Ya sabíamos que íbamos a tenr un verano difícil para comercializar nuestros plátanos. Los supermercados se llenan de frutas de temporada, las familias se van de vacaciones a las playas, los colegios se cierran… Eso ha sucedido siempre pero este año la situación es crónica. La fruta que llega a los almacenes prácticamente no va a tener precios sino el que envíe Europa a modo de subvención. La situación en este año es tan caótica por sos elementos nuevos: la aparición de plátanos de África, muy parecido al nuestro, de los países ACP, que entran sin contingentación ni pagan aranceles, la cada día mayor presencia del banano americano, que se posiciona cada día más ante la bajada de aranceles prometida por los gobiernos europeos (entre ellos España) y la aparición de un fenómenos nuevo en la producción: agricultores de invernaderos que producen tres cosechas en dos años y que acabaron con la estacionalidad tradicional. Qué futuro más negro nos espera.
