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Fútbol corrupto

En el entramado de negocios oscuros que tanto proliferan en medio de este paisaje de corrupciones y crisis, el fútbol ya tiene su lugar de honor. En Europa se descubre un sinnúmero de partidos amañados, que supusieron ganancias millonarias para apostantes, organizados en entramados de corte mafioso. Incluso por aquí se habla de un partido entre la U.D. Las Palmas y el Rayo Vallecano que dio origen al mismo turbio negocio, un partido que acabó con empate a cero y que aparentaba ser un tongo como una catedral. Las corrupciones suelen ser cosas de otros, y por eso nos preguntamos cuándo alguien se atreverá a levantar las alfombras e investigar las derivaciones de esta madeja deportiva en nuestro entorno. Ese es otro cantar. Y ahora que se intenta que los superfichajes de los grandes equipos paguen aquí impuestos como es debido, llega la amenaza de huelga. Van a paralizar la liga, advierten.

El mundo del fútbol es, año tras año, menos deporte y más espectáculo, un espectáculo no tan limpio como debiera. Las cantidades desembolsadas por Kaká, Cristiano Ronaldo e Ibrahimovic pueden haberse superado los 240 millones de euros, es decir unos 40.000 millones de las antiguas pesetas. Una cifra insultante para un país que padece una crisis económica con tantos millones de parados, y más insultante resulta que estos divos paguen impuestos reducidos pues se dictó una norma fiscal ventajosa pensando en importar gente de ciencia, investigadores, innovadores a los que beneficiaríamos con bajos impuestos, pero a cambio sólo hemos traído futbolistas millonarios con tratamiento privilegiado. El fútbol, por desgracia, es cada vez menos juego limpio y cada vez está más contaminado. Grandes operaciones bancarias, grandes pelotazos de los listos. Insistir en la huelga es ofensivo, pero tal es la cantinela con que nos amenazan los prebostes de la Liga de Fútbol Profesional.

Las cantidades que se mueven en el mundo del fútbol-espectáculo constituyen un derroche deshonesto, un derroche que tiene mucho que ver con el exhibicionismo. Pues mientras las pequeñas y medianas empresas se quejan un día sí y otro también de que los bancos no les facilitan créditos, mientras muchos trabajadores autónomos han de irse al paro, resulta desconcertante que los clubs de fútbol sí puedan obtener unos créditos insultantes. En este orden de cosas, no nos puede resultar extraño que el periódico The Times dijera en su momento que estas últimas contrataciones de los equipos españoles constituyen una operación obscena. Hasta Platini, el presidente de la Uefe, manifestó en público y en privado que estos fichajes veraniegos de los grandes clubs le parecían insultantes. Paralelamente a esto, hemos de recordar que don Florentino Pérez, uno de esos magos de los negocios, hizo operaciones urbanísticas muy cuestionables como fue la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, un terreno que figuraba como equipamiento deportivo de todos los ciudadanos que ha podido vender a precio de oro para luego plantar un buen puñado de rascacielos. Que operaciones de este tipo sean bendecidas por el poder político nos habla a las claras del nivel de desvergüenza al que estamos llegando. Operaciones de beneficio privado que se ejecutan con el cinismo de denominarlas de interés público.

Lo grave es que los políticos permiten estas situaciones, y que los ciudadanos vean estas circunstancias con admiración y hasta con complacencia, mientras seguimos teniendo el record en fracaso escolar, las listas de espera sanitarias se alargan y los servicios públicos se deterioran de año en año. Otra perla: la mujer del brasileño Kaká dijo que "Dios aportó mucho dinero al Madrid para que se pudiera contratar a su marido". Surrealismo puro, cinismo a manta.

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