Por lo que se ve, las quejas de los comerciantes de Triana han llegado a tal nivel que el ayuntamiento pirata no sabe qué hacer con ellos. Que conste que digo pirata porque copia, claro, aunque a lo mejor también se mama algo de vez en cuando. Resulta que los indianos falsos son también unos salvajes y aparte de polvos tiran cualquier cosa blanca que tengan a mano… ¡hasta escayola! Ojalá los prohíban ellos mismos, que ya está bien de escarnio hacia los palmeros: http://www.canariasactual.com/2011/03/10/las-palmas-de-gran-canaria-reflexionara-que-hacer-con-los-indianos-tras-los-perjuicios-a-comerciantes-y-vecinos/