Me ha tocado viajar , por trabajo y también por placer, a muchos sitios del mundo: australia, ciudad del cabo, dubai, egipto, eeuu, brasil,…y la verdad es que hay pocos sitios de la belleza y la diversidad de la palma. Es lógico que los palmeros (especialmente los que vivimos lejos) queramos que nada cambie en la isla y que nuestra isla permanezca como un oasis secreto, conocido por muy pocos.
Aún hoy, en plena crisis mundial, La Palma es un ejemplo de economía sostenible, en el que la agricultura y el turismo moderado se complementan para asegurar unos niveles de vida dignos, en donde la creación de empleo se harmoniza con la preservación de las tradiciones y la más pura naturaleza. Unos niveles de vida por otra parte absolutamente impensables en países próximos en lo geogáfico y en lo sentimental tales como marruecos, venezuela o muchas partes de la península ibérica.
Palmeros
Fuera los sempiternos complejos de inferioridad.
Más sentido positivo.
Más responsabilidad individual. Menos delegación en los politicos.
Contribuyamos a preservar este tesoro en común. Esto no es cosa de políticos. Sino es una meta individual que debemos trazarnos todos aquellos que nos sentimos vinculados emocionalmente a esta bendita isla