La Palma a la cola de ocupación hotelera en S. Santa

Las cosas no funcinan por voluntarismo solamente, sobre todo cuanto se va a contrapelo.

Aúnque se llenara la Isla de hoteles y apartamentos y centros comerciales, no vendrían más turistas, pues no podemos competir con otros sitios más aptos para este tipo de turismo.

Si yo soy chiquito y mal encarado, fracasaré si intento gararme la vida de modelo de alta costura, es evitente.

Vivimos en el pais que vivimos y hemos tenido las mentes pensantes que hemos tenido. Por desgracia no tuvimos un Cesar Manrique que coincidiendo con un presidente de Cabildo como Pepin Ramírez que crearon en Lanzarote un producto propio y con un claro distintivo.

En la Palma hay condiciones para explotar un turismo de naturleza y descanso que nunca se tuvo claro aparte de algún complejo que si dió en el clavo como La Hacienda San Jorge, pero ya se vió en su día que con el de Puesto Naos ya no se dió en el clavo tan de lleno, pues es un típico hotel de sol y playa.

Por cosas de la vida, he estado durante mi vida profesional involucrado en comercializar productos turísticos, aúnque fuera de nuestras fronteras, y les puedo asegurar que ha de existir un atractivo particular cuando se arranca con un nuevo destino turístico para que "pegue" como quien siembra lechugas, y si pega ya no habrá problema en establecer vuelos charter a precios competitivos, que no es lo mismo que arrancar con vuelos desde Victoria o Santiago, donde sabemos que no habrá una demanda sostenida en el tiempo para que sea viable economicamente, pues el problema viene justo en que a nadie le gusta perder dinero.

Me gustaría vere si los escandinavos que arrancaron la temporada pasa con TUI vuelven o dicen "good bye" la Palma.

Los alemanes "pegaron" en la Palma y ahí hay un producto minoritario que se mantiene dentro del mundo del senderismo. Hay gente para todo.

Cuando hay demanda, el negocio crece y no hay que pedir subvenciones. Si algo arranca a "contrapelo" se necesita ponerle muchas velas a la Virgen de las Angustias y aún así raramente pega.

Lo mismo les pasa a los establecimeitos hoteleros, que trabajando a precios competitivos, han de mantener un alto porcentaje de ocupación para ser viables economicamente, pues los costes fijos "para abrir la puerta" son muy altos, debido en gran parte a la naturaleza del negocio con una alta inversión, por lo que el resultado + – O , se suele dar con una ocupación media bastante alta, quizás del 75 o 80 % dado que los costes de explotación necesitan de bastante mano de obra, por lo tanto que si se ha amortizar una inversión grande, has de contar con dos factores claves : un buen margen y una alta rotación y eso en la Palma supongo que sea cosa de poquitos afortunados.

También la temporalidad puede hacer que el negocio no marche, pues se consigue ganar dienro cietos meses, pero como la estructura de costes es la que es, con unos costes fijos tan altos, basta que haya unos pocos meses flojos para que no alcance la sal para el agua.

Cómo lograr un producto atractivo y que además en un mundo de gran competencia contar con "una diferencial competitiva" clara que te distinga de los demás mercados próximos. Pues no es fácil. En este punto suelen tene mayor fortuna en dar en el clavo mentes más "artísticas" que económicas pues hay que contar con un sexto sentido que suele ser bastante sutil.

Madeira, que para La Palma resulta ser un "posible modelo", pues comparten los mismos atractivos naturales (sin suda en Madeira más estropeados) y que además nos queda tan cerca, apenas doblando la esquina. Cuáles son sus ventajas, pues que ellos a lo largo de gran parte del siglo XX desarrollaron una industria turística
(realmente los ingleses, que marcaron la pauta totalmente) y que todo alrededor de sus hoteles se desarrolló con tiempo y bien diseñado, con mucha arboleda subtropical y largos paseos a lo largo de un mar atlantico más bien bravío pero no son las playas lo determinante para ese turismo.

Sería un dinero muy bien empleado si una pequeña comisión representando las fuerzas vivas del turismo palmero (Patronato, Sector, Ayuntamiento) tuvieran el suficiente tino y voluntad de desplazarse a Madeira (queda cerquita de Puntagorda) en comisión de estudios y se documentaran todo lo que puedan en cuanto a "producto", entorno, tipo de turismo medio, estructura de costes de la "industria" o sea, que costes, vuelos, gastos de exploración, costes de personal, rentas a propietarios (si el establecimiento no es propio) en ese caso amortización de la inversión y margen de beneficios.

Seguro que cuando vuelvan despues de un par de semanas, habrán aprendido un montón acerca de un posible producto a imitar y lo más importante, a trabajar tirando todos del carro en la misma dirección.
Todos estos datos se pueden conseguir en la Cámara de Comercia, la Secretaría de Turismo del Gobieno local, La asociaci´´on de hoteleros madeirienses, hasta quizás por internet de las páginas web del Instituto de Estadística luso, pero es importante estar allí de cuerpo presente, pues hay algo que sólo se capta con la yema de los dedos.

Hace algunos años, estando trabajando en la Isla de Rodas, me encontré con unos "hoteleros" palmeros que en agradable charla no entendian que carajo ivan a buscar los turistas a Rodas que en La Palma no se les pudiera ofrecer, pues la verdad que los campos de Rodas en verano no difieren mucho de el sur de Tenerife por lo de secarrales y pobres, pero fue entoces cuando me dí cuenta de concepto que mis interlocutores tenían acerca del "producto turístico", pues cada cosa en su sitio y depende lo que estés ofreciendo en un mercado que cuando compra es porque justamente captó la "diferencial competitiva".
El mar Egeo, las magníficas ruinas, la atigua ciudad de Lindos (de la guerra de Troya), el hospital de los curzados de Ricardo Corazón de Leon, Calitheas, al fin y al cabo piedras y más piedras, no me jodas, como decía un pariente que me fue a visitar.

Comprendo que el asunto no es fácil, pero así es la vida.

Perdones por el rollo, pero prefiero ser un pesado y aportar algo concreto, que si como en alguna ocación pasar por un enterado que cree que sabe más que el carajo, que ni nuna cosa ni la otra y además a esta altura del partido,
que me registren.