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Lloran los ricos

Avanza el verano y en medio de tantas zozobras y tantas crisis y tantas premoniciones catastrofistas de la economía global el ciudadano de a pie se pregunta cómo va a ser su futuro próximo, el de ahora mismo y el que se abrirá tras las elecciones del mes de noviembre, cuando presumiblemente el señor Rajoy se haga con las riendas del triunfo. ¿Pagará más impuestos este ciudadano de a pie, asaltado por el paro y tantas bajadas de la bolsa, por tanta dificultad de colocación de la deuda soberana? ¿O acontecerá el prodigio de que los más ricos del mundo serán quienes salven a los más desahuciados, ya que unos cuantos millonarios franceses y norteamericanos anuncian que ellos están dispuestos a pagar más, a tributar de una forma más justa? Vaya, vaya. Observando las noticias que cada mes nos trae, nos enteramos de que a pesar de tamañas depresiones la gran banca española obtiene enormes beneficios. Pero ¿se atreverá algún gobernante a meter en cintura a los dirigentes de las grandes corporaciones bancarias pidiéndoles que tributen de manera solidaria y justa?

El dinero español que huye a los paraísos fiscales ¿quién lo trae de vuelta a casa? ¿Quién se aventura a desentrañar todos los hilos de la tupida madeja? Por desgracia las democracias occidentales, sustentadas en la partitocracia, se han convertido mayoritariamente en maquinarias para obtener el poder y para ejercer el poder. Libertad, igualdad y fraternidad era el lema de la Revolución Francesa de 1789, y desde entonces mucho ha llovido pero realmente no se ha avanzado gran cosa en cuanto a la igualdad y a la justicia social. Hasta tal punto que algunos de los más favorecidos se han anticipado a dirigirse a los gobiernos para expresarles su deseo de contribuir más. Vaya, hasta los ricos son capaces de llorar por los demás.

La corona británica ya paga impuestos, ignoramos si la Casa Real de aquí hace lo mismo. ¿Y en España cuándo se va a atrever alguien a cobrar tributos por ejemplo a la Duquesa de Alba, a los terratenientes andaluces, a los grandes prebostes de la banca que en tiempo de vacas flaquísimas siguen teniendo unas retribuciones impresionantes, blindados ellos contra todas las crisis que nos afectan a los pobres diablos que paseamos por la calle? Los parias nos quitamos el sombrero ante estos multimillonarios con conciencia social.

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