Es frecuente leer argumentaciones sobre el carácter de los palmeros y las circunstancias de la isla. Que somos un lugar de grandes paisajes pero que seguimos siendo una sociedad tribal, clasista, criticona, endogámica, enquistada, que esta es una isla cerrada a la innovación, al progreso. Cuando vemos fotografías de las pequeñas manifestaciones que se producen en la isla, con apenas unas docenas de personas, nos entra la alegría. Es difícil salir a la calle, es complicado vencer el nihilismo que nos invade y aquellos que se atreven son unos pequeños héroes dispuestos a saltar sobre la apatía, el conformismo y la burocratización, el sentido funcionarial y subsidiado que la isla tiene en no pocas de sus manifestaciones.
Hace un siglo, nos contaba la cronista oficial María Victoria Hernández, en el valle de Aridane se estaba registrando la continua y exigente demanda de abrir nuevos aprovechamientos de agua. Era el tiempo en que se vislumbraba el apogeo del regadío, el triunfo del plátano. Con este motivo se convocaban reivindicaciones de personas que seguramente carecían de grandes fincas y de bienes materiales pero que tenían una gran fe en su capacidad de trabajo. En la plaza de Los Llanos de Aridane los ricos propietarios que parecían hacendados de Nicaragua o cualquier otro país latinoamericano proclamaban algo así como esto: ¡Quieren abrir más pozos y galerías para emprender nuevos cultivos! ¿Pero bueno, es que aquí todos vamos a ser ricos?
El espectacular triunfo de la lucha de la Plataforma contra las plantas de asfalto que una lamentable programación municipal estableció junto a áreas residenciales demuestra que, si hay capacidad de lucha y sobre todo persistencia, al final se pueden lograr los objetivos. ¿Por qué La Palma no puede ser una isla de ilustración y de progreso como lo fue en el siglo XIX? ¿Por qué no se puede destronar tantos intereses creados, por qué no se va a poder dar un palo al ancestral caciquismo?
Nuestra felicitación más sincera a quienes pelearon año tras año contra esas plantas de asfalto, a Tomás González entre ellos, nuestra felicitación también a la actual corporación municipal de Los Llanos que ha decidido no recurrir la sentencia judicial. Nuestra felicitación también a los jueces capaces de actuar con equidad y sentido común, lo cual no siempre sucede en las sentencias que se emiten en nuestro país, donde en más de un caso la justicia sigue siendo clasista y arbitraria. Las manifestaciones, las concentraciones y todos los actos reivindicativos contra las plantas de asfalto han demostrado que la esperanza es posible, y el futuro de la isla de La Palma también. Un lugar como este, Patrimonio Mundial de la Biosfera, merece el mejor trato posible por parte de todos sus habitantes, y las instituciones públicas son las que con mayor razón han de comportarse con la altura necesaria.
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Senecadelvinotea
¿ Era una Planta Carnívora ?
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Jes
Me uno a la felicitación para los que lucharon por la salud ambiental de su entorno en esta movilización, y que no solo se enfrentaban a los políticos que la aprobaron y empresarios afectados, sino a muchos de sus vecinos que los insultaban y ridiculizaban.
A pesar de que estamos en una sociedad adormecida en general, los palmeros no están tan quietos. En el último año, además de esta, ha habido una docena de manifestaciones por distintos motivos: defensa ambiental, derechos humanos o derechos laborales y sociales. En proporción a la población de la isla no quedamos peor, sino todo lo contrario, comparadas con las que se producían en otros lugares de Canarias y España.
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pevalqui
Sin duda alguna, es para congratularse. No sólo por la inicitativa popular, pero también por la sensibilidad judicial.
Estamos hablando de cosas que no sólo ponen en peligro el equilibrio medioambiental, sino también la salud de los vecinos que conviven próximos a estas zonas industriales.
Buenas noches. Saludos cordiales.
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AntoniodeOrtega
Muchas horal al año destino a estudiar, y fomentar fórmulas de desarrollo económico a través de la multinacional en la que trabajo.
Podría aburrirles explicando los "fundamentos básicos" a tener en cuenta para comenzar el proceso, que a buen seguro ustedes también sabrán. Me quedo con que esta sentencia que tan oportunamente nos recuerda D. Luis, no es sino la constatación de como la actuación de una parte del pueblo logra situar un error estratégico económico en un acierto medioambiental.
Con o sin intención, lo han logrado, y lo celebro.
La economía, el desarrollo, la creación de riqueza en este paraiso no pasa, ni de lejos (a mi modo de ver) por este tipo de implantación industrial. Industria hay que tener, pero hay tantas y tantas formas más eficaces de hacerlo…….
Saludos afectuosos;
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PedroLuis
De este asunto ya me he ocupado en las páginas de El Apurón, antes y después de “La Sentencia”.
Tan grande debe ser la alegría por el éxito del movimiento vecinal; como la frustración política y técnica de quienes defendieron hasta el final la legalidad de las instalaciones.
Es verdad que tras la sentencia “unos” y “otros” se han comportado con gran discreción, celebrando o enterrando el “delito” prácticamente sin gloria ni pena. Algo así como: “este asunto, mejor no menearlo”, no vaya a acabar con la salud de una parte del pueblo y de todo el Ayuntamiento.
Ahora, todos somos buenos, todos estamos contentos y se asume que el instalar las “Plantas de aglomerado asfáltico” en el Polígono Industrial del Callejón de La Gata, fue una ocurrencia de no se sabe quién, que pretendía envenenar a medio Valle de Aridane.
Nadie asume públicamente los motivos o razones del error. Y eso puede ser tan malo para unos, como bueno el fallo de la sentencia para otros.
Tiene razón don Luis, cuando titula su artículo " Felicitaciones por la Planta de Asfalto", pues pocos asuntos concitan una opinión unánime tan "favorable".
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lleon
Creo que, como dice Pintao, en La Palma todavía cuenta mucho la opinión de los demás, parece como si nos vigiláramos todos unos a otros para que nadie se salga del tiesto De todos modos, esto irá cambiando: cada vez hay más gente de fuera viviendo en la isla
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Pintao
Mucho me alegro del triunfo por una vez de los vecinos sobre una decisión totalmente equivocada del Ayuntamiento. Si llegan a recurrir la sentencia hubiera sido cosa de preguntarse si estábamos en Jibuti.
Ojalá esto sea síntoma de que la gente no sólo va siemdo más culta sino más libre.
Me temo que quizás en la Banda la gente sea más decidida que en otros sitios sitios de la Palma.
Me viene a la memoria un caso de hace algún año en que unos muchachos aterrorizaban a los vecinos haciendo carreras de coches por los caminos asfaltados de la parte alta de Las Ledas. Pues bien, viendo a una madre qque en último instante corrìa a sacar de enmedio a su pequeño hijo que jugaba con su bicicleta al oir el tremendo ruido de los escapes que se acercaban, me ofrecí a hacer de testigo si denunciábamos el hecho a la policia. Cual fué mi sorpresa cuando me dice que denuciara yo si lo creyera conveniento, pero que a ella no la nombraran pues que pensarían los vecinos, pues los tales muchacos eran también de la zona.
Yo no denucié el hecho porque además estaba de visita, pero los vecinos que verdaderamente se jugaban la vida si se les ocurría salir despues de las nueve de la noche no denunciaban por verguenza ajena. Por lo menos ´llámenles la atensión." Eso
menos por que te cogen etre ojos y esos muchachos son fieras"
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