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Los 10 años del “tamayazo”: corrupciones políticas en nuestra tierra

Diez años se han cumplido del "tamayazo", aquella astuta maniobra que compró los votos de dos diputados socialistas en el gobierno autónomo de Madrid impidiendo que el PSOE gobernase con Izquierda Unida. Había importantes intereses inmobiliarios por medio, y así acabó la era de los gobiernos de izquierda. Desde entonces el Partido Popular con Esperanza Aguirre obtuvo, una tras otra, mayorías absolutas de campeonato. Ya por entonces nos estábamos pareciendo mucho a Italia, el país primo hermano donde Berlusconi y otros muchos han comprado votos que han deshecho gobiernos. ¿Y qué decir de Canarias? Hubo un tiempo en que en islas como Lanzarote -el dinero corría en abundancia allí donde existían intereses inmobiliarios y suelo para especular- ostentó las plusmarcas nacionales de tránsfugas, mociones de censura, sospechosas recalificaciones de terrenos, etcétera. ¿Qué decir de los municipios turísticos por excelencia de estas islas, por ejemplo el sur de Gran Canaria, donde han existido indicios de maletines repletos con el que cambiar normas urbanísticas en el momento oportuno?

Lo que sucedió en Madrid aquel 10 de junio de 2003 fue uno de los mayores bofetones al sistema democrático. ¿Cómo no van a estar decepcionados los ciudadanos, que además no pueden votar listas abiertas sino que han de sujetarse a las listas cerradas de los partidos políticos, si en un santiamén concejales o diputados cambian el signo político de un gobierno regional, un cabildo o un ayuntamiento? La decepción y el enfado son mayúsculos, primero porque se traiciona el voto popular y después porque con estas y otras corrupciones la clase política se ha labrado su derecho a estar mal vista. Por supuesto que siempre hay políticos honestos, de la misma forma que hay jueces honestos. Pero existen sospechas sobre decisiones de políticos y de jueces que en su contexto resultan extrañas, y la gente no está dispuesta a tragar carretas ni carretones.

También está claro que, por más que nos pese, hacen falta líderes que conduzcan los procesos. El movimiento 15-M se ha ido desinflando precisamente por ese toque asambleario con el que nació. Los partidos políticos son un mal necesario, pero a ninguno de los partidos políticos que tenemos les interesa cambiar la normativa actual. Por eso la financiación de los partidos sigue siendo un asunto oscuro y las comisiones ilegales y los apaños están a la orden del día. En Italia cuatro tesoreros de partidos políticos han ido a la cárcel en los últimos meses.
Con todo, la democracia es el mejor sistema de los sistemas políticos que hay en el mundo. Como cosa humana que es, tiene multitud de defectos.

Blogdeleonbarreto.blogspot.com

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