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Luis Cobiella: El rango del siglo de oro de La Palma

Luis Cobiella Cuevas ha sido un intelectual de primer orden: profesor, músico, poeta, compositor, químico. Hombre culto y hombre del pueblo llano, católico progresista, solidario y generoso, arraigado en su isla y con espíritu universal. Por todas las cosas que hacía y representaba, entronca con el espíritu del llamado Siglo de Oro de la isla de La Palma: aquel tránsito de comienzos del XIX a comienzos del siglo XX en el que florecieron la poesía, el periodismo, la música y el canto, las veladas burguesas, el cultivo del primer sentimiento de identidad, las letras. El Barroco había prendido en varios poetas del nivel de Juan Bautista Poggio, Pedro Alvarez de Lugo y Pinto de Guisla y se prolongó a través del Romanticismo con hombres como Antonio Rodríguez López, que recuperaron la historia y enaltecieron el paisaje, hicieron florecer las leyendas, forjaron el arquetipo del héroe Tanausú, trabajaron composiciones para las Fiestas Lustrales. En una isla de poetas, fue el momento de creadores como Domingo Acosta Guión, Leocricia Pestana, Faustino Méndez Cabezola, Pedro Poggio Alvarez. Por su rango clasicista Luis Cobiella conectaba con todo aquello: fue un intelectual hogareño pero también cosmopolita, capaz de tocar muchas esferas de la creación.

Un hombre comprometido con su isla, La Palma, con la Bajada de la Virgen de las Nieves. Un Premio Canarias, el primer Diputado del Común que hubo en esta tierra. Un hacedor de cultura, un hombre generoso y atento. Las referencias a que representaba a los hombres del Renacimiento son constantes. "El último humanista", dijo el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, que "supo unir en su persona, como los antiguos hombres del Renacimiento, la pasión por las ciencias, las artes y las letras". "Un gran estudioso de todo y un pensador impregnado del espíritu universal que poseían los intelectuales del Renacimiento", dijo de él Lothar Siemens, en su ingreso como Académico Numerario de la Real Academia Canaria de Bellas Artes. Su trayectoria vital así lo confirma. Sus intereses fueron desde su licenciatura en Ciencias Químicas por la Universidad de La Laguna a sus estudios de Música, de Historia y Humanidades o de Idiomas a nivel particular. Al margen de sus conocimientos, todos los que tuvieron la oportunidad de compartir y disfrutar su amistad, también coinciden al destacar su afabilidad, sencillez, bondad y honradez en su carácter y comportamiento, así como su enorme generosidad y su continua labor pedagógica.

Puestos a hacer recortes, sería de mala fe suprimir la institución del Diputado del Común que Cobiella protagonizó en sus inicios.

En mis tiempos de director del Club Prensa Canaria tuve el honor de presentarlo en aquella tribuna grancanaria en la que desfilaron tantas personalidades de la región.

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