Pronto se ha de celebrar el quinto centenario de la fundación, y la ciudad de Aridane (según Álvarez Delgado, Los Llanos es mera traducción del topónimo prehispánico) centro demográfico, económico y comercial, necesita el complemento del ocio y la productividad artístico-cultural. A ello contribuyó El Museo en la Calle, que desde 1999, ha generado una mirada artística. El buen urbanismo y la accesibilidad (con la política de habilitar aparcamientos) hacen que este sea un lugar atractivo. Nuestra propuesta pasa por la potenciación de los escenarios culturales: La Real 21 y El Secadero son buenos ejemplos.
1 – LA “CIUDAD DE ENSUEÑO”
En el momento fundacional, 1521, contemplamos el modesto poblado, donde residirían los sirvientes de la riqueza azucarera: Tazacorte y Argual. A comienzos del XX el lugar estaba tan aletargado que cundió la expresión “ciudad del sueño”. ¿A qué se debió? A la falta de diligencia para acometer proyectos, a la soñarrera insular. Luego el epíteto se transformó en “ciudad de ensueño”, como constata María de las Casas en un programa de las fiestas de la Patrona en los años 60.
Valoramos la generación del periódico El Time (1863), con la fundación de la Sociedad La Cosmológica y otras similares, con la labor patriótica de defender sus montes, promover su agricultura, luchar por la mejora de las comunicaciones. El puerto tuvo privilegios de comercio, se construyeron los veleros más rápidos para el Caribe y nuestros abuelos fueron y vinieron de Cuba. Surgió el llamado Siglo de Oro de La Palma, mientras que en el Valle hubo pequeños núcleos de “ilustrados”, que fundaron El Dinamo de Aridane.
Se notó el empuje de escritores marcados por el romanticismo. Escribieron las leyendas, con una atmósfera mágica y prodigiosa. Tanausú, Francisca de Gazmira y el síndrome del colonizado todavía laten sobre nuestro subconsciente colectivo.
2 – EL PAPEL DE LA PALMA EN LA LITERATURA CANARIA
El Romanticismo fue un movimiento que predominó en Europa hacia 1825, con el culto a la libertad, la rebeldía frente a las normas, el predominio del sentimiento ante la razón. Fue la construcción de un mundo ideal, la valoración del color local, lo misterioso y legendario, la expresión apasionada. Cuando —hacia 1835— se difunden las poesías de José Zorrilla nuestro temperamento, de pueblo introvertido, casi inhibido, acepta con entusiasmo esta explosión; aparece una escuela regionalista, que trabaja los temas históricos y exalta el color local. El Romanticismo rescata a los cronistas de la conquista, Cairasco, Viana, Abreu Galindo, Viera y Clavijo. También impulsa la mitología del aborigen, la resistencia frente al conquistador. Y, como consecuencia, brota un sentimiento regionalista con Nicolás Estévanez, Martínez de Escobar, Antonio Zerolo y otros.
Hubo una isla de poetas: Pedro Álvarez de Lugo, Juan Pinto de Guisla y Juan Bautista Poggio (siglo XVII). Tras el Barroco llegamos a la generación de Méndez Cabezola y Rodríguez López, que mezclan el impulso reformador de la Ilustración con el entusiasmo por la patria chica. La masonería trazó puentes con las logias americanas, hubo contacto con las universidades de allá. Así tenemos a Félix Duarte, quien emigró a Cuba y Venezuela, en el surco de una lírica en la que hubo personajes como Rodríguez López, el Zorrilla palmero, autor de numerosas leyendas; Domingo Acosta Guión, Caridad Salazar, Leocricia Pestana.
Duarte se ubicó entre el impulso bucólico de un Berceo y el mensaje modernista de Rubén Darío, entre la estela del mar que abrió Tomás Morales y la redacción de El Guanche que dirigía en La Habana Luis Felipe Gómez Wangüemert: una vez más la conexión con los apellidos de Flandes. Una poesía a caballo entre lo religioso y lo profano, lo maternal y lo festivo, clásica en el apego a las fuentes y exaltada en el sentimiento, así como en el elogio a la naturaleza, con su carga de mitos y tradiciones, la defensa del territorio que hizo Tanausú. (1)
3 – PEDRO HERNÁNDEZ Y HERNÁNDEZ, CRONISTA E INTELECTUAL
Pedro Hernández y Hernández, el cronista, y otros coetáneos, así el pasense Antonio Pino y el tazacortense Felipe Lorenzo, mantuvieron el espíritu literario en el Valle.
En ese lugar de contrastes –el poder del caciquismo y la Iglesia pero también el pensamiento republicano y liberal– vivió Hernández y Hernández (1920-2001), cronista, historiador, animador cultural, autor de una Loa a la Patrona, seguidor de la estética sonora de Rubén Darío, Salvador Rueda y Tomás Morales, coautor de un poema sinfónico a Tanausú y la Caldera de Taburiente. En el centenario de su nacimiento salió el libro Pedro Hernández y Hernández. Escritos periodísticos, de María Remedios González Brito (Fundación Canaria Mapfre-Guanarteme). Como señaló la autora, la obra del cronista fue modesta en sus pretensiones y alcance puesto que se centró en la reflexión y el elogio de su ciudad, el valle y la isla. Cultivó la poesía declamatoria, el sentimiento ante el paisaje, las tradiciones. Católico ferviente, contribuyó a la peculiar Fiesta de Arte. Su casa siempre abierta para quienes empezábamos en el periodismo y las letras. Fue amigo del entusiasta arcipreste don Marino Sicilia, que marcó época. Luis Cobiella, la figura intelectual más prestigiosa del XX, registra el mismo talante: fidelidad a los ancestros y espíritu cosmopolita, recuperación de las raíces y cultivo de un estilo esteticista y aristocrático de la práctica cultural.
Si la fundación de las letras canarias, con las Endechas a la muerte de Guillén Peraza (hacia 1447) se relaciona con el desembarco acontecido en la costa de Aridane, el profesor Rafael Fernández Hernández, titular de Literatura Española en La Laguna, valora el surgimiento contemporáneo de un grupo de escritores y artistas, que “aunque distintos entre sí, están en la línea de la búsqueda de la innovación”. En la Casa Salazar citó a “Félix Francisco Casanova, Elsa López, Luis León Barreto y Anelio Rodríguez Concepción, un grupo en el que hay unión en la diversidad, pero donde todos están marcados por el impulso de renovación; la cultura que históricamente ha dado la isla señala el afán de creatividad e independencia de los autores. Una conjunción de este tipo es difícil de encontrar”, y se remonta como referencia a los poetas barrocos: los mencionados Álvarez de Lugo, Pinto de Guisla y Poggio. (2)
4 – EL VALOR DEL PERIODISMO
A pesar del ruralismo y la pobreza, La Palma recogió las ideas de la Ilustración y mantuvo su apogeo hasta que los barcos a vapor desplazaron a los veleros. El Time, voz guanche y no anglosajona, fue el primer periódico de los 123 que existieron entre 1863 y 1948, lo cual supuso que fuera la isla con mayor densidad periodística del archipiélago.
El Time fue una de las cumbres, junto con Acción Social, conservador, Espartaco, obrero, y Diario de Avisos, órgano independiente. El Time luchó por la salvaguarda de los bosques, las comunicaciones, la enseñanza, el aprovechamiento de las aguas, la agricultura y la ganadería. Hubo periódicos liberales, conservadores, satíricos, literarios, de “intereses materiales”, obreros, anarquistas, católicos, económicos y republicanos. La francmasonería se instituye en la capital en 1875 y tuvo influencia en la vida ciudadana y el periodismo, sus tres logias congregaron a unos 200 miembros que conformaron un tejido social. A ellas estuvieron adscritos profesionales liberales, militares, propietarios agrícolas y hombres de la cultura. Dos redactores de El Time fueron masones y otras 17 publicaciones –entre 1866 y 1919- tuvieron directores masones. La guerra civil dio el hachazo, requisada la imprenta que había sido comprada en Londres, convertida en chatarra. En nuestro libro El Time y la prensa canaria en el siglo XIX. Masonería y liberalismo en La Palma, publicado en 1990 (Cabildo de Gran Canaria) y reeditado por Ediciones Idea, hemos aportado notas al respecto. (3)
5 – EL PARQUE CULTURAL ISLAS CANARIAS
El Parque Cultural Islas Canarias sería una buena noticia para la comarca más poblada, donde nos quejamos de la vetustez de la Casa de la Cultura y la carencia de un espacio para teatro, conciertos, danza, exposiciones, debates. Contendrá un auditorio polivalente.
Fui director del Club Prensa Canaria, foro cultural de la ciudad de Las Palmas, y creo que el Parque Cultural debería ser un espacio multidisciplinar e integrador donde quepan los colectivos; el folklore, el rock y la música de autor; la producción cinematográfica; la expresión teatral; las exposiciones de arte; los coloquios sobre temas ciudadanos, todo lo que se mueva en la inquietud urbana y en la creación.
La ciudad tiene buenas perspectivas de desarrollo urbano y turístico ya que la costa occidental disfruta más horas de sol. Finalmente, en la línea de María Victoria Hernández, nos gustaría que el municipio se denominase Aridane, reservándose acaso el topónimo Los Llanos para su centro urbano.
De estos temas nos hemos ocupado en los periódicos digitales de la isla, fundamentalmente El Apurón, La Palma Ahora y La Voz de La Palma.
CITAS
(1) En el libro La Literatura y la Vida (Mercurio, 2015), páginas 225-230, Aridane: la infancia es la era de los sueños. Pregón de las fiestas de la Patrona de 1990, dictado por el autor en Radio Nacional de España en Canarias.
(2) Diario de Avisos, 3 enero 2018, artículo de David Sanz:
(3) El Time y la prensa canaria en el siglo XIX. Masonería y liberalismo en La Palma, Ediciones Idea – Colección Universidad – Santa Cruz de Tenerife, 2007
Juanf
Juan Rulfo
(México, 1918-1986)
No oyes ladrar a los perros
(El Llano en llamas, 1953)
—Tú que vas allá arriba, Ignacio, dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz en alguna parte.
—No se ve nada.
—Ya debemos estar cerca.
—Sí, pero no se oye nada.
—Mira bien.
—No se ve nada.
—Pobre de ti, Ignacio.
La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante.
La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda.
—Ya debemos estar llegando a ese pueblo, Ignacio. Tú que llevas las orejas de fuera, fíjate a ver si no oyes ladrar los perros.
Inverosímil amigo Luis León, sin querer queriendo…abrí el diccionario en busca de una palabra y encontré una algarabía ruidosa en las hojas que en mis manos tenia, pregunte y me dijeron que se trataba de una fiesta dedicada a la letra S, pudiendo apreciar que el reparto de licor se dejaba ver en todas las demas colegas del diccionario que hacen bello el poema, no era para mas, millones de euros que llegaban de forma inaudita, los sabios del Parlamento en vez de LA MUJER seria LAS MUJERES pues una Aphodite no era suficiente y todo con un derroche económico de millones de euros para gastos injustificables, donde ellos quieren poner todos los documentos en orden con la variante en ese famoso ministerio llenos de partidarios elementos o amigos del patriarcado, razon para que la letra S se sintiera ufana y ganadora de las demas letras del diccionario, donde todas aprovechaban la oportunidad y se unían para festejar lo inaudito, algunas de las letras como la O de Oposición reclamaba que semejante estupidez solo llevaba a general economía para aquellos que la habían promulgado y que uno a uno bien pudiera reclamar su prebenda, al tiempo que la R de Reclamo en la tarima representaba a los partidos que en el Parlamento dejaba oír su oposición a tan extraña ley.
La L de Licor feliz se encontraba, su destilería ganaba lo que no estaba previsto, la P de Pagare estaba de sonrisa, pues sabia de los muchos que aquellos parlamentarios habían firmado y ahora con ese caudal extra de euros estaban asegurados en la paga.
La M de Mabinga y la M de Mierda, felices se encontraban ya que siendo siempre ellos raros y de mal olor, ahora suspiraban con el olor y mejor color del licor que en el diccionario por esa variante de la S las otras letras aficionadas a la bebida con alboroto festejaban, al tiempo que la E de Estertor con su fuerte voz reclamo para si una botella de Vodka en honor de los vestidos de bolcheviques del parlamento español, quienes con tan genial idea se han llenado las petacas del dinero generado en la pobre nacion tan amada por el Quijote y que hoy las letras del diccionario alegremente celebran por ser la orgullosa S quien genero sin esperarlo tan estupendo regalo para el diccionario navideño.
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Tube
Estaría bien que el municipio se denominara Aridane, aunque creo que se debería guardar “llanense”. Aridanenses son todos los habitantes del Valle de Aridane. Yo apostaría por un municipio llamado Aridane, con habitantes llamados llanenses. Los de Badajoz son pacenses (fenómeno inverso) y los de Tazacorte son bagañetes.
Salud a todos.
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pevalqui
Interesante recorrido diacrónico literario y cultural, en el que no faltan propuestas y planteamientos, que tal y como hemos leído, son susceptibles de lógicas divergencias. Estas, cuando son planteadas desde el respeto mutuo y la tolerancia por las ideas ajenas, sugieren un enriquecedor debate, que viene “sonando”, desde hace algún tiempo.
Particularmente, estando allí, siempre he escuchado “Los Llanos”, y son muchísimas las veces las que he visitado el pueblo; la última, hace ahora mismo un año. Por cierto, cada vez más bonito. Se ha conservado perfectamente el casco antiguo, en la calle trasera de la Plaza de España, con la placita y el cementerio. Así como las construcciones y viviendas ubicadas a ambos lados de la calle. Aunque sigo apenado por haber quitado los toboganes de la plaza, una vez que se reformó. No obstante, urge que las administraciones locales y autonómicas, se pongan de acuerdo para que acometan la necesaria construcción de una estación de guaguas.
De vueltas con el debate (del cual desconozco si existe en la calle), de haberlo, no sería mala idea la que plantea Iván, para qué en tal caso, se haga a través de una consulta popular a los vecinos del pueblo. Tampoco son menos ciertas las menciones comparativas con otros pueblos de Canarias, comentadas por don Luis. De cualquier manera, son propuestas.
PD.- Estimado Juanf, obvié un comentario en respuesta al tuyo. Lo iba a enviar hoy. Dado que nuestro Luis mandó un nuevo artículo, a buen seguro, habrá otra ocasión. Keep safe distance. All the best. Warm hugs.
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lleon
Gracias, de nuevo, a Ivan4 Cambiar el nombre de la ciudad significaría un referéndum entre sus habitantes, vivan o no en el Valle Estoy de acuerdo en que puede ser un tema polémico, ya que es difícil que todo el mundo opine igual Tenemos problemas similares cuando decimos La Palma, Las Palmas, Palma (de Mallorca) Y dentro de la isla mucha gente dice “voy pa La Palma” cuando quieren decir “voy para Santa Cruz de La Palma”. Yo siempre digo que vivo en Gran Canaria, para no soltar aquello de La Palma-Las Palmas, que siempre confunde También confunde decir Santa Cruz cuando hay dos Santa Cruz: de La Palma y de Tenerife También me parece muy largo el nombre San Cristóbal de La Laguna, pero es así o llama a la confusión Fuencaliente (hay muchos en la Península) o Valverde del Hierro (también hay muchos Valverde en la Península, por ej Valverde del Camino, que está en Huelva Los primeros ocupantes de las islas metieron mucho la pata al nombrar los pueblos, por ej nombraron Valleseco al lugar más húmedo de Gran Canaria, lo mismo hicieron con Valsequillo Menos mal que se han conservado muchos topónimos con nombre ancestral: Tenteniguada, Tijarafe, Tamaraceite, Timibúcar (en S/C de La Palma), Teror, Telde, Tufia En especial, muchos topónimos que empiezan con T son prehispánicos
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Ivan4
Aclaro, don Luis: no es que no esté de acuerdo con que se denomine Aridane, sino que exijo, por favor, que se nos consulte a todos y que se debata el tema. Es que otros palmeros que residimos en Tenerife nos hemos visto desubicados, porque de repente hay “otros” que se hacen llamar aridanenses y que viven en un municipio llamado Aridane…¿Me entiende? De toda la vida he vivido en un municipio llamado Los Llanos de Aridane y he presumido de ser llanense…¡Por lo menos, me hubiera gustado enterarme de cuándo se cambió el nombre (su discurso ya lo conocía y comparto mucho de lo que usted sabiamente argumenta)! Incluso le digo que no es mala idea lo de denominar al casco urbano “Los Llanos”, porque uno se encuentra en El Trocadero, pregunta a otra persona que adónde va…¡Y te responde: “a Los Llanos”!
Usted es un demócrata y una persona tolerante. Mire, así, con gente de su talante, puede que hasta me convenza (tiene usted toda la razón del mundo cuando afirma que todo el Valle de Aridane era un municipio llamado Los Llanos…¿De qué se podrían quejar los pasenses y los “bagañetes”o tazacortenses?).
Empecemos por cambiar de cronista oficial y dejar paso a “profesionales” como usted.
Ya por último, vamos a dejar la fea costumbre que tienen algunos de decir “voy a La Palma”, cuando en realidad quiere ir a Santa Cruz o a Santa Cruz de La Palma…¡Por favor!
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lleon
Al lector, estimado Ivan4: reconozco que habrá personas como usted que no estén de acuerdo en que Los Llanos de Aridane se convierta en Aridane, aunque hay razones históricas que así lo podrían sugerir. En efecto, Aridane significa lugar llano en la lengua prehispánica, es un hermoso apelativo que incluso se utiliza como nombre fuera de la isla de La Palma, en Gran Canaria hay gente que se llama así, como también en Barcelona y Madrid. Decir Los Llanos de Aridane es como decir Los Llanos de Los Llanos, así lo indiqué en intervenciones hace mucho tiempo. Por ejemplo, cuando hice el pregón de las fiestas de Los Remedios (dos veces), allá en los años 80 del pasado siglo, se dio en directo por Radio Nacional de España en Canarias. Bien: admito su opinión, y no tema porque lo más probable es que todo siga igual, es decir que Los Llanos de Aridane seguirá nombrándose así. Es un hermoso nombre, sin duda. Aunque Aridane a secas también estaría muy bien. Hay personas llanenses que me han dicho: eso no se puede cambiar porque protestarían los dos otros pueblos del Valle. Y yo les digo que Los Llanos (así, como Los Llanos solamente) es el nombre del municipio desde el siglo XIX, y se le añadió de Aridane para distinguirlo de otros muchos pueblos que así se llaman: por ejemplo está Los Llanos de Telde (San Gregorio). En cuanto a que me proponga Tijarafe al Premio Canarias, viene por la parte de mi madre y mis abuelos maternos, pero no se preocupe, sigo siendo llanense. Aunque, a decir verdad, nací en la clínica del doctor Camacho en Santa Cruz de La Palma porque, como estaba el volcán de San Juan, a las parturientas (mi madre incluida) la llevaron a parir a la capital, por los riesgos que había en el Valle, carreteras cortadas, vecinos afectados. Mi padre me apuntó en Los Llanos, e hizo bien. Muchas gracias por sus palabras, estimado amigo a quien respeto
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Juanf
El malo y el bueno
[Minicuento – Texto completo.]
Fernando Díaz-Plaja
Los dos niños iban cubiertos de pieles y su edad era parecida. Uno era moreno, hirsuto, con expresión torva. El otro era rubio, con ojos azules. Cuando el primero cantaba parecía gruñir, cuando el segundo maldecía lo que oía era un canto de pájaros. El primero tenía la torpeza del bruto; el segundo, la gracia del ángel.
Jugaban frente a la cueva. El moreno había ido colocando con lentitud una piedra encima de otra. Ya eran dos, ya tres, ya cinco. El edificio se iba levantando poco a poco, las piedras se caían, y él las colocaba pacientemente en su puesto. El rubio lo miraba.
Se oyó un rumor de pasos a lo lejos. Los dos levantaron la cabeza para ver a su padre que volvía con la azada al hombro. Habló el moreno.
-Cuando sea mayor ayudaré a padre. Cavaré la tierra y sembraré… Veré crecer la planta, la segaré… Comeremos de lo que yo produzca.
El rubio sonrió desdeñoso.
-Estúpida labor… Te cansarás… Mira cómo vuelve padre, agotado, lleno de sudor… Yo no; yo cuidaré del rebaño. Porque el rebaño se cuida solo y yo estaré bajo el árbol, a la sombra, mirándolo… (se inclinó hacia su hermano), y luego me comeré tus hortalizas.
El padre se acercaba. El muchacho que levantaba la pirámide levantó los ojos hacia él. El rubio aprovechó el segundo y derribó con la mano la edificación entera. Luego, antes que el otro se repusiera de su asombrada indignación, corrió hacia su padre.
-Padre -la cabeza rubia se apoyó en la pierna musculosa y sucia del terrón, la cara medio oculta, como quien se avergüenza del proceder ajeno-, padre… Estaba haciendo una casa con piedras… y… y… él me la ha tirado.
La sonriente expresión del padre se tornó iracunda mirando al otro hijo; este, repuesto del asombro, empezaba a balbucear su versión. Pero la indignación le cortaba las palabras…
-Yo… no…, él…; yo…
-¡Cállate!
La mano protectora sobre la cabeza de rubios cabellos, el padre lo contemplaba.
-Siempre tienes que ser el malo…, el enemigo… ¿Por qué no imitas a tu hermano? ¿Por qué no eres más bueno…? (Bajó la cabeza.) Eres el otro castigo.
Entró en la cueva con un suspiro. El muchacho rubio sonrió y se apoyó en un árbol mirando al hermano. Este mascullaba protestas sordas contra la vida, contra la vida injusta y necia. Mientras tanto, iba colocando cuidadosamente de nuevo una piedra sobre la otra; pero ahora no dejaba de vigilar con el rabillo del ojo a su calumniador.
Se detuvo de pronto. Una liana ondulaba en la hierba… Sí, no cabía duda, era una serpiente. Se acercó a gatas, llevando en la mano una de las bases del edificio, que ahora debía servir de arma mortífera. Cuando levantaba la mano se la sujetaron por detrás.
-No la mates, quiero jugar con ella.
-Madre las odia. Quiere que respetemos todos los animales menos este… ¿Cuántas veces se lo has oído?
Se desasió de su hermano y golpeó la aplastada cabeza. El reptil se agitó convulsivamente un poco, luego se quedó inmóvil. El rubio permaneció unos segundos pensativo contemplándolo. Luego lo cogió de la cola y corrió hacia la cueva.
-¡Madre! ¡Madre!
Una mujer, que había sido bella y había llorado mucho, apareció en el umbral.
-Mira, madre, sé que tú las odias, y la he matado; ¿qué te parece?
La mujer miró el cuerpo yerto y se estremeció de repugnancia y de terror antiguo…
-Has hecho bien, mi vida…, debes matarlas a todas…, a todas…
-Él no quería que lo hiciera. Decía que quería jugar con ella y quería pegarme…, pero yo la he matado lo mismo, porque sabía que te gustaría, madre…
-Y a él no le importaba ofenderme… Siempre el mismo… -suspiró-. Ven, hijo, entra…; empieza a hacer frío..
El sol empezaba a ponerse. El muchacho que quedaba fuera, seguía encorvado y a su alrededor el ocaso iba poniendo una aureola sangrienta. Miró la mano que sujetaba la piedra y la abrió lentamente. La piedra, todavía manchada de sangre, cayó, incrustándose en la hierba fresca. El muchacho miró hacia la cueva y luego al cielo. En su alma había una gigantesca pregunta que nadie podía contestar.
-¿No quieres comer?
Su padre estaba frente a él. No tenía aire encolerizado, sino triste. La tristeza del hombre que ha perdido la felicidad para siempre, la tristeza del que sabe que esta pérdida se debe exclusivamente a sus propios pecados y no le queda el recurso de achacarla a la maldad ajena. En sus ojos no había cólera, sino dolor. Un dolor de siglos que no eran pasados, sino futuros. Cuando aquel hombre lloraba lo hacía por algo que había de pasar.
-Vamos, entra.
Caín se enderezó y le siguió lentamente.
FIN
Y es aquí donde nosotros amigo Luis León nos pone a pensar, quien no recuerda aquel que sentado y al tiempo que comía pregunta, “maestro, seré yo?, o aquel otro que con la mano en alto recibía los aplausos de un pueblo orgulloso de su raza que luego pagaría con miles de muertos la mala gestión, sin olvidar la sinica sonrisa del bolchevique en Yalta en charla con los occidentales, o de aquel que llegaba de la Sierra con un cristo en la mano siendo aclamado por un pueblo que luego buscaría desesperado una balsa para escapar, y que decir del criollo que nos dejaba oír que ser rico es malo y hoy la población pasa hambre, y quien puede olvidar los tiros en la frente de quien en el parlamento hablaba y luego siguió de forma trágica la vida española, y recordar a los silenciosos aviones atacando Pear Harbor para luego recibir la visita de la atómica. Mirar los restos de una pared que dividía la bondad y la maldad y hoy quien puede no recordar a un medico asesino que disfrutaba matando a otro por no llevar sus mismas ideas, y que decir de aquellos que escondidos en su maldad buscan la destrucción en compania de los otros que asesinaron sin compasión y hoy vencedores que acompanan a los malvados que la rotura de una nacion buscan con desesperación, y no se puede olvidar Hinzerto, Mauthusen o Auschwitz y hoy verguenza de la humanidad y un suma y sigue que no termina, son amigo Luis aquellos que al igual que este cuento de Diaz-Plaja dejando para manana la forma de Cain, quien de forma sistemática va creando en compania del maligno la maldad que terminara anulando los buenos momentos del pasado, hoy miramos por la ventana y nos asusta cuando jugando cartas en nuestro pais se juegan la alegría del pasadoble gritando viva Espana, ya tenemos historia negra para contar y bueno seria que nos tocara un poco del buen pan a la hora de almorzar.
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Ivan4
Respeto profundamente su opinión con respecto a la denominación de nuestro pueblo o el gentilicio del mismo, don Luis; no acepto imposiciones de dos personas (las dictaduras son deleznables). Comparto muchas de sus ideas y desde ya le digo que usted pasará a formar parte de la historia del municipio como un llanense ilustre (comenté en un hilo de este mismo medio que me resultaba curioso y que casi me daba igual que los tijaraferos lo ubiquen a usted en su municipio, igual que hicieron con la poetisa Dulce María Loynaz, por el hecho de que su madre sea del municipio del noroeste de La Palma). No me niego a nada, pero sí me gustaría que se nos consultase a todos los llanenses si queremos cambiar nuestro gentilicio o el nombre de nuestro municipio (ahora mismo no estoy empadronado ahí, debido a que trabajo y resido en San Cristóbal de La Laguna; NO EN AGUERE)…¡A lo mejor estaría de acuerdo con usted si fuera una de las personas a las que se le pida opinión! Sí me indigna que sin consultar a nadie se nos denomine “aridanenses”, lo reconozco; porque mi cultura y mi ideología es democrática (lo de imponer, se lo dejamos a los totalitarios).
Por otro lado, no voy a comentar casi nada de doña María Victoria Hernández, persona a la que respeto desde un punto de vista personal; no así en el aspecto profesional: una cronista oficial de un municipio no puede ser sectaria, tratando de eliminar a personas ilustres e históricos que no son de su cuerda (como he hecho una acusación personal, le vuelvo a reiterar que me llamo Iván Castro y le doy mi DNI: 42174455E). También le digo que no solo sería conveniente que usted fuera el cronista oficial de Los Llanos de Aridane, sino que sería un motivo de orgullo. Ya por último, me gustaría proponer un debate público sobre la conveniencia o no de cambiar el nombre del municipio o de su gentilicio (no solo con personas empadronadas en el pueblo, sino con aquellos que hemos nacido en él y que lo llevamos en nuestra sangre); pues hay que tener en cuenta que todas las teorías apuntan a que la lengua de nuestros antepasados era la bereber (yo también lo aseguraría, pero son hipótesis). Tampoco podemos cargarnos de un plumazo la historia que tiene detrás el gentilicio “llanense”. En 1978 renació de nuevo la U.D. Aridane, con la unión de los dos equipos más importantes de la ciudad en aquel entonces: Aceró C.F. y el Atlético Llanense (la anterior unión fue la del Aridane con el Tanausú). El Atlético Llanense tenía una sede bastante importante en el edificio que linda con el Casino Aridane. Incluso después de la fusión con al Aceró C.F., seguía existiendo “El Llanense”, con un bar, una sala recreativa, una sala con televisores, una oficina para la U.D. Aridane y el mítico escudo del Llanense en el patio central (hoy en día es un museo de arte sacro). Otra institución histórica e importante es la Panificadora Llanense, por poner otro ejemplo. En fin, he mostrado mi opinión. Un abrazo fuerte y gracias por la labor que hace usted, de forma desinteresada e imparcial (otras personas no tienen ni idea sobre lo que debe ser un historiador o un cronista: objetivo) en pro de nuestro pueblo y su historia.
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Juanf
Amigo Luis León, gracias por la interesante foto que expone dos murales en esa linda calle de Aridane, en ambos demuestran la calidad del artista, se puede apreciar aun en esta pequeña foto los detalles que el autor plasmo en referencia al lugar, merito que merece llevar visible el nombre de quien los pinto.
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Juanf
Un tercero en discordia
[Minicuento – Texto completo.]
Robert Burton 1577-1640
En su Vida de Apolonio, refiere Filostrato que un mancebo de veinticinco años, Menipio Licio, encontró en el camino de Corinto a una hermosa mujer, que tomándolo de la mano, lo llevó a su casa y le dijo que era fenicia de origen y que si él se demoraba con ella, la vería bailar y cantar y que beberían un vino incomparable y que nadie estorbaría su amor. Asimismo le dijo que siendo ella placentera y hermosa, como lo era él, vivirían y morirían juntos. El mancebo, que era un filósofo, sabía moderar sus pasiones, pero no ésta del amor, y se quedó con la fenicia y por último se casaron. Entre los invitados a la boda estaba Apolonio de Tiana, que comprendió en el acto que la mujer era una serpiente, una lamia, y que su palacio y sus muebles no eran más que ilusiones. Al verse descubierta, ella se echó a llorar y le rogó a Apolonio que no revelara el secreto. Apolonio habló; ella y el palacio desaparecieron.
FIN
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