La Iglesia Católica es un poder importante: su influencia política, financiera, ideológica es considerable. El poderío de los católicos ultras, llámense Legionarios de Cristo, Opus Dei, etc., ha sido considerable en los últimos años. El mundo cambia, pero después del Vaticano II el poder papal -en realidad habría que decir el poder de la curia vaticana- ha sido inflexible. No a la teología de la liberación, no a la Iglesia comprometida en América Latina, no al celibato voluntario, no a la ordenación de las mujeres. Todo está atado y bien atado, por eso no me extrañaría nada que el próximo papa sea italiano. Para volver a los cauces, para volver a lo que ya conocíamos. Por ejemplo Scola, el arzobispo de Milán.
Los casos de pederastia, el desvelamiento de las conspiraciones internas, el sometimiento a los Rouco Varela de turno, desvelan que la Iglesia vaticana está sometida al pensamiento más tradicional y ortodoxo. Los teólogos avanzados de Alemania, Austria o América, están mal vistos. Los conflictos internos deben ser tan fuertes que Benedicto XVI se sintió con las manos atadas, del mismo modo que Juan Pablo I pudo ser asesinado cuando intentaba meter orden en la banca vaticana, por eso su reinado fue tan corto. En la serie de películas de El Padrino, creo recordar que en El Padrino 3, se analizaba bien la cuestión. Luego ha venido otro tipo de novelística y de cine escandaloso que ha incidido en el mismo ángulo. Desde mi perspectiva, resulta triste que el impulso rejuvenecedor de Juan XXIII con el concilio Vaticano II se haya visto ahogado una y mil veces por los papas que vinieron después. En realidad, soy un católico bautizado, confirmado y que hizo la primera comunión, como tantos millones de españoles de la época de Franco, y, aunque no practicante, soy un católico cultural, como millones de personas de mi generación. Cierto que Juan Pablo II tuvo mucho que ver en la caída del comunismo, lo cual le honra: el abatimiento del Muro de Berlín y todas sus consecuencias, a veces sangrientas, como las guerras de los Balcanes. Fue a Cuba y habló con un dictador: Fidel Castro. Fue el papa mediático, el de los grandes viajes pero el del pensamiento tradicional.
La Iglesia Católica debería situarse del lado de las víctimas, de los pobres, de los perseguidos. Es muy loable la labor internacional de Cáritas, máxime en estos tiempos en que muchos ni tienen un plato de comida, pero la Iglesia debería emplear sus enormes recursos financieros, su banca, en dar microcréditos a las mujeres del Tercer Mundo. Tal como hizo un hombre llamado Jesús, quizá si hoy se diera un paseo por este mundo se quedaría sorprendido de la evolución de su doctrina, con tanta jerarquía, con tanto poder acumulado, con tanta involución.
Blogdeleonbarreto.blogspot.com
PedroLuis
Estamos de acuerdo D. Luis. Hemos vivido tiempos, educaciones y culturas similares. Ya lo he expresado en el blog de J. Amaro.
Siempre he sentido más simpatía y sintonía por el término de cristiano que por el de católico. Muy posiblemente, con gran error conceptual por mi parte, identifico al primero con Cristo; y al segundo, con la jerarquía eclesiástica, con la “curia”.
Creo que en sus precisos párrafos resume de maravilla el sentimiento y el pensar de muchísimos cristianos. No sé si también el de algunos católicos. Es evidente, que en media docena de párrafos no se puede resumir la historia del cristianismo ni de la Iglesia, pero sus tendencias quedan claras y apuestan por una iglesia más humana que divina. Me parece a mí.
La gran fortaleza de la Iglesia Católica es su vocación de universal. También es su gran debilidad, porque resulta muy difícil gobernar con jerarquía férrea, presidida por un solo hombre, por muy vicario de Cristo que sea, cualquier organización que se extienda por tantos y tan diversos territorios y culturas. Imposible contentar a todos. Imposible que no haya diferencias entre un cristiano-católico de los barrios elitistas de cualquier ciudad del mundo, con los que viven en las favelas o chabolas de los suburbios de esas mismas ciudades o, en general, del tercer mundo. Y sin embargo, conceptualmente, la Iglesia ha de ser “una”. Y eso es tan difícil como que sienta o pretenda la misma Iglesia el señorito/a de la C/ Serrano que los que luchan por sobrevivir bajo un puente de Vallecas. Es muy probable que sus referentes sean “papas” diferentes.
En relación con los comentarios precedentes, todos respetuosos y respetables:
– “alar”, es lógica su pretensión: “si quieren criticarnos, venga a trabajar y a comentar desde dentro”. O no, porque muchos también financiamos y participamos desde fuera. Máxime si se hace con el respeto y la seriedad que aquí se ha hecho, que no excluye la discrepancia.
– “mgalvan”, estimado Miguel: ¿Cristo candidato a Papa? Honestamente, creo que no. Matizo, no como candidato con posibilidades de ser elegido. Sí es posible que su nombre, su trayectoria y sus “milagros” fueran comentados como indudables méritos por alguien. Si yo formara parte de la curia, cosa poco probable en el corto espacio que nos separa de la elección, lo propondría con gusto y convicción.
-“pevalqui”, estimado y coetáneo amigo, estamos en la onda: de la Iglesia y de la moderación.
Abrazos para todos.
Leer más
pevalqui
Ideas creativas para los tiempos que nos están tocando vivir.
No obstante hay que resaltar la labor de tantísimos misioneros en el África negra, como en América latina, entregando su vida a la gente más desfavorecida.
Buenos días. Saludos cordiales.
Leer más
mgalvan
Gran análisis que me lleva a una reflexión-interrogante: si Cristo viviese ¿sería candidato a Papa?
Leer más
alar
Me tengo que situarme en contra tuya porque la Iglesia está con los mas pobres con los más débiles, o sino que se lo pregunten a los voluntarios de cáritas que atienden a 150 familias o el mismo párroco da ayudas a los parados o personas con problemas se lo digo porque yo lo he vivido. Por eso l tengo que decir que para hablar que la Iglesia no ayuda tiene que estar dentro de la Iglesia y después comentar. Gracias
Leer más