Ingredientes y cantidades:
Modo de hacerlo:
Sellar el solomillo por todos los lados en una plancha a fuego fuerte, para que forme costra y quede jugoso por dentro. Salpimentar. Poner a enfriar en la nevera en una fuente para recoger los jugos.
Sacar las partes duras de las hojas de col y escaldarlas en agua hirviendo unos 2-3 minutos. Escurrir, secar con un paño. Reservar.
Poner en un cazo la mantequilla y aceite, añadir la chalota picadita, los champiñones muy picados, y más tarde el foie en trozos, pimienta negra molida, sal, el brandy, la trufa picada, y el jugo que suelte la carne. Hacer a fuego lento unos minutos, poner a enfriar en la nevera.
Extender el hojaldre, cubrir con las hojas de col, poner encima de éstas una parte del sofrito de champiñones de forma alargada para que cubra toda la carne, encima el solomillo, cubrimos con el sofrito que nos quede. Pintar con huevo las orillas del hojaldre para que sellen bien, enrollar, cerrar bien, decorarlo a gusto, pintarlo con huevo batido.
Precalentar el ahorno a 200º.
Poner en la bandeja un trozo de papel de horno y meter la carne unos 20-30 minutos aproximadamente o hasta que el hojaldre esté bien doradito.
Sacar, cortar con un cuchillo de sierra en raciones y acompañarlo con verduras cocidas.
El tiempo que debemos tener el solomillo en la plancha es a gusto. Tenemos que tener en cuenta que luego va a tener una segunda cocción en el horno.
Para prepararlo de víspera:
Limpiar la carne, sellarla en la plancha, salpimentar, pasar a la nevera.
Hacer el sofrito de champiñones, pasar a la nevera.
Escaldar las hojas de col, reservar.
Al día siguiente, extender el hojaldre y seguir la receta.
Pintao
La receta de Don Pedro nos evoca la alta cocina palaciega, donde en abigarrado comedor unos expertos camareros vestidos de impolutos fracs, se afanan en trinchar y servir este plato que siempre produce el efecto "voila" al darle el primer corte y aparecer el rosado manjar con los variados efluvios de trufa, foie y coñacs dentro del crujiente hojaldre mientras en el fondo del salón suena el cuarteto de cuerda desgranando las románticas melodías de Brhams.
Apropiado para un día muy especial que requiera una "puesta en escena" con vajilla plateada y a poder ser en smoking y tiros largos.
Siguiendo los detallados consejos del maestro Don Pedro, no resultará en absoluto muy complicado llevarlo a cabo, más bien es cuestión de viandas y puesta en escena.
Digo viandas porque tanto el foie-gras como la trufa y el coñac han r han de ser elegidos con mano sabia, a la francesa "s´il vous plaît".
Me dirán que como el Duque de Wellington siendo irlandés podía tener gustos tan refinados, pero no en vano su familia que era riquísima quiso en su día que el vástago estudiara y se formara en Francia, aunque el amor por lo francés no le impidió traer por el camino de la amargura a Napoleón haciéndole la vida imposible en España para después acudir a darle el descabello en Waterloo.
Así es la cosa, diría Don Genaro.
Perdone Vd. Don Pedro por tan larga perorata, pero hay días que no tiene uno con quien pegar la hebra.
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PedroLuis
Estimado Francisco Cabrera, una cosa son los comentarios y otra "las cosas de comer"… Gracias por tu ciego apoyo. Abrazos.
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Fcabrera
Pedro Luis, yo por tus comentarios creo que cocinas. Déjate llevar por la y te saldrá bien. Sigue los pesos y los tiempos, del >>sensei>> Abreu y seguro que aciertas. Y la receta lo merita (a mi me encanta, cuestión personal). Triunfo cuando la hago a mis invitados o en familia.
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PedroLuis
"El que algo quiere, algo le cuesta"…
Don Pedro, mucho me temo que el preparado se me "desgorrife"… Eso, si no nos pasamos con la plancha y lo resecamos… o, por aquello de que si una es bueno, dos son mejor, terminamos enchumbando el hojaldre en brandy …
O sea, me veo condenado al solomillo a la plancha, con dos rodajas de tomate, tres cascos de cebolla, chorrito de aceite de oliva, salpimentar… y, eso sí, el chupito de brandy, que no falte.
Muchísimas gracias. Un placer.
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Fcabrera
Una de mis recetas de invierno favoritas. Y a Wellington no le llamaba la atención ni la comida ni la bebida (como muchos militares):
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