En la tarde del sábado 17 de agosto tuvo lugar en las inmediaciones del campo de La Laguna uno de los cinco conatos de incendio –se sospecha que intencionados- del municipio de Los Llanos de Aridane, donde se estaba celebrando un torneo de fútbol de niños y jóvenes. Afortunadamente, y hasta donde sé, no hubo que lamentar nada importante. Pero el susto –que lo pasamos todos- bien merece una reflexión…
El campo de La Laguna es un recinto AISLADO y alejado del casco donde no llega conexión alguna de servicios públicos de transporte. A pesar de tener un césped en buenas condiciones, y estar dotado de vestuarios y aseos, no tiene NI UNA TRISTE SOMBRA que cobije ni del sol ni de la lluvia, ni del viento (ni de nada) a los que allí acuden…Tampoco existe en las inmediaciones del campo un lugar donde comprar un refresco o un bocadillo…
Es por ello que a la hora de asignar los campos de entrenamiento, el ayuntamiento debería tener en cuenta que no es un lugar adecuado para que los niños practiquen allí habitualmente su deporte, el fútbol. Las ventajas que tiene el Municipal Aceró y anexo respecto a La Laguna son más que evidentes.
Los niños que son destinados a entrenar ahí están obligados a usar SIEMPRE algún tipo de vehículo (excepto los pocos que puedan vivir en la zona, que no es precisamente una zona muy poblada). Esto quiere decir que son los padres o monitores los que deben asumir esa tarea –y la responsabilidad si llevan a otros niños- al no haber transporte público que llegue hasta allí. Y son sucesos como los del sábado, los que te hacen reflexionar sobre si es justo que por decreto tus hijos tengan que entrenar en un campo que no reúne las condiciones adecuadas para ellos, al verse privados de su autonomía para ir y venir y, si no están presentes sus familiares, con la posibilidad de quedar aislados en un recinto que no está dotado de medidas de seguridad y bienestar suficientes, quedando a la suerte de las inclemencias del tiempo y de cualquier otro hecho que pueda acontecer como vivimos el sábado.
Además, si para paliar la intranquilidad que muchos ya tenemos, tenemos que sacrificar nuestro tiempo y estar presentes en La Laguna mientras entrenan los chicos, concluyo con que el campo de La Laguna no es apto como lugar habitual para el entrenamiento de los niños.