Hacia una España centralista

Es imposible seguir manteniendo una administración como la que tenemos, hay que adelgazar la Administración, las competencias que le sobran a las comunidades o que no pueden mantener tienen que devolvérselas al Estado y el Estado tiene que simplificar la locura que tenemos, con cuatro administraciones públicas que se solapan.

Sobran ayuntamientos, sobran Alcaldes, Concejales, personas de confianza, cuerpos de funcionarios que hacen el mismo trabajo, no digo que sobran los funcionarios sino que su organización debe cambiar y deben funcionar con criterios propios de la empresa privada, el que no trabaje a la calle y otra persona que tenga ganas de trabajar que coja el puesto.

Sobran ventanillas; sin ir más lejos la semana pasada fui a un organismo del Estado, cuando terminé en ese organismo desde allí me mandaron a la ventanilla de la Comunidad Autónoma y desde allí a la del Cabildo, la del Cabildo no me mandó a la del ayuntamiento porque todavía no he ido, que cuando llegue lo harán.

¿esto no se puede simplificar de manera que en una misma ventanilla hagamos todos los trámites? ¿cuanto dinero se ahorrarían las administraciones y por tanto los ciudadanos que pagamos los impuestos?

Da lo mismo quien gobierne, sea la derecha, la izquierda o quien sea, debe tomar decisiones que para algunos son impensables porque vivimos en un país de cantones o mejor dicho hemos regresado a los reinos de taifas de la Edad Media, cada alcalde quiere su guardia pretoriana y su pequeño estado, lo mismo sucede con los cabildos y con el Gobierno de las Comunidades Autónomas. El Gobierno de Canarias se gastó en la legislatura pasada diecisiete millones de euros en crear una policía que nadie sabe para lo que sirve que los Canarios no vemos y que además no nos hace falta, ¿porqué ese dinero no se gastó en otras áreas más prioritarias?

El Estado de las Autonomías se ha convertido en el Estado de la locura y el despilfarro.