La mediocridad del periodismo español

Pudiera ser Sr. Galva, pudiera ser, pero como disculpa valga una explicación.
Nos sucede a los humanos que somos consecuencia de nuestras experiencias vitales, y yo tengo dificil cambiar mi objetividad, pues hasta la objetividad es "subjetiva" dependiendo de las fuentes de las que se haya bebido en la experiencia personal de cada cual.

Yo, como comentaba en mi nota anterior, estoy sin duda
"contaminado" por haber vivido fuera del entorno "español" demasiado tiempo y todo es un poco del color del cristal con que se mira.

Reconosco que yo ya no puedo volver a leer la prensa con la claridad de ideas con que la leia en mi juventud cuando éramos además "la reserva espiritual de occidente" y el mundo anglosajón nos tenía envidia, por lo menos así lo creía yo.

Los periodistas son humanos, los dueños de los periódicos también,
los humanos no somos perfectos, "ergo", el periodismo no es perfecto.
Hasta aquí bien, pero….

La objetividad de la prensa está en relación directa a la capacidad de objetividad de la población a la que va dirigida:

La población es objetiva, dentro de lo que cabe, cuando la práctica de la "democracia" ha calado en dicha población, haciendo que sea crítica en sus juicios, escéptica en sus creencias, y exigente con los administradores de la "res pública".

Esto no tiene nada que ver con que tal o cual prensa pueda tener una "línea editorial" que se acerquen más a las "ideas" más o menos conservadoras, más o menos progresista. Esto es legítimo.

Lo que es vergonzoso es convertirse en altavoces de los partidos, que de por sí, no buscan la objetividad, sino el arrimar la brasa a su sardina.

Según mi opinión, en España se confunden anbas cosas y si un periódico lleva una línea independiente, pero es de tendencia progresista, ya se encargarán de adjudicarle con medias verdades su partidismo.

Tenemos la prensa que nos merecemos, con algunas exepciones que casi se podrían contar con los dedos de una oreja, por que la mayoría de la sociedad no actua polídticamene como dicen los ingleses con "fair play".

Una simple acnédota que ayuda a entender lo que quiero decir:

Habitualmente leo algo cada día de prensa extranjera.
Hace unos meses estaba leyendo en el New York Times, (hoy con internet no es un lujo, y menos si has estado media vida de emigrante), un artículo sobre el asunto del Juez Garzón, donde ponían al sistema judicial español a bajar de un burro, igualmente señalaban como medieval la estrecha colaboración entre los altas magistraturas y la derecha española.

Un amigo, que tiene sus simpatías por el PP me decía asombrado.
¿"Tu no me decías que este periódico es de derechas"?,
"Yo, no me lo creo porque si no, no iban a cirticar a España, sabiendo que está mandando Rajoy"!

Entonces me esforcé en explicarle que por esos mundos"anglosajones"
la gente suele ser así de rara.
Quizás no son todos, pero si mayoría.

La prensa y la gente, tal para cual.

No pretendo ser pijo, ni enterado, pero confieso humildemente, que acostumbrado a leer sobre los problemas de España en el Finantial Times o The Economist, o la página web de la BBC, cuando cojo el ABC, La Gaceta, La Razón y veo la objetividad con la que tratan los telmas, se me caen los palos del sombrajo (como dicen los pijos). Y si la que emite es Intereconomía, madre de Dios, los equilibrios que hacen para decir a cual más sus demagogias, y "firme el ademán", se quedan tan panchos.

Siempre somos reflejo de nuetros antecedentes, y en España no somos precisamente la cuna de la libertad de expresión.

Y eso es uno, que su generación se crió a los pechos de El Alcazar y Arriba, pero como bien decía "Su Excelecia": No hay que dejar contamirarse por la prensa extranjera que está dominada por el "contubernio judeomasónico".

No sé a qué se refería, pero me acuerdo como si fuera hoy.