Nuevos Contadores para la Energía Electrica

Por eso le decía lo de la potencia. Usted contrata potencia. Si mira su factura, arriba a la derecha, puede leer la potencia que tiene contratada con la compañía y es en función de ese parámetro, lo que se le cobra de fijo al mes. El consumo, los kW/h, es lo que usted gasta al mes, cada vez que usa algún aparato eléctrico, eso puede ser más o menos, según su uso. La mayoría de nosotros, creyendo que descubríamos la pólvora, hemos contratado siempre la potencia mínima para pagar menos (de cantidad fija) al mes. Lo que pasa es que con el paso de los años, nos hemos ido subiendo al carro de las nuevas tecnologías, tenemos, secadoras, termos eléctricos, centros de planchado, aspiradoras, ordenadores, más de una televisión, placas vitro, hornos eléctricos y microondas, etc, etc. La compañía, que no es boba, solicitó hace mucho tiempo que el estado, a través del REBT, modificara la normativa para aumentar el número de circuitos y la potencia mínima necesaria de los hogares, en función del grado de electrificación de cada vivienda. Eso, claro está para viviendas de nueva construcción, pero las viviendas antiguas, se les permitió seguir con sus protecciones antiguas. El problema que nos encontramos ahora, es que esas viviendas antiguas, no están dimensionadas debidamente, ni tan siquiera mínimamente protegidas. Esto, supone un desembolso importante para nuestros mermados bolsillos si queremos adaptarlas a la normatica y por eso, comentaba lo de la necesidad de una especie de plan de ayudas al propietario para la adaptación de las viviendas. Como bien usted dice, una casa sin tierra, una casa sin protección diferencial es un peligro en potencia, porque cualquier derivación de la instalación, pasa irremediablemente por contacto directo, a través de nuestro propio cuerpo. Eso, en cualquier caso, produce efectos muy peligrosos para las personas. No me entienda mal, no pretendo hacer un alegato a favor de la compañía eléctrica, sólo traslado la visión hacia la necesidad, por propia seguridad, de adaptar nuestras instalaciones simplemente para protegernos mejor y que, llegado tal caso, el estado o el propio gobierno de canarias, subvencione de alguna manera parte de ese coste para que sea menos lesivo para nuestros mermados bolsillos.