Si tuviese la oportunidad de intervenir en el Parlamento de Canarias, Morera reclamaría ahora que se puede, debido a la Ley de Memoria Histórica, que España se disculpe por el genocidio de toda una raza porque aquí no había monos, había seres humanos que sufrieron lo indecible aquella conquista feroz.
La prueba del absoluto olvido de la Historia la encuentra en el hecho de que un Parlamento permita que se procesione el Pendón de la Conquista, siendo como es el símbolo de aquella terrible represión que llevó a muchos a tirarse desde los riscos. Ese dolor -continúa- es nuestro dolor y ahora es el momento de que Canarias cure su herida con la Ley de Memoria Histórica, para que de una vez por todas se acabe el eterno enconamiento entre Canarias y España.