En estos días prenavideños que celebramos alegres el Black Friday, que en los Centros Comerciales no cabe ni un alma y los supermercados están a rebosar, mi corazón ha desandado los pasos y me he acordado de mi madre, de la mesa de Navidad y los olores de mi niñez, de la carne de conejo en salsa, los turrones, el vino dulce. Las truchas que cocinaba con amor y sabiduría para regalar a los vecinos a pesar de que en aquellos tiempos tenía que vencer a un enemigo: al fantasma de la pobreza.
Un fantasma que persiste en este mundo injusto en el que viven hambrientos. Seres silenciosos, seres que buscan sobras de alimentos en cubos de basura para vencer el hambre. Porque, a pesar de que la FAO afirma que en los últimos veinticinco años el mundo en desarrollo casi ha reducido a la mitad su tasa de hambre, aún hoy mata alrededor de diez mil personas diarias en el mundo.
Casualmente estos días he visto una película titulada “Amar peligrosamente”, un drama que recrea los campamentos que existieron en el norte de África en los años 80. Dirige el film Martin Campbell y nos acerca más allá de nuestro confort, nos muestra el desamor de los países poderosos, las miradas de eros y tánatos, la falta de víveres, la desnutrición infantil, la muerte. Una realidad que hace latir el alma del espectador.
Un mundo incongruente que priva de los dones imprescindibles a millones de personas ante otro mundo que vivimos en la opulencia, que nos atiborramos hasta hartarnos y desperdiciamos y tiramos y tiramos toneladas de alimentos, los desechamos aún comestibles. Lo hacemos desde nuestras casas, desde las industrias por problemas de fechas de caducidad, envases demasiado grandes, por comprar sin control.
En estos días prenavideños el corazón ha desandado mis pensamientos y me he acordado de las peripecias que pasan algunos personajes literarios en las novelas de Galdós o en el “Lazarillo de Tormes” para no morir de hambre. Me he acordado de una escena que se sigue repitiendo a pesar del progreso y el desarrollo económico y social. Me he acordado de aquellos seres pobres, harapientos, aislados de la sociedad que iban de puerta en puerta, de casa en casa pidiendo: -Una limosnita, por el amor de Dios.
Y entonces he pensado: ¿Hemos progresado?
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Juanf
Hablar de hambre es recordar al que fuera pobre pero pobre y hoy mas rico que ninguno, el país africano llamado República de Shad con un dictador que por años mantenía a la fuerza a un pueblo en miseria y donde los Estados Unidos en ayuda le habían inyectado unos veinte millones de dolares para palear su hambre y hoy después de que se descubriera el oro negro tiene una entrada de mas de quinientos millones anuales que le paga la Exon y continua en la miseria pura aun cuando el armamento para que el dictador se quede por vida en el poder gastado a sido de escándalo, mientras sus habitantes, bien gracias.
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rvalcarcel
Por supuesto, D. Pedro Luis que hemos progresado, pero cuánto me gustaría que fuese un progreso más equilibrado en cuanto a alimentación y a otras muchas cosas más. Que no tengamos que morir de colesterol como usted dice, pero tampoco verse obligados a comer solo arroz con algo de pescado, como les ocurre a muchos habitantes de una parte de África.
De todas formas es un tema del que habría mucho, mucho que hablar…
Muchas Felicidades y reciba mi abrazo apretado.
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rvalcarcel
Sí, don Antonio Manuel: A nosotros que también estuvimos viviendo en Madrid unos años, también nos resultaba algo chocante la “falta de huecos” en el río de gente que salia hacia Puerta del Sol… los indigentes refugiarse en los Cajeros… Esas cosas que usted nos cuenta…
Un saludo cariñoso.
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GALVA
Recuerdo un Octubre estar cerca del Oso y el Madroño, en Madrid…Me disponía a remontar,creo que la Calle Princesa, y me resultaba algo chocante la “falta de huecos” en el río de gente que salia hacia Puerta del Sol….
Estaba alegre, hacia un frío seco magnifico, que a todo bagañete ha de agradar por su contrapunto….Un bocata y un Sol y sombra me ayudaban a retener las “gabardinas interiores”….Comencé a remontar la calle, y a los diez minutos me encontré incomodo..Sin darme cuenta había adquirido la actitud física de un baloncestista en la bombilla a la búsqueda de un rebote: Abres los codos, y los mantienes en jarras con fortaleza, mantienes las piernas fuertes y cargas hacia el lado que te empujan. Me llamaba la atención la “dureza del partido” :¿Como habían niños allí?…Repartían mas leña que el Olympiakos……..
Y no había llegado la Navidad, que me dijeron que lo empeoraba MUCHO….
A mi me gusta la Navidad; bueno, me gusta ese “talante optimista”,otras cuchipandas no….No suelo expresarme en términos políticos, como el típico Pepito Grillo cultureta adherido a “El capital” de Marx, y con citas siempre presentes en sus comentarios, pero me acuerdo que cuando llegue a Gran Vía, estaba mascullando: “Maldito ultracapitalismo estúpido” mientras observaba a lo indigentes refugiarse en los Cajeros…
Saludos…
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PedroLuis
Creo que sí doña Rosario, hemos progresado mucho. Sin embargo no lo suficiente como para comprender que los kilos de más en medio mundo, fruto de una dieta glotona y desequilibrada, son justo los que matan de necesidad a la otra mitad. Así, mientras unos morimos hartos de colesterol, otros mueren por no “cubrir las necesidades mínimas”. Un eufemismo que disfraza la palabra terrible: “hambre”. Como terrible resulta el pensar que la globalización comercial y económica, lejos de tender a mitigar las diferencias, se sustenta en ahondarlas. Paradojas del desarrollo.
Y pese a todo: ¡Felices Fiestas!
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rvalcarcel
Magnífica reflexión, querido amigo: Ha puesto el dedo en la llaga.El trabajo industrial y las historias de pobreza en el mundo infantil. Imágenes que en la actualidad no comprendemos pero que desgraciadamente siguen existiendo y que refleja el dolor y la miseria de los menores de edad. Los niños que sufren en un Mundo injusto y desigual.
Feliz finde y un beso grande, grande.
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Juanf
Bello amiga Rosario;
“Las truchas que cocinaba con amor y sabiduría para regalar a los vecinos a pesar de que en aquellos tiempos tenía que vencer a un enemigo: al fantasma de la pobreza”.
Cierto que existía la pobreza, no solamente pobreza económica sino del alma por una guerra civil maldita que se llevo a mas de un millón de nuestra gente.
Tiempos también de guerra donde la Europa se despedazaba de arriba a abajo, luego llegaría una posguerra con un bloqueo infernal donde las colas eran interminables para conseguir un pedazo de pan, aun me queda mi amiga Rosario el trauma cada vez que veo el ñame, un tubérculo el cual para comprarlo había que madrugar, eran tiempos duros
donde veía a mis amigos enfermar y a muchos de ellos morir, es que nuestra nación había quedado arruinada por aquellos que de forma injustificada se robaron nuestro tesoro, prefirieron llevárselo a los rusos comunistas antes que dejarlo en manos del dictador, para los rusos flores, para nosotros los ciudadanos españoles hambre y emigración.
Cierto que el hambre azota el África del encanto, de los bellos paisajes y de estupenda fauna, pero quien pone coto a semejante desproporción de hijos dejados al mundo, niños sin futuro, sin colegio en su gran mayoría y donde la pobreza es la degradación de la avanzada civilización occidental.
En Bangladesh es deprimente que niños desde los seis y siete años sean puestos por “sus padres” en manos de elementos sin escrúpulos para que rindan un día de trabajo por un dolar, y cortar esa faena aun sin quererlo llevaría mas hambre al familiar que somete a tortura a una criatura sin futuro que acapara en su niñez el odio al opresor que le tortura exigiéndole mas, forma parte esta tragedia de la irresponsabilidad de los padres o la ignorancia de las madres solteras abusadas y sometidas como si un objeto de compra venta fuera.
En Sudamérica especialmente en Venezuela los llamados huele pegas que son los niños de la calle, abandonados y que duermen bajo los puentes, estos crecen sin sentimientos debido a su habito de drogarse y poca cosa se puede esperar de ellos al tiempo que el gobierno no pone ningún interés de darle buen cause salvo el tiro de gracia para acabar con el sufrimiento, deshumano problema mirando para otro lado mientras se roban los dineros para colocarlos en paraísos fiscales dejando morir a un pueblo que no tiene que comprar y si lo hubiera la inflación tampoco se lo permite.
Alguien de esto foros que tiene elapuron.com comentaba sobre Haiti que lleva arriba la tragedia desde sus primeros tiempos de grandeza francesa y esclavos africanos del sufrimiento, agregándoles los conflictos con su vecina Dominicana, poca cosa dieron los gobernantes donde Duvalier mejor conocido como Papa Do crearon los Tonton Macoute grupos que asesinarían a mas de ciento cincuenta mil haitianos que le creaban problemas al régimen, mientras el mundo miraba para otro lado.
He tenido la oportunidad muchas veces de sobrevolar Haiti y desde arriba todo es jardín pero desde abajo difícil poder ver el cielo de la civilización occidental y pese a la gran ayuda que siempre le a dado el país de las barras y las estrellas
dándole refugio a miles de ellos que hoy comparten con otras comunidades en suelo americano especialmente en la llamada pequeña Haiti de Miami.
Sera forma de vida la de los haitianos?, o simplemente escasez de trabajo dando origen al hambre y mal vivir de este pueblo mientras su vecino dominicano le llegan grandes capitales europeos y en especial españoles para hoteles turísticos por aquello de sus bellas playas y bajo costo del lugar.
Amiga Rosario, diera la impresionó de que no hay para todos, pues aun dentro del gran territorio del Norte la falta de sustento no esta en los anaqueles, esta en el bolsillo del pobre y en especial de aquel indigente que por razones de droga no logra equilibrar su vida y le toca como a millones de seres sufrir los rigores de la vergüenza humana llamada hambre, lugar este donde la Madre Teresa de Calcuta dio el mejor ejemplo de como se puede superar.
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