Ingredientes:
Elaboración:
Precalentar el horno a 180º.
En una bandeja que pueda ir al horno ponemos las papas, un poco de sal, el romero y el agua.
Untar la paletilla de cordero con la manteca de cerdo y un poco de sal, la colocamos en la rejilla del horno, la ponemos encima de la bandeja de las papas y las pasamos al horno unos 30-45 minutos. A mitad del tiempo dar la vuelta a la paletilla.
Si vemos que evapora el agua, añadir un poco más.
Posiblemente se coma más papas que cordero.
Notas: de la misma manera podemos preparar pierna de cordero o cochinillo.
Si el cochinillo no cabe en el horno de casa, dividirlo en cuartos y hacerlo de la misma manera.
PedroLuis
Estimados "comensales"… Por favor, no me hablen de paletillas, ni mucho menos de costillas…
Lo acabo de explicar en el blog de doña Rosario Valcárcel… No me voy a repetir…
Por fin, tras leerles, veo los "huesos" con otros ojos… y otros sabores.
Saludos.
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Pintao
Puede estar seguro, Sr. Pevalqui que comentando las sugerencias de su hermana Rosasrio, lejos de pontificar, Vd. relata otra manera de aderezar el asado de cordero, quizás más acorde con las costumbres antiguas de Canarias directamente heredadas de la cocina portuguesa.
No es mejor ni peor, es sencillamente difetente.
La cocina es un arte y en el arte no hay dogmas.
Sin ánimos de hablar "ex catedra", yo tampoco, que Dios me libre, quisiera creer que la receta que Don Pedro nos presenta se atiene a las normas más clásicas
de la cocina castellana.
En una ocación estuve sentado a dos metros de la puerta de un horno artesano en un concurrido y conocido asador de Sepúlveda y mientdras daba buena cuenta de un buen trozo de cordero, contemplaba la ceremonia que el maestro asador se traía entre manos.
Justo lo que me llamó la atención fué la sencillez con que sazonaba los corderos y cochinillos que entraban y salían del horno en rigurosa y ordenada fila. Entraban por la izquierda y salían por la derecha, acunados en cazuelas de barro, con medio dedo de agua y una rama de romero. Hacían un lento viacrucis dentro del horno que el maestro asador llevaba a cabo con mañosos movimientos de pala.
Usando su mano como un isopo, administraba la sal marina y la manteca, de manera más bien escasa. Recuerdo que hacía un movimeinto con la mano como un autómata a modo de caricia. Son detalles que se te quedan gravados cuando realmente estás difrutando el momento.
A fuer de ser austero, ni papas les ponían, que lo servían acompañado de una abundante ensalada de escarola (sólo escarola)
ligeramente aderesada.
También recuerdo las dos botellas de Pesquera que entre tres nos trasegamos. Menos mál que todabía no había venido lo de la estricta y conveniente legislación de los puntos.
El maestro aquí es Vd. Don Pedro, que es el que está cada semana frente al toro, disculpe que terciemos desde la barrera. Eso es sin duda porque la faena levanta el interés del respetable.
FELIZ AÑO NUEVO
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pevalqui
Sugerente receta, apropiada además para las presentes fechas. Y fácil de cocinar.
Sin querer importunar a algun@s de sus seguidores más aférrimos, voy a aportar "mi pequeño grano de arena"; eso si, sin pontificar. Para mi la cocina es algo más que un hobby.
A propósito, me lo sugirió mi hermana Rosario, quien suele cocinarlas sobre todo por Pascuas.
Sencillamente, tras salpimentarlas, embadurnarlas con fritura de ajos tomates y cebollas molido con algo de laurel e irlas remojando con vino blanco. Ella creo que le suele añadir las almendritas molidas al estilo palmero. Nada más. Y por supuesto con el añadido de las papitas panaderas.
Eso si, ya lo sabe usted. No saben lo mismo las lechales que las otras. Unos buenos euritos de más tienen la culpa.
"De la mar el mero y de la tierra, el cordero".
Feliz Año para usted y tod@s sus seguidores. ¡Qué no somos pocos!. Muchas gracias.
Hasta luego. Buenas noches.
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