La increíble e insoportable tolerancia hacia el trabajo en negro

Sé que no es políticamente correcto decir esto, pero es la triste realidad. De entre los 11.000 personas que se registran en el paro (¡qué barbaridad!), no todas están paradas del todo. Hay una cantidad apreciable de empleo sumergido, especialmente en la construcción (y actividades relacionadas), la agricultura, la limpieza y el cuidado a niños y ancianos. Sin embargo, y aunque es algo que nos hace daño a todos, no tengo nada en contra de que cada cual se busque la vida como sea para intentar sobrevivir de manera medianamente digna, dando por hecho de que quienes trabajan en negro lo hacen por necesidad y no por gusto. Pero (siempre hay algún pero) también existen otros tipejos (y aquí ya descalifico aposta) que no están en la economía sumergida por necesidad, sino que han hecho de ella su forma de vida, incluso desde mucho antes de la crisis. Ayer mismo estaba hablando con uno ellos que me habían recomendado para hacer unos arreglos en el tejado de cara al invierno, y me dijo que cobraba 14 euros por hora y no hacía factura porque no estaba dado de alta. ¿¿Qué?? ¿¿Cómo?? ¿Qué aparte de jugármela si te caes del tejado, encima me cobras un pastizal al que yo, pagando religiosamente mis impuestos y realizando un trabajo cualificado, no puedo ni siquiera aspirar? Lo encaminé de inmediato y lo gracioso es que el tipo se cabrea conmigo y va diciendo por ahí que soy un "chulito". ¡Toma castaña! La cosa es que este señor es toda una institución en su zona. Todo el mundo sabe que no contribuye porque no quiere, pero bien que recibe los 426 euros, sus hijos reciben los libros y el comedor gratis, y siempre le cae algo más de aquí o de allá, pagado por todos los que estamos legal. Eso sí, el RAV4 con extras lo tiene impecable.