No estarí mal un impuesto sobre el consumo inresponsable de chicles. Los resultados negativos están en los pavimentos de nuestros pueblos y ciudades, por miles "adornan" los suelos.
La gasolina y el tabaco tiene un impuesto indirecto (sobre el consumo) y sería buena idea cargar con utra tasa el consumo de chicles, por los daños en el patrimonio urbano.
Ojo, cada día son más los mayores que mascan esta goma de sabores, en evidencia quedaron, incluso políticos, en los actos retrasmitidos por la tele de la Bajada. ? ¡¡¡¡que feo queda!