura. Mejor, de la buena literatura, de la que sólo escriben los autores de las buenas preguntas: Don Luis, ¡esperamos la respuesta!
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AntoniodeOrtega
Pues muy buena pregunta D.Luis.
Quizá fuera por aquello de que "nadie es profeta en su tierra" y lo sabía. Quizá por que su proverbial timidez, se lo impedía. Quizá por que, precisamente por ser natural del archipiélago, no sintiera que tenía la distancia suficiente como para enfrentar la obra con objetividad, y eso sería contradictorio con el realismo de sus novelas, en fin, como apunta D.Luis, en efecto, todo un misterio.
Lo que es evidente, es que hubiera sido memorable.
Buenas noches,
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