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EL SACERDOTE DE LOS LLANOS DE ARIDANE SUPRIME VARIAS PROCESIONES DE LA SEMANA SANTA.

CARTA AL SR. OBISPO DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA.

Excelentísimo y Reverendísimo Sr. D. Bernardo Álvarez Afonso,

nos servimos de este medio para dirigirnos a usted y, también, a los fieles y no fieles de Los Llanos de Aridane. Procedemos.

Recientemente el sr. cura de Los Llanos de Aridane, convocó a los representantes de las cofradías religiosas que procesionan en la Semana Santa de esta parroquia. El monólogo arrancó con el manifiesto fastidio del aludido ungido, por el lento ritmo con que procesionan algunos de los pasos, con motivo de esta conmemoración anual cristiana; continuó con una burla despiadada, al comentar que esto no era Sevilla; y prosiguió con la amenaza de suprimir estas asociaciones religiosas, potestad de la Iglesia, según sus palabras. Su discurso, acostumbradamente importuno, no pareció causar tanta desazón como su intención de suprimir buena parte de las celebraciones de la Pasión llanense; las procesiones del Viernes de Dolores, y las correspondientes al Lunes y Martes Santo, desaparecen del calendario religioso de este municipio. Los motivos de esta colérica decisión nos resultan ajenos; sin embargo, formas –léase modo de proceder en algo, no su acepción religiosa- también repetidas adivinan conclusiones que no viene al caso enumerar.

Sr. Obispo, este es un eslabón más de una cadena de despropósitos de este representante de su Diócesis, desatinos que no podemos, ni debemos olvidar. La serie es larga. Se inició con una actitud grosera ante los medios de comunicación, tras el robo de la virgen de Regla; conforme a sus deseos, el asunto ha quedado sepultado. Continuó con la adquisición de una talla de san Pablo –apóstol presente ya en nuestro templo en tabla del artista Silva- que colocó junto a una de las imágenes de más culto de este pueblo: El Cristo de La Salud. Prosiguió con un nuevo alistamiento escultórico, ahora con una talla del Cura de Ars (según reza su biografía, vivió enteramente consagrado a sus feligreses); imagen no menos mediocre que la anterior y que, atrevidamente, instala en el retablo de la virgen de Regla, despojada también de su nicho. Parece que fiel a los preceptos de este patrono de todos los sacerdotes del mundo, destina gran cantidad de dinero al “embellecimiento” del templo; sin embargo, le recordamos que la iglesia de Nuestra Señora de Los Remedios está sobrada de patrimonio; tallas de mejor maestría se alojan en el primer museo de arte sacro de La Palma. Persiguió sustituir los antiguos tablones de madera del suelo de la iglesia de Los Remedios; parece que alguien lo amilanó; sin embargo, el hundimiento de ese gastado suelo delante del retablo de Nuestra Señora de Los Dolores, delatan que no ha cesado en su empeño. Sustituyó el tradicional Monumento del Jueves Santo por un conjunto de decorados propios de una burda representación escénica. Últimamente, parece que está enfrascado en la tarea de recaudar fondos para descubrir una placa que recuerde a Juan Pablo II; posiblemente, otra torpeza artística que sumar al mal gusto de la placa que se erige a los pies del citado discípulo Pablo.

Escribimos desde la rabia que genera la impotencia ante una autoridad religiosa que se vale de unas armas que disparan soberbia y prepotencia. Ofende con sus comentarios e irrita con sus acciones. Imploramos de su Excelentísimo y Reverendísimo, invite a este su representante de la Iglesia, a moderar sus palabras; a medir sus acciones; a preservar el rico patrimonio (pasto de la desidia) que atesora la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Los Remedios; a guardar sus modos en los actos religiosos a los que tiene la obligación de acudir; a respetar, en definitiva, a los llanenses y a sus tradiciones.

Fdo. Creyentes y No Practicantes

Posdata: No se asuste usted si le llega la desagradable noticia de que, en una de las pocas procesiones que van quedando en este pueblo, algún cofrade le propinó un puñetazo a este sacerdote de su Diócesis. Obliga a acelerar el paso de los cofrades; parece que tiene prisa; ¿por qué?; ¿para qué? Los cofrades, en su compromiso anual, imprimen a estos cortejos religiosos, el ritmo que estas solemnidades requieren. Simplemente.

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