Sr. Hermes, ¿podría usted identificar a esos 4 o 5?
No por nada especial, sino para que sepamos todos quien son.
La lista "Forbes" de los Terratenientes de La Palma.
Claro… serán sociedades y tal y tal…
¿Influirán en que las ayudas se repartan como hasta ahora?
Hay un desconocimiento general sobre lo que significa el cultivo de plátanos y, sobre todo, los emolumentos que generan. Estamos acostumbrados a los exagerados gritos de los empresarios agrícolas cada vez que caen los precios en los mercados o hay que regular los precios al consumidor con la pica o eliminación de fruta para no supraabastecer las tiendas.
Sin embargo, en una economía de crisis en todos los sectores, los únicos que aguantan casi sin inmutarse esta terrible etapa son los propietarios de fincas plataneras.
Muchos empresarios agrícolas y representantes agrarios elevan sus quejas cada vez que caen los precios (que siempre coinciden con los meses de verano ante el aumento de frutas de temporada y las vacaciones escolares) y algunas veces en diciembre por la aparición de hábitos alimenticios propios de la Navidad.
Lo que no suelen decir es que es una realidad que se sucede prácticamente desde hace más de 50 años cuando regulaba el mercado un organismo oficial del Gobierno de Franco, denominado CREP y que desde esos años ya era una de las actividades empresariales más rentables.
Tampoco les gusta exponer la cantidad de dinero público que reciben de los impuestos procedentes de las distintas Administraciones como por ejemplo la subvención demás de 50 céntimos por kilo de plátanos producido al año (cerca de 90 pesetas) y que genera una seguridad absoluta en la producción.
Lo cierto es que una pequeña explotación agraria de una fanega y media (7.500m. cuadrados) en el Valle de Aridane, Fuencaliente o Tijarafe genera, con los modernos sistemas de producción, unos rendimientos netos al año de más de 40.000 euros. Es decir, un pequeño propietario de un minifundio intensivo de plátanos, se lleva a su bolsillo unos 3.500 euros de sueldo mensual.
Tampoco dicen que un aqricultor propietario de una finca de estas características le dedica a su finca sólo tres días a la semana de media, en jornadas de unas cuatro horas.
Lo más extravagante del posicionamiento que suelen tomar estos propietarios es que, encima, le echan la culpa en muchos casos a la Administración de sus “escasos” beneficios. Una Administración que les ha subvencionado con centenares de millones de dinero público para que mejoren sus explotaciones agrarias, para que construyan invernaderos, vallados, pistas de acceso a las fincas, riegos automatizados… Los distintos gobiernos han creado, además, una compleja y costosísima red hidrólógica, con la construción de canalizaciones y embalses para el disfrute del más mimado colectivo empresarial de Canarias.
Y todavía podríamos entender la ayuda institucional para estos propietarios que generan para sus economías familiares esos 3.500 euros al mes con esa poco más de media hectárea. Pero lo más dramático de toda esta situación lo constituye el enorme grado de acumulación de riqueza que están adquiriendo cuatro o cinco empresarios conocidos de El Valle que han visto en este sistema de subvención y derroche de dinero público para pudientes, cómo hacer su agosto. Así vemos cómo estas personas compran todas las pequeñas fincan que aparecen en el mercado, ofrecen precios de compra muy por encima de su valor real, con lo que un pequeño ahorrador ve casi imposibilitada la adquisición de una pequeña explotación.
Lo novedoso es que estos cuatro empresarios ya se han hecho con una media de 50 fanegadas de plátanos cada uno, ubicadas en las mejores zonas soleadas de la Isla, participan no sólo en la producción sino en la cadena de beneficios que genera el envasado, transporte y distribución en los propios mercados, además de manejar y adquirir acciones de titularidad de aguas fósiles o de pozos. Estos terratenientes, están recibiendo cada uno unos beneficios anuales aproximadamente de unos tres millones de euros , la mitad de ellos procedente del dinero público.
En una etapa de hambre y escasez como hace muchos años que no se veía en La Palma, son los de siempre los que mejor se aprovechan.
Felicitar a Asprocan, tienen que mejorar pero funciona mejor de lo que yo creía, pedir disculpas por l comportamiento de una minoría y animar a repetir este tipo de actos, que si algo quedo bien claro es que los agricultores están muy des informados.
nocaciques
Sr. Hermes, ¿podría usted identificar a esos 4 o 5?
No por nada especial, sino para que sepamos todos quien son.
La lista "Forbes" de los Terratenientes de La Palma.
Claro… serán sociedades y tal y tal…
¿Influirán en que las ayudas se repartan como hasta ahora?
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Hermes
Hay un desconocimiento general sobre lo que significa el cultivo de plátanos y, sobre todo, los emolumentos que generan. Estamos acostumbrados a los exagerados gritos de los empresarios agrícolas cada vez que caen los precios en los mercados o hay que regular los precios al consumidor con la pica o eliminación de fruta para no supraabastecer las tiendas.
Sin embargo, en una economía de crisis en todos los sectores, los únicos que aguantan casi sin inmutarse esta terrible etapa son los propietarios de fincas plataneras.
Muchos empresarios agrícolas y representantes agrarios elevan sus quejas cada vez que caen los precios (que siempre coinciden con los meses de verano ante el aumento de frutas de temporada y las vacaciones escolares) y algunas veces en diciembre por la aparición de hábitos alimenticios propios de la Navidad.
Lo que no suelen decir es que es una realidad que se sucede prácticamente desde hace más de 50 años cuando regulaba el mercado un organismo oficial del Gobierno de Franco, denominado CREP y que desde esos años ya era una de las actividades empresariales más rentables.
Tampoco les gusta exponer la cantidad de dinero público que reciben de los impuestos procedentes de las distintas Administraciones como por ejemplo la subvención demás de 50 céntimos por kilo de plátanos producido al año (cerca de 90 pesetas) y que genera una seguridad absoluta en la producción.
Lo cierto es que una pequeña explotación agraria de una fanega y media (7.500m. cuadrados) en el Valle de Aridane, Fuencaliente o Tijarafe genera, con los modernos sistemas de producción, unos rendimientos netos al año de más de 40.000 euros. Es decir, un pequeño propietario de un minifundio intensivo de plátanos, se lleva a su bolsillo unos 3.500 euros de sueldo mensual.
Tampoco dicen que un aqricultor propietario de una finca de estas características le dedica a su finca sólo tres días a la semana de media, en jornadas de unas cuatro horas.
Lo más extravagante del posicionamiento que suelen tomar estos propietarios es que, encima, le echan la culpa en muchos casos a la Administración de sus “escasos” beneficios. Una Administración que les ha subvencionado con centenares de millones de dinero público para que mejoren sus explotaciones agrarias, para que construyan invernaderos, vallados, pistas de acceso a las fincas, riegos automatizados… Los distintos gobiernos han creado, además, una compleja y costosísima red hidrólógica, con la construción de canalizaciones y embalses para el disfrute del más mimado colectivo empresarial de Canarias.
Y todavía podríamos entender la ayuda institucional para estos propietarios que generan para sus economías familiares esos 3.500 euros al mes con esa poco más de media hectárea. Pero lo más dramático de toda esta situación lo constituye el enorme grado de acumulación de riqueza que están adquiriendo cuatro o cinco empresarios conocidos de El Valle que han visto en este sistema de subvención y derroche de dinero público para pudientes, cómo hacer su agosto. Así vemos cómo estas personas compran todas las pequeñas fincan que aparecen en el mercado, ofrecen precios de compra muy por encima de su valor real, con lo que un pequeño ahorrador ve casi imposibilitada la adquisición de una pequeña explotación.
Lo novedoso es que estos cuatro empresarios ya se han hecho con una media de 50 fanegadas de plátanos cada uno, ubicadas en las mejores zonas soleadas de la Isla, participan no sólo en la producción sino en la cadena de beneficios que genera el envasado, transporte y distribución en los propios mercados, además de manejar y adquirir acciones de titularidad de aguas fósiles o de pozos. Estos terratenientes, están recibiendo cada uno unos beneficios anuales aproximadamente de unos tres millones de euros , la mitad de ellos procedente del dinero público.
En una etapa de hambre y escasez como hace muchos años que no se veía en La Palma, son los de siempre los que mejor se aprovechan.
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MANGARA
Felicitar a Asprocan, tienen que mejorar pero funciona mejor de lo que yo creía, pedir disculpas por l comportamiento de una minoría y animar a repetir este tipo de actos, que si algo quedo bien claro es que los agricultores están muy des informados.
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