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ESPECTACULARES PROMESAS DE LOS POLITICOS, ANTE ESTAS PROXIMAS ELECCIONES

Lamentable el espectáculo que los Señores políticos nos están dando casi a diario enzarzándose en autenticas peleas dialécticas que poco nos interesan, más bien los distancian, cada vez más, de los auténticos problemas reales que tenemos en nuestros pueblos, como bien comentan algunos de los contertulios, todo esto, para desgracia nuestra no es tampoco ajeno a digamos que cierta pasividad popular.

Otro factor importante que de alguna manera condiciona esta pasiva actitud, es el sistema de listas cerradas que nos imponen al pueblo, de alguna manera hace que los ciudadanos no nos sintamos eficazmente representados por unas personas que deben su obediencia a los partidos, en detrimento del servicio a la sociedad. Finalmente, es frecuente que las discrepancias y diferencias ideológicas de los electores se vean sacrificadas en aras de unos pactos que luego conforman entre ellos con el único fin de alcanzar el poder. Y cuando esto es así, ¿qué sentido tiene votar a unos o a otros? Si no se respetan las diferencias de criterios e ideologías, ¿en qué se diferencias unos candidatos de otros? ¿Qué actitud adoptar, ante esta próxima convocatoria electoral en la que el pueblo sabe de antemano que lo que se va a dilucidar son los intereses de ciertas personas o partidos políticos, por encima de los intereses de los ciudadanos?, no hay más que ver que, casi a diario nos aparecen mil y una denuncias en los medios de la corrupción en la clase política, “prácticamente toda”, si es que hasta se atreven a valorar quien es más o menos corrupto en función de un porcentaje, ¿Qué mierda de representantes del pueblo son estos?. Yo les diría que, para las próximas elecciones (Autonómica, Insular y municipal), desde mi punto de vista cuatro son las opciones posibles que tenemos los ciudadanos:

1ª Votar a un determinado partido.
2ª Abstenerse de acudir a las urnas.
3ª Emitir un Voto Nulo. Y
4ª Votar en Blanco.

En cuanto a la primera de estas opciones, yo me preguntaría, ¿qué nos puede suponer votar a un partido? Visto lo visto, yo les diría que, ni mas, ni menos que, otorgar gratuitamente nuestra confianza a un determinado grupo de personas que nos impone un determinado partido. Un grupo de personas que, sin haber sido seleccionadas por nosotros, van a representarnos, pudiendo actuar luego a su antojo en nuestro nombre y sin que podamos ejercer control alguno sobre sus actos, porque no están sujetas, por mandato imperativo, al control de los electores, sino subordinadas a la política del partido que les presenta. Por lo tanto las consecuencias a las que nos conduce esta situación es que, olvidándose de las promesas hechas a los ciudadanos, ejercerán la política en beneficio del partido que les presenta y de sus intereses privados, de donde, muchas veces, nace la corrupción, el abuso de poder y el tráfico de influencias. Y esto es lo que suele pasar cuando los ciudadanos damos nuestro voto a un partido y luego se lavan las manos una vez depositada la papeleta en las urnas, “perdona, si te vi ni me acuerdo de ti y muchisimo menos de tu nombre”.

En cuanto a la segunda opción, ¿en qué nos podría implicar la Abstención? El no acudir a las urnas
“actitud que los partidos condenan sin excepción claro” puede ser interpretado como una discrepancia del ciudadano con el desinterés por los políticos, una acción de castigo a los partidos o una actitud de indiferencia y pasotismo, provocada por el desengaño. En una palabra, la abstención es una deslegitimación del sistema. Pone de manifiesto una profunda separación, entre los dirigentes políticos y los programas que enarbolan con mucha alegría, hasta que llegue el momento de cumplirlos con los ciudadanos. Esto la convierte en una opción de ambigua interpretación y muy criticada y temida por los partidos, que sin discusión alguna posteriormente manipulan a conveniencia.

La tercera opción, el Voto Nulo. Si es voluntario, supone una discrepancia con las reglas establecidas en el sistema electoral, pero claro, esto no nos permite averiguar la voluntad que los electores pretendemos expresar. Refleja solamente el cumplimiento del deber como ciudadano, pero expresa una protesta o desacuerdo hacia el régimen político establecido.

Y en cuanto a la cuarta opción, el Voto en Blanco, ¿qué representa? En primer lugar, cumplir con un deber democrático, también expresa nuestra disposición a participar en el sistema establecido, esto de alguna manera implica un rechazo o distanciamiento del elector frente a las diferentes opciones políticas que concurren en ese momento a los comicios por los que no te sientes representado. Es la única forma que tienen los ciudadanos de demostrar el desacuerdo con esos candidatos aspirantes en las diferentes opciones de Gobierno Autónomo, Cabildo Insular o Ayuntamientos. Resumiendo. Quienes vean sus inquietudes reflejadas en una lista determinada, pueden votarla. Los que discrepen del sistema político establecido podrán abstenerse de acudir a las urnas. Aquellos que, estando de acuerdo con el sistema, discrepen de las reglas establecidas tienen el voto nulo como expresión. Y, finalmente, quienes acepten el sistema establecido, pero no se sientan representados por las listas que presentan a los diferentes comicios o sus programas, tienen el VOTO EN BLANCO como respuesta, depositando el sobre en la urna, sin papeleta en su interior. Y como los votos en blanco son votos válidos, la Ley Electoral debería otorgarle las correspondientes sillas vacías que le hubieran correspondido en los resultados electorales para expresar la voluntad de esos electores en los diferentes arcos (Autonómico, Insular o Municipal) y manifestar así la falta de apoyo de la que carecen los que pudieran salir elegidos. Y aunque el mundo de la política y de quienes hoy se dedican a comerciar con ella sólo nos puede inspirar rechazo a los ciudadanos, deberíamos poder hablar. Deben decir con su voto lo que piensan de los políticos que se presentan. Y al candidato que salga elegido, si los electores no votan en blanco, me atrevería a recomendarle, muy vivamente, que se leyera despacio los sabios consejos que Don Quijote le dio a su escudero Sancho cuando lo envió a ejercer el gobierno de la Ínsula Barataria. No cabe duda de que le serán de provechosa utilidad. Sobre todo al pueblo a quien van a gobernar

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