El lunes fuí a la famosa playa de El Puerto de Tazacorte y no salí de mi asombro. El agua no era azul, era canela, pero canela.
Después de fijarme bien vi una mancha en todo el litoral que se adentraba unos 15 metros, más allá de esta linea el mar ya era azul.
Ya de regreso vi camiones y más camiones con materiales destino a la obras de ampliación del muelle.
Eso era: La mancha canela era el resultado de las obras del muelle.
Menos mal, podía ser de otra cosa.