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FEMINISMO, FEMINISMOS ¿Y HEMBRISMO?

Quien se tome la molestia de bucear y analizar en internet las diferentes propuestas y planteamientos de las numerosas organizaciones feministas en este país, verá que no se puede hablar de feminismo, sino de feminismos. Sus planteamientos, métodos y objetivos son bastante diferentes, aunque coinciden en la búsqueda final de la igualdad de oportunidades para ambos sexos, lo cual es loable. Quien suscribe señala sin ningún condicionante que apoya totalmente esta lucha por históricamente justa y socialmente necesaria. Sin embargo, hay que señalar que en estas organizaciones de mujeres se están consolidando dos grandes tendencias: una que apoya resueltamente la implantación masiva de la llamada discriminación positiva, la abolición de la prostitución y la persecución judicial no solo de los proxenetas sino también de los clientes, el mantenimiento e incluso reforzamiento de la actual Ley de Violencia de Género en su actual redacción y, por último, la defensa de la preferencia de las mujeres divorciadas a la hora de quedarse con la custodia de los hijos (amén de paga compensatoria, casa conyugal y pensión alimenticia). Otras organizaciones feministas, por el contrario, piden cautela a la hora de la generalización de la mencionada discriminación positiva y la defienden sólo para casos muy bien estudiados y abogan por su reducción paulativa. En el tema de la prostitución abogan por la persecución de la trata de blancas y el proxenetismo, pero aceptan que se regule o reglamente cuando ésta se ejerza de modo libre y voluntario. Con respecto a la Ley de Violencia de Género son partidarias de cambiar aquellos párrafos que impliquen un castigo mayor a la violencia cuando la ejerza el hombre que cuando la ejerza la mujer, equiparando ambas. Por último, consideran bueno para el movimiento feminista el apoyar resueltamente la normalización de la Custodia Compartida en los casos de divorcio, como método adecuado para llegar a la ansiada corresponsabilidad de ambos en las tareas del hogar y de la educación de los hijos. Ambas corrientes feministas tienen sus argumentos y datos y serían, en principio, igualmente respetables. Sin embargo, lo que no es tan lógico es que la primera de estas posturas se haya instalado en un discurso de pensamiento único políticamente correcto, que criminaliza a todo aquel o aquella que no comulgue con sus ruedas de molino. En cierta forma, y salvando las distancias, recuerda a la forma de pensar del endiosado ex-presidente Aznar y sus teorías sobre el terrorismo etarra. Quien no compartía sus planteamientos sobre el País Vasco es que era un colaborador de Eta, o un simpatizante, o despreciaba a las víctimas. Para este sector feminista, quien no comparte sus planteamientos o se atreve a plantear dudas, o es una maltratador, o un violento en potencia, o un machista, o desprecia a las víctimas. Entre extremos ideológicos a veces se dan curiosas coincidencias.
Y para terminar, decir que todavía más lamentable es que desde el Gobierno Central, y también desde muchas instituciones autonómicas y locales, e inclusiva en medios de comunicación, solo parece tenerse en cuenta también a este primer grupo radicalizado y, yo diría, con rasgos evidentes de HEMBRISMO. Las consecuencias de este planteamiento totalitario pueden ser peligrosas para el futuro del feminismo, y me preocupa. Los blogs y comentarios de los medios de comunicación están que revientan de comentarios de hombres, y también de algunas mujeres, hartos de estas posturas intransigentes. Muchas veces quienes las atacan son la otra cara de la moneda, machistas declarados o encubiertos. Pero también se nota mucho desaliento e irritación en gente progresista, hombres, que ya están perdiendo la paciencia. Hombres que han sido o podrían ser aliados del movimiento feminista y que cada vez se están alejando más de éste por culpa de este sector. Y tradicionalmente se ha dicho desde los grupos feministas que tener aliados entre los hombres era fundamental. Pues por mal camino van.
Finalizo y perdón por la extensión. Creo que cuando llegue al poder el PP, que llegará pronto o tarde, se producirá una enorme contrareforma en el tema de la igualdad de género. No sería de extrañar porque el PP es un partido con ramalazos machistas bastante acusados. Pero hay que abrir los ojos al hecho de que este sector feminista que ya roza el hembrismo le está facilitando la labor, y creando el caldo de cultivo para que eso suceda. Espero que este año 2010 las ilumine y reflexionen un poco y corrijan el camino. Mientras tanto, mi total apoyo a el otro sector feminista que, desgraciadamente, está siendo ninguneado a todos los efectos, medios de comunicación incluidos.

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