El pasado viernes estuve cenando en S/C de La Palma con unos amigos de Tenerife y casualmente coincidí con el entierro de la sardina. Hacía muchísimos años que no lo veía y, francamente, ni se parece. Ha perdido todo lo que tenía de gracia y sólo ha quedado lo que causa vergüenza ajena. Creo recordar que aparte de la carroza que repartía las sardinas (que era la mejor) las otras se componían de chicas vestidas de equipo de fútbol, en otra había algunos disfrazados de pescado, etc., y así a ojo una veintena de desconsoladas "viudas". Pero eso no era todo: las carrozas estaba pésimamente arregladas, en una de ellas hasta había un perro dentro junto al chófer… en fin, como dije en el título: vergonzoso, patético y deprimente. Ni S/C de La Palma ni ningún otro municipio se merece semejante espectáculo barriobajero. El entierro de la sardina hay que hacerlo mejor o no hacerlo, porque así da vergüenza.
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