Ya hemos disfrutado de más un par de meses de gobierno municipal regido por la nueva corporación en Breña Alta.
Soy consciente que aún no es tiempo para valorar una gestión política que suponía un verdadero "cambio" en la forma de dirigir los designios del pueblo breñusco. Al menos eso es lo que se prometió durante la campaña electoral del grupo político que ahora ostenta la alcaldía en Breña Alta.
¿Y qué es lo que hemos tenido? Pues básicamente más de lo mismo, se ha aprovechado la herencia de la anterior gestión como méritos propios. Muestras de ello son la celebración de la Feria Insular de Artesanía, Exposaldo y el inicio de obras en La Grama.
Por otra parte, me apena profundamente ver cómo se incumplen las promesas electorales, incluyendo la de auditar públicamente el estado de las cuentas del ayuntamiento, entre otras.
Esto me hace ver en qué consiste realmente la política, en realizar promesas que no se cumplirán, alcanzar el peldaño más alto de la escalera y dar la espalda a todos los votantes que han depositado su confianza en una forma diferente de hacer las cosas.