Hoy en día en que la rentabilidad de nuestras pequeñas producciones ganaderas está resultando inviable, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación está obligando a los cabreros de La Palma ha identificar electrónicamente sus animales, bajo la amenaza de multa de 30.000 euros. Yo me pregunto:
¿Es necesaria la identificación electrónica? No, las cabras han estado siglos dando leche sin bolos ruminales.
¿Lo ha demandado la sociedad palmera? Evidentemente no.
¿Es un sistema eficaz de identificación? No, un sistema de identificación que en el mejor casos sólo permanece en el 80% de las cabezas resulta a efectos prácticos sencillamente grotesco.
¿Es perjudicial para la salud del animal? Sí, la discusión es si resulta una afección severa o tolerable.
¿Nos obliga a ello la Comunidad Europea? Rotundamente no.
¿Son proporcionales 30.000 euros de sanción a una pequeña explotación ganadera por unos supuestos daños daños inapreciados por la comunidad? Hagan cuentas cuántos años habría de trabajar a 7 euros la hora un ganadero para pagarla.
¿Trabajan nuestras entidades públicas para favorecer las pequeñas economías tradicionales en el medio rural? Yo diría que no.
¿Trabajan nuestras entidades públicas para favorecer a los empresarios que establecen grandes fincas o granjas para "lavar" el dinero procedente de otras actividades? Supongo que no, pero éstos resultan los mayores beneficiarios de sus decisiones?
Si sólo atendemos el color de la bandera a la hora de elegir a nuestros representantes públicos, seguirán tomando decisiones en contra de nuestra voluntad.
Nosotros votamos, nosotros somos los verdaderos responsables.