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Jafet Barreto

Jafet Barreto.

La juventud siempre suscita opiniones encontradas. En todas las épocas ha sido criticada, porque a juicio de los mayores la juventud es rebelde o abúlica, entusiasta o pasota, pone energía y entusiasmo o simplemente vegeta. De entrada, España es un país que se lleva mal con los jóvenes. Conviene matizar que entre nosotros el paro juvenil es muy elevado, de un 38 por ciento, lo cual significa que cuatro de cada diez jóvenes no encuentran oportunidades para integrarse en el mercado laboral. Ello retrasa de modo considerable la emancipación juvenil, y en esto nos diferenciamos claramente de los países europeos de avanzada y de Norteamérica.

Podríamos pensar que la juventud actual es consumista, que es de niños malcriados. Pero Jafet Barreto, 22 años, no es nada de eso. Nació en una familia humilde y, desde una isla ultraperiférica, se ha lanzado sobre Madrid sin perder en ningún momento la perspectiva de La Palma. Concluye su bachillerato en el instituto Pablo Neruda, donde no dudan en calificar su esfuerzo con matrícula de honor. Ya desde entonces su inquietud por la política era manifiesta. Él es un chico de alto rendimiento: a la vez que cursa su cuarto curso de la licenciatura de Derecho en la Complutense, dinamiza las Juventudes del PP en Los Llanos de Aridane y preside la asociación juvenil Alternativa XXI, una organización reivindicativa en este momento de crisis con más de cien asociados en el archipiélago y que pretende una mayor involucración juvenil en el desarrollo social, económico, cultural y del ocio-tiempo libre.

La crisis pasa factura a la juventud, y Jafet piensa que los jóvenes son los principales afectados, un sector dependiente al que no se les ofrece alternativas, que tiene que asumir grandes retos en poco plazo: el primer empleo, la compra de la primera vivienda, y que por tanto añora medidas que solucionen el paro juvenil, eliminen las situaciones de precariedad, explotación, etc. Algunas de sus reivindicaciones ya han sido atendidas. Así, creación de estructuras participativas juveniles, Mesa Joven, Consejos de la Juventud, Espacios de Creación Joven, Plan de Emancipación Juvenil, creación de Casas de la Juventud, partida económica para asociaciones juveniles, ampliación de la oferta de Formación Profesional, implantación de extensiones universitarias en La Palma. Jafet es un pequeño terremoto de ideas que defiende con ardor descomunal, reclama políticas de empleo. No cabe duda de que sus empeños son ambiciosos y que encontrará muchos obstáculos en el camino, pero conociendo su tenacidad, su fe a prueba de bomba en lo que hace, está encaminado a abrirse camino.

La verdad es que una parte de los jóvenes parecen haber olvidado la cultura del esfuerzo. Niños mimados de papá y mamá que desconocen el valor de las cosas, y que en momentos de crisis como el presente no saben reaccionar en el modo correcto. Esa parte de la juventud desmotivada, abúlica y pasota, debería participar en todo aquello que le afecta. En su esfuerzo individual, que trata de calar en su entorno, este chico que ha estudiado con becas y excelentes notas, viene a demostrar que querer es poder, y que se puede alcanzar cualquier objetivo si hay tesón y muchas ganas para conseguirlo.  

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