Nos gusta hablar de religión, no en vano somos un pueblo que desde su nacimiento, pongamos los reyes católicos, no ha sido educado en otra fe que la cristiana. A estas alturas, ilustración aunque fallida, republica desastrosa y democracia incluidas, tenemos mucha experiencia, conocemos muy bien la religión; centenares de generaciones no han conocido otra diferente, así que independientemente de que hoy seamos más o menos practicantes, o abracemos otras creencias o conocimientos, hay costumbres que siendo de origen sacro, lo transcienden, es el caso de la Navidad. Conozco mucha gente a la que no le gusta, a unos le entristece, a otros no le motiva, tambien los que se van a otro país en que no se celebra. Tambien los hay que la viven como una fiesta, y los que la sienten como una época de retiro espiritual y de comunión con sus creencias. ¿qué tiene de especial esta fiesta? ¿realmente es época de paz y buena voluntad como nos cansamos de desearnos mediante tarjetas?, ¿quizá sea la época idónea para abrazar a la suegra sin sentir un escalofrío? ¿de prometernos ser mejores aunque sepamos que casi que no?… tal vez para transmitir a tus hijos la costumbre de preparar y hacer un belén que aunque irreverente por sus pastores trasformados en legos, pokemons, siempre tiene algo de familiar, de paz.