San Roque nos pasa por agua

El pasado viernes, 12 de octubre, la asociación “Nuevo Surco” de La Rosa (Villa de Mazo), ha dado muestras de su inquietud cultural y bien hacer social. Su presidente, don Luis Martín, tan discreto como eficiente, ha conseguido vertebrar un equipo de amigos-colaboradores, con especial capacidad para movilizar a vecinos de todas las edades, tanto del pueblo como ajenos al mismo, residentes dentro o fuera de la isla. El mérito es grande, porque tal movilización la consiguen precisamente en un momento en el que los “ánimos sociales” tienden a la baja y las subvenciones para todo este tipo de eventos, también.
Guiados por el megáfono del polivalente “don Berto, el maestro”, cerca de un centenar de animosos excursionistas, con el debido orden y respeto al medio ambiente, nos dirigimos al emblemático Roque de Niquiomo, con el fin de culminar la excusión frustrada por el incendio que afectó la zona el pasado mes de agosto. El programa contemplaba, visitar el Roque, disfrutar de las panorámicas que nos brinda, comentar su importancia natural y cultural (desayuno incluido) y valorar los efectos del reciente incendio, para a continuación hacer una visita a San Roque, en la boca de la gruta que lleva su nombre, y luego almorzar en el Hoyo del Infierno.
Todo fue “a pedir de boca” hasta que disturbamos la tranquila soledad del pequeño Santo. Nadie está dispuesto a aceptar que lo suyo sea venganza o castigo, puesto que nuestra actitud nunca pudo ser de mayor benevolencia. Pero los hechos son los hechos: “en agosto la excursión se frustró por el incendio y, ahora en octubre, por el agua”. Nada más salir de la gruta, hablando en términos propios del lugar, se destapó el tiempo con un par de “sogazos de agua”, que nos caló a todos hasta los huesos. Bien mirado, pues a los santos es conveniente mirarlos bien, el incidente fue tomado con alegría y nos sirvió a todos de aperitivo para disfrutar y saborear mejor el gofio escaldado y las papas cocinadas con piñas y costillas, en la acogedora sede de la Sociedad en La Rosa.
Si admirable es la organización de una excursión de este tipo, todavía lo es más la capacidad de improvisación para salvar con eficiente rapidez una situación que a muchos hubiese dejado desconcertados y “ahogados” en el camino.
Enhorabuena a ¡NUEVO SURCO!… y a seguir labrando las huertas de la amistad, que el agua es bendita para el campo y para las personas que lo cultivan. ¡GRACIAS!