Que su padre regente «una pescadería de gran popularidad en la parte vieja» de San Sebastián y que también su progenitor haya «pertenecido más de 38 años al equipo de la Real Sociedad» son los elementos de arraigo en los que la juez Clara Bayarri justifica su decisión de poner en libertad bajo fianza al etarra Iker Sarriegui, encarcelado hace siete meses junto a los también abogados Arantza Zulueta y Jon Enparantza.
Los tres, acusados de un delito de integración o colaboración con organización terrorista, fueron detenidos por la Guardia Civil el pasado 14 de abril por formar parte de la estructura «Halboka», encargada de controlar a los presos etarras.
El ministro del Interior los calificó de «comisarios» de ETA.