La lectura del programa de actos de la Semana Santa de Los Llanos de Aridane ha causada cierta estupefacción entre muchos feligreses. El sr. párroco ruega “a Hermandades y Cofradías puntualidad, colaboración, vivencia y dignidad en cada celebración”.
Entendemos que cuando reclama “dignidad”, se refiere usted, a la “gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse”, como recoge el Diccionario de la Real Academia Española. ¿Dignidad? La que usted no tuvo tras la sustracción de la imagen de la virgen de Regla; se molestó por las preguntas de la prensa. La que tampoco demostró cuando recriminó a los cofrades de un paso procesional, mayor celeridad. La que reveló tras las palabras –desde el balcón del ayuntamiento de este pueblo– del sacerdote que nos acompañó la Semana Santa pasada; ¿acaso era más interesante lo que se cocía en el quisco de la plaza? La que mostró tras recordarle el cincuentenario de la Cofradía del Santo Sepulcro; conmemoración que pareció querer obviar. La que aguanta nuestro templo parroquial; recordamos el procuro en el ornato del anterior párroco y, el abandono actual, nos causa frustración.
Sr. arcipreste, no le vamos a pedir dignidad, cualidad que consideramos inherente a su persona, lo que si le pedimos es respeto hacia esas Hermandades y Cofradías integradas, en la mayoría de los casos, por gente joven que, en estos tiempos que corren aún participa de esa vivencia a la que usted bien alude. En todo caso, “este pueblo entusiasta que [no] te sigue con fe” –como ya le expusimos en otra ocasión– le recomienda que solicite el traslado para otra parroquia más acorde a su “dignidad”.
