Ayer asistí a una chuletada entre amigos a la zona recreativa de La Pared Vieja. Reconozco que ya hacía por lo menos tres o cuatro años que no iba, pero hasta entonces iba año tras año sin falta. Era un lugar lleno de encanto y, para mi gusto, bastante mejor que el refugio del Pilar.
Pues bien, he de decir que me quedé totalmente estupefacto cuando vi que aquello no se parecía absolutamente nada a lo que yo conocía. No había ni un solo árbol. Ni uno. Han cortado todos los pinos, porque, según me han dicho, a los iluminados de Medio Ambiente se les ocurrió que como aquellos no eran pinos canarios, había que cortarlos. En su lugar, sobra decir que no han puesto nada, y que aquello es un erial, un descampado, un enorme solarium de tierra a 1200 metros de altura, como si un meteorito hubiera arrasado con toda la flora del lugar. Aparte de estar todos talados, los restos de la, digamos, "matanza" están todos esparcidos por los alrededores, dando a aquello un aspecto mucho más lamentable si cabe. Aparte de todo eso, los senderos de alrededor están impracticables, en un estado de abandono total, y no fui capaz de reconocer el sendero hacia la famosa Cueva del Diablo.
Nunca he sentido tanto dolor e impotencia en el aspecto ecológico en nuestra isla, y me parece terrible que nadie más ponga el grito en el cielo por semejante despropósito de las autoridades.
Ya que estamos, que talen toda la corona forestal. Total, igual nos sirve para poner "campos de golf de altura" y se forran los cuatro de siempre.
Un saludo de alguien que ve morir la belleza de su isla.
