Pese a la crisis y a la continua movilidad de usuarios y ofertas de las compañías, en España a fecha de junio de 2013 hay 51 millones de líneas de teléfonos móviles y 19 millones de líneas de teléfono fijo. Hay muchos más teléfonos móviles que habitantes, ya que la población es de 46.704.314 habitantes, con importantes pérdidas desde el año pasado por la nueva emigración al extranjero. Y, a pesar de tanta hipercomunicación, con tanto whatsapp que va y viene, todo el mundo dándole a la tecla incluso cuando cruza un paso de peatones, la gente se siente vacía. Ya no se trata de una adicción, se trata de una verdadera esclavitud, casi una patología no solo entre jóvenes y adolescentes. Porque la comunicación ha derivado en un anecdotario efímero e insustancial. La sociedad se deshumaniza con tal prisa que desde hace años en algunas iglesias de Italia se han instalado confesionarios automáticos, en los que echas unas monedas, confiesas tus pecados y una maquinita te impone la penitencia. La soledad golpea en el asfalto. La soledad fue "la peste del siglo XX", según los psicólogos. Bueno: será también del XXI. Un 35 por ciento de la población entre 25 y 40 años vive sola en nuestro país, en las grandes ciudades se incrementa el número de ancianos que viven apartados, y que en algunos casos mueren solos. El Teléfono de la Esperanza recibe más de trescientas mil llamadas anuales. Dentro de la cultura cibernética, crece la tendencia de practicar el sexo ante la pantalla de un ordenador. En la mitología grecolatina, de la cual somos directos descendientes, Platón cuenta cómo el padre de los dioses, Zeus, cortó por la mitad a los seres humanos. Y éstos sintieron un horror tan insoportable que empezaron a buscar desesperadamente su mitad perdida. Encontrarse a sí mismo, hallar una buena relación, no resulta fácil. Unas tres mil personas se suicidan diariamente en el mundo, lo que supone que cada tres segundos una persona se quita la vida. Un problema de salud pública evitable, según la Organización Mundial de la Salud, con un correcto tratamiento a las personas que padecen algún tipo de problema.
Para salir del aislamiento es preciso un primer contacto: con el interior de cada uno de nosotros, y después con los demás: familia, amigos, entorno laboral o incluso personas con las que sólo cruzamos un saludo en el ascensor. Hoy, cada vez con más familias monoparentales tras el incremento del divorcio, lo importante habría de ser aprender a convivir con la soledad, no dramatizarla. En EEUU el 26 por ciento de la población se califica de solitarios crónicos. Pero hay tanta soledad entre los solteros como en los casados, las amistades son superficiales y oportunistas. Se tiene la impresión de que muchos casados y casadas flirtean por internet para superar su rutina. La noche agranda la angustia, de ahí el éxito de los programas radiofónicos, en los que ha vuelto el contenido emocional, intimista. Los constructores y las inmobiliarias saben también que -pese al bajón del ladrillo- los inmigrantes y los divorcios animan el mercado, incluso en los supermercados se empiezan a ofrecer raciones para una persona. Leer ayudaría a superar la soledad pero no somos un pueblo de lectores. Entonces, hay que aprender terapias personales. Cultivar una afición, acercarse al arte, entender que la vida es algo más que utilidad, dinero y prisa.
(Blog La Literatura y la Vida)
lleon
Gracias, amigos, por los comentarios tan atinados. Ciertamente, los avances tecnológicos son buenos pero siempre que se usen dentro de un orden.
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estaca
D. Luis, yo creo que los avances tecnológicos siguen su marcha de modo imperturbable, nos parezca bien o mal. Son inevitables y nos hacen la vida más fácil.
Cada vez que sale al mercado una novedad tecnológica doméstica, se producen auténticos furores. Recuérdese, por ejemplo, cuando aparecieron las grabadoras de audio, primero y de video después. Todos estábamos obsesionados por grabar, música, películas. No hablábamos de otra cosa. Hacíamos pilas con cintas que apenas veíamos.
El uso de todas estas tecnologías populares, tienen su punto álgido, llegando a la saturación del usuario, para luego decaer y se quedan en lo que podríamos llamar su “justo término”. En el asunto de los whatsapps está ahora en ese punto álgido y no muy tarde llegará a la saturación y luego quedará como ha quedado la TV.
El uso impropio de las tecnologías domesticas (radio, televisión, internet, teléfonos, etc.) por parte de los chicos, nos lleva a lo de siempre: a la educación. Detrás de un uso “patológico” de esos elementos, -fuera de esa etapa de furor – hay padres irresponsables. Un ejemplo significativo: me cuenta un profesor que en su centro llegan a clase (o simplemente no llegan) muchos días alumnos dormidos porque sus padres le permiten estar hasta las 2 de la madrugada viendo sea una actuación de murgas en Carnaval, un partido de “furgol”, o una película. Sin embargo ahora nadie critica la TV ni que haya programas las 24 horas del día
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pevalqui
La mayoría de los utensilios electrónicos y digitales, manejados con mesura, son positivos. Hay para quienes su smart phone, es como la prolongación de su mano. Muchos lo reconocen como tal. Noi pueden vivir sin el dichoso aparatito. El otro día mi hija Miriam me decía que había días que recibía del orden de unos 800 whats apps. Quedé casi en estado de shock. Al preguntarle como era posible y que no tendría tiempo de atenderlos, me respondió que se trataban como una especie de chats sociales, grupos que se formaban en donde cada uno vertís opiniones, fotos…. Los borraba en su mayoría. Y lo peor, como bien dices, es que nos bloquean respecto de los seres que tenemos más cercanos, al tiempo que el dedito teclea compulsivamente, mientras somos vícitmas, en ocasiones casi idiotizados de ese mundo virtual en el que lamentablemente se está convirtiendo la convivencia.
Buenas noches. Saludos cordiales.
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arodriguez
Das en clavo, Luis, como siempre.
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PedroLuis
Don Luis:
Leo y me pongo a pensar
del por qué hay soledad
me pierdo en la eternidad
y me dan ganas de llorar…
Mejor me pongo a cantar
bajito con mis recuerdos
lo mejor es estar cuerdos
disfrutando en compañía
la soledad siempre es fría
negra es, como los cuervos
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Pintao
Lo primero, Don Luis, es que la realidad actual nos dice que cuanto mayor nivel económico tiene una sociedad, más gente adulta vive sola´
Quien vive solo por lo general ha vivido en común, no sólo como niño sino en pareja, pero en un momento dado se plantea que mejor solo que mal acompañado y si puede, pues "palante".
El las sociedades con menos recursos, por ejemplo en Africa, las comunidades son numerosas y el vínculo familiar no se limita a padres, hijos y hermanos, sino que se amplía a tíos, primos, abuelos y nietos y alguno más que pasara por allí, como huérfanos de familias de la tribu etc. Y todos ellos dentro del mismo "compound", juntos pero no revueltos como alguien pudiera pensar.
Dentro del compound, la solidaridad es total y digna de admiración a ojos de los europeos. Se reparte lo poco que haya sin ningún sentimiento de paternalismo.
Una parte de " solos" es desde luego porque les gusta la independencia, otros desearían otro estatus pero no es fácil. Otros quisieran pero no pueden costeárselo.
Hay quien en un momento dado le hubiese gustado cambiar de pareja de baile, pero la triste realidad decidió que no siempre el sentimiento en mutuo y se impone la sabiduría de "pande voy yo que más valga"
Posiblemente si fuéramos más sabios, más generosos y sobre todo más pacientes con los demás, comprenderíamos que Platón tenía razón o el Génesis, "no es bueno que el hombre este solo".
Vamos, lo que llamamos la gente de orden "madurez de carácter"
Algo es algo.
Pero desde luego esto, dentro de un orden, pues los hay y las hay, que no hay quien l@s aguante y amarguras las justas.
Saludos cordiales.
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