Por qué arriesgarnos a tener que pedir prestado y dar el timón de nuestra economía a organismos internacionales, cuando tenemos incluso dentro de nuestras fronteras una ingente cantidad de dinero que esta fuera de la circulación.
Propongo un lavado público de capital, y a continuación un incremento sustancial del presupuesto destinado a la Agencia Tributaria, para la Inspección y recaudación.
Se podría, por ejemplo, obligar a suscribir bonos del tesoro a acmbio de la regularización de ese capital.