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Fútbol-Cartera

Dicen los economistas que los equipos de España tienen unos números rojos de campeonato, y nadie se amilana. Incluso los dos grandes de este estricto bipartidismo, Barcelona y Real Madrid, tienen unos déficits de impresión. El fútbol-cartera triunfa sobre el fútbol-deporte y por supuesto sobre el fútbol-cantera. Fútbol mediático total. En año de vacas flacas, no hay inconveniente en fichar entrenadores y futbolistas con muchos millones de euros detrás. No llegan las rebajas para los astronómicos sueldos de entrenadores y megaestrellas de nuestro balompié, en otros lugares como en Italia ha intervenido el Estado incrementando los impuestos a unos y otros pero aquí todo el mundo anda contento con la situación.

¿Habrá una burbuja futbolística después de la burbuja inmobiliaria? Según José María Gay de Liébana, profesor de la Universidad de Barcelona, el Real Madrid acumula deudas superiores a los 600 millones de euros mientras el Barcelona anda por los 500 millones. Hay otros equipos de los históricos, como el Atlético de Madrid y el Valencia, que no se libran de sustos por sus muchos dispendios. Para cerrar cada balance con números tranquilizadores, los equipos han de apelar a los resultados extraordinarios, los que provienen de la compraventa de jugadores e incluso de las operaciones inmobiliarias.

Con todas estas circunstancias el fútbol se aleja cada vez más del deporte y del juego limpio, si se levantara la alfombra por aquí más de cuatro sorpresas saldrían a la luz y probablemente tendrían que irse sumando muchos a la fórmula concursal que inauguró precisamente la U. D. Las Palmas hace años, con intervenciones de jueces y juzgados para evitar la ruina. En otros países ya se han aplicado recetas de austeridad y sensatez, pero en nuestro entorno seguimos practicando el vistoso pim-pam-pum de los despropósitos. Las diferencias de presupuesto entre los grandes y los pequeños son cada vez más descomunales, ya esta pasada temporada demostró que la Liga cada vez está más desequilibrada. Los clubs, endeudados hasta las cejas, resisten como pueden el chaparrón. ¿Hasta cuándo continuarán escondiendo la cabeza bajo el ala, como el avestruz?

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